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12 de noviembre de 2010


La derrota del PJ y sus consecuencias

Documentos del PCR / tomo 9

El candidato del PJ, Duhalde, pagó el castigo de las masas a la política menemista, política que él apoyó y acompañó durante años. Intentó darle un perfil opositor a su campaña, pero mal podría haberlo logrado cuando el presidente de su partido era el propio Menem. Durante los años de ajuste menemista, cuando se generalizaron las grandes puebladas, con la ayuda del Fondo del Conurbano, Duhalde trabajó intensamente para impedir que el Gran Buenos Aires estallase. El se jactaba de esto. Luego hizo un discurso con tonos opositores. Pero las masas calaron la esencia demagógica de las promesas de Duhalde.

Duhalde tuvo el 38,09% de los votos válidos a presidente. El PJ, además, ganó las elecciones provinciales en Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Formosa, Misiones, San Luis, La Pampa, Santa Cruz, Santa Fe, Córdoba y Provincia de Buenos Aires. El triunfo de Carlos Ruckauf, candidato de Duhalde en la Provincia de Buenos Aires, fue fundamental para el rumbo político post-electoral. Ruckauf superó por 498.223 votos a Fernández Meijide en el segundo cordón del Gran Buenos Aires, donde lo votaron los sectores más empobrecidos. Ganó con el apoyo de Cavallo, lo que le permitió desinflar a Patti (que sacó el 7,71 % de los votos válidos), y, a partir de sus declaraciones ultrareaccionarias sobre la represión a la delincuencia y sobre el aborto, tuvo el apoyo de la Iglesia (que hizo trabajo activo en muchas parroquias por su candidatura), y el de la Bonaerense y el personal de las fuerzas represivas. Pero, además, tuvo el apoyo de los radicales del interior de la Provincia, en donde con el corte de boleta de estos, superó a Fernández Meijide por 85.457 votos, que es, aproximadamente, la suma de los votos con los que Jaunarena, cabeza de la lista de diputados de la Alianza, superó a Fernández Meijide (86.130).

Instalado el gobierno de De la Rúa se comprendió la importancia de la operación que bloqueó el acceso a la gobernación a Fernández Meijide. Esta, por sus antecedentes más que por sus posiciones actuales, no era aceptada por los yanquis y otros grupos del bloque dominante y era repudiada por la Iglesia y las fuerzas represivas. Su triunfo hubiese transformado “la hendija antiyanqui” en un boquete imposible de defender por las fuerzas que motorizaron la Alianza.

Es conocido que Ruckauf ha tenido posiciones de confrontación con los yanquis (históricamente y, últimamente, su discurso ante Al Gore, por ejemplo) y ante los ingleses (posición ante la visita del príncipe Carlos). Como se dice vulgarmente, “no es de ese palo”, lo que explica por qué acudió, rápidamente, a sostener al gobierno de De la Rúa luego del 10 de Diciembre. Su triunfo, además, bloqueó el poder de Menem como presidente del PJ. Este debió aceptar la dirección por Duhalde del principal distrito electoral, la Provincia de Buenos Aires; y la autonomía de Ruckauf y Reuteman. No está clara cual será la ubicación definitiva de De la Sota en la interna peronista. Todo esto esfumó la perspectiva de un PJ opositor a la Alianza manejado por Menem.