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26 de junio de 2013

El Consejo Provincial de Lonkos repudió, a través de un comunicado, al sacerdote José Miguel Padilla, tutor del Instituto Nuestro Señora de Luján de Intendente Alvear, por reivindicar la figura del expresidente Julio Argentino Roca.
 

Julio Roca, elogiado por un sacerdote de Alvear

Repudio del Consejo de Lonkos de La Pampa

Padilla distribuyó un folleto, en el marco de los preparativos de la conmemoración del Día de la Diversidad Cultural Americana (antes conocido como Día de la Raza). En ese escrito, se expresa que los indígenas asesinados en la llamada conquista del desierto no eran originarios de este suelo y que eran “sanguinarios, cuatreros y extorsionadores”. Además, califica de “monumental empresa” la llevada a cabo por el general Roca en 1879.
A continuación, la transcripción completa del comunicado:

Padilla distribuyó un folleto, en el marco de los preparativos de la conmemoración del Día de la Diversidad Cultural Americana (antes conocido como Día de la Raza). En ese escrito, se expresa que los indígenas asesinados en la llamada conquista del desierto no eran originarios de este suelo y que eran “sanguinarios, cuatreros y extorsionadores”. Además, califica de “monumental empresa” la llevada a cabo por el general Roca en 1879.
A continuación, la transcripción completa del comunicado:
“Este año es cuando los pueblos originarios tomaremos impulso y avanzaremos en las reivindicaciones que como nación tenemos. Los que pertenecemos a la nación rankulche no nos dejaremos intimidar por nadie y menos por los que vienen en nombre de los asesinos de nuestra gente. Invadieron nuestro territorio, tenían un plan de exterminio sistemático, mataron nuestras mujeres, nuestros ancianos y nuestros niños. Nos torturaron, quemaron nuestras viviendas, nos persiguieron por los montes para cazarnos como animales y ¿nosotros somos los sanguinarios?
Por supuesto que en la historia negra de la Argentina nadie podrá tener logros de semejante dimensión, como los que tienen los señores Roca, Sarmiento, Mitre y otros a los que el señor José Miguel Padilla pretende revalorizar.
Entendemos la actitud de este señor, es lógica además por que expresa a los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica y el Estado argentino. No pudieron exterminarnos y no sólo eso sino que están viendo con el odio racial que naturalmente tienen, como nos plantamos día a día y declaramos que nuestra Nación ha vuelto y está organizada.
Decimos: Somos la nación rankül y estamos nuevamente levantando nuestra voz desde nuestro territorio, en el cual nos encontramos le pese a quien le pese desde tiempos inmemoriales.
Si desde la ciencia se ha comprobado que los pueblos indígenas en Argentina:
– Datan de 5.000 a 8.000 años antes del presente en este territorio.
– Que son pueblos que han dejado sus huellas materiales y simbólicas en el mismo.
-Que poseían y poseen todas las características culturales con las que se encontró el blanco cuando llegó a “colonizar sus tierras”.
-Que por las sobradas pruebas fehacientes, los pueblos indígenas preexistimos a la Iglesia Católica.
Por todo lo dicho le preguntamos al señor Padilla: ¿Le parece a usted que no somos originarios de este suelo?
Entonces cómo se explican señor Padilla las actas de 1806, que figuran en el Cabildo de Buenos Aires, donde veinte jefes ranküles y Pampas ofrecieron 3.000 lanzas al gobierno del virreynato para defender las costas del Atlántico de los invasores ingleses o que dos escuadrones completos de ranküles al mando de Las Heras cruzaran la cordillera para libertar América junto a San Martín. O que en 1819 el gobierno de las Provincias Unidas de Sudamérica enviara a Chiclana a firmar el tratado de paz con la nación rankül, por el que se evitaba el paso de los realistas por nuestro territorio, el cual en ese entonces llegaba a la margen occidental del Río Salado (entre Bragado y Suipacha). Sólo por enumerar algunas de las instancias en las que el pueblo rankül se comprometió activamente a defender conjuntamente este territorio.
Usted señor Padilla tendrá que dar cuentas a su dios de los porqué de su accionar en esta tierra, a nosotros no nos sorprenden ciertas cosas que tienen que ver con la política. No pedimos que nos atiendan, no queremos imponer nada y si ven en algún acto celebración o lo que fuere que nosotros levantamos las manos hacia el cielo, estamos pidiendo por nosotros y por los que están presentes. No es ninguna señal de sometimiento hacia nadie.
Le decimos señor Padilla: usted sabrá mucho de política, de sublevarse y pintarse la cara, de amistades con la secta Servi Trinitatis donde esclavizan a personas, de expulsar a sus hermanos porque no coinciden con sus pensamientos. Pero lo que sí se ve señor Padilla es que usted no sabe tener amor al prójimo y además su accionar podría bien aplicarse a las reflexiones de nuestro gran cacique Panguitruz Gner, quien expresó: “Cuando los cristianos han podido nos han matado y si pudieran matarnos a todos, nos matarían”.
Los nietos de las 65 millones de almas que en su monumental empresa mataron, los sobrevivientes de nuestros antepasados que aún somos esclavos en nuestras tierras, nos sacamos la máscara del miedo y con nuestro verdadero rostro revelamos que ese “encuentro de culturas” nunca existió.
La prédica roquista de que en 1879 conquistaron un desierto (con el fin de justificar el genocidio perpetrado a nuestra nación) ya nadie la puede fundamentar. Sería como decir que nuestro viejo Caldén nunca estuvo en este suelo.
Pedro Coria, presidente
Consejo de Lonkos.
Fermín Acuña, vicepresidente.