La primera marcha de mujeres originarias por el “buen vivir” se realizó el 21 de mayo, desde el monumento a Roca en Perú y Diagonal Sur hasta el Congreso de la Nación. La movilización convocó a mujeres de diferentes etnias originarias. Estuvo presente Margarita Peñailillo, dirigente de Pueblos Originarios en Lucha, y una delegación de la Corriente Clasista y Combativa.
La primera marcha de mujeres originarias por el “buen vivir” se realizó el 21 de mayo, desde el monumento a Roca en Perú y Diagonal Sur hasta el Congreso de la Nación. La movilización convocó a mujeres de diferentes etnias originarias. Estuvo presente Margarita Peñailillo, dirigente de Pueblos Originarios en Lucha, y una delegación de la Corriente Clasista y Combativa.
En un breve acto que se realizó antes del inicio de la marcha habló Osvaldo Bayer quien remarcó la importancia de “sacar el monumento de un genocida como fue Roca y poner en su lugar al monumento de la mujer originaria”. La movilización contó con la presencia de personalidades destacadas de los Derechos Humanos como Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel.
Al llegar a 9 de Julio y avenida de Mayo, las mujeres originarias realizaron un abrazo al acampe Qopiwini (conformado por comunidades de los pueblos qom, wichi, pilaga y nivalkes). Se sumaron a la exigencia de que las comunidades formoseñas sean recibidas por la presidente de la Nación para escuchar sus reclamos.
Tras la movilización, unas 200 mujeres originarias llegaron al palacio legislativo y presentaron ante los diputados que las recibieron un anteproyecto de ley para la creación de un “Consejo de Mujeres del Buen Vivir”. La propuesta implica que cada pueblo designe “dos consejeras de acuerdo a su filosofía ancestral” y que este Consejo realice un proceso de consulta, participación, información y difusión “para elaborar y proponer normativas y políticas que garanticen y efectivicen el buen vivir”. Se expresaron contra el saqueo de nuestros recursos y la minería saqueadora y contaminante.
