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04 de septiembre de 2013

En el marco del 7º Encuentro de Naciones y Pueblos Originarios, realizado en San Justo (Santa Fe), conversamos con Pedro Coria, presidente del Consejo de Lonkos de la provincia de La Pampa.

El problema es la tierra

Ranqueles de La Pampa

—Ustedes han hecho una nueva elección en el Consejo de Loncos, comencemos por ahí.

—Ustedes han hecho una nueva elección en el Consejo de Loncos, comencemos por ahí.
—El 3 de mayo, se hizo una asamblea, un parlamento para elegir el nuevo lonko. Venía presidiendo el Consejo el lonko Oscar Guala desde la fundación del Consejo, con una historia bastante importante. Así que los hermanos decidieron en el parlamento que era necesario un cambio. Todos pudimos exponer nuestros puntos de vista, analizar las necesidades del pueblo ranquel, de tener un cambio, con respecto a la política. Se decidió cambiar la comisión. El propio Oscar Guala estuvo de acuerdo que había que cambiar, y la mayoría de los hermanos me propusieron como presidente del Consejo y por supuesto aceptado por la mayoría.
A partir del 3 de mayo soy el presidente del Consejo de Lonkos. Hemos tenido diversas actividades, una fue el 23 y 24 de junio, donde más de 200 hermanos de toda la provincia nos juntamos para festejar nuestro año nuevo. Fue un hecho de los más importantes. Y después, el tema de la continuidad del relevamiento. Ahora, en Chos Malal, la parte privada viene ganándole terreno a nuestros hermanos y ahí estamos organizando la comunidad, porque no tenían comunidad y entonces estamos organizándolos, para parar el avance de lo privado hacia el terreno de las comunidades.
 
—¿Cómo es la situación de las distintas comunidades?
—De las 25 comunidades organizadas que pertenecen al Consejo de Lonkos, comunidades ranqueles por supuesto, la mayoría de las comunidades son urbanas. Después tenemos comunidades rurales, que pertenecen a la Colonia Emilio Mitre, Santa Isabel, Chos Malal, Arbol Solo. Las comunidades rurales, todas tienen el mismo problema que es el problema de la tierra, los desalojos están parados pero tampoco se han concretado los títulos en forma comunitaria. Tenemos la comunidad Epumer de Emilio Mitre que es la que más avanzados tiene los trámites, está esperando que el INAI y el gobierno provincial destinen los fondos para que se pueda titularizar a nombre de la comunidad.
   La problemática de las comunidades urbanas, principalmente, es la necesidad de tierra. Son urbanas porque no tienen su tierra. Una de las comunidades, Victorica, que obtuvo la personería y que hizo el relevamiento como comunidades urbanas, no tenía acceso a la tierra, se llegó a un acuerdo con la Municipalidad de Victorica les cedieron seis hectáreas –a pesar de que ellos no tienen tierra son crianceros, tienen sus chivos en sus casas y los sacan a pastorear a la orilla de la vía–, y con un proyecto de tambo de chivo, donde van a fabricar quesos y derivados.
El problema de las comunidades urbanas es el tema de la tierra. Nosotros tenemos hermanos que están viviendo en la zona urbana y están criando sus vacas, sus caballos en la calle. La falta de tierra está en todos lados.
 
—Hay un resurgimiento  de lo originiario, ¿cómo es  en La Pampa?
—Esto no escapa a la lucha que vienen llevando los pueblos originarios desde hace mucho tiempo. Ahora, por ahí hay más prensa, más difusión, pero siempre hubo en el pueblo argentino un sentimiento hacia lo originario, entonces hay mucho compromiso de los no originarios hacia los movimientos originarios. Es bastante importante a nivel nacional, lo estamos viendo ahora en el 7mo Encuentro, la participación de comunidades y de pueblos que vienen participando. La problemática en todos lados es lo mismo: nosotros ayer en el taller de tierra planteábamos la necesidad de profundizar la lucha, sacar un plan de lucha fuerte, que culmine el 11 de octubre pero que empiece ahora, que llamemos a una multisectorial para salir con el tema del Código Civil y terminemos el 11 de octubre en una jornada de lucha que sea por lugar y multisectorial. Nuestra participación en el Encuentro es una decisión política, por eso llevaremos la resolución del Encuentro y el Consejo se pondrá a trabajar junto con los hermanos que han formado la agrupación de Originarios en Lucha, que esa es otra de las cosas importantes en La Pampa; en Santa Rosa ya tenemos la agrupación Originarios en Lucha y trabaja en algunas actividades con el Consejo de Lonkos.
 
—¿Cuál es la relación del Consejo con el gobierno provincial?
—Hoy por hoy, las comunidades están atendidas a través de la Secretaría de Promoción Comunitaria que a su vez es la que ha hecho el convenio con el INAI, por lo tanto nosotros tenemos de parte del gobierno, un convenio con el INAI donde toda la política originaria se baja a esa secretaría. Y tenemos el Consejo de Participación Aborigen que lo integran comunidades con personería jurídica y los ministerios del gobierno de la provincia. Después tenemos los delegados del CPI que vienen a Buenos Aires y cada uno de los lonkos participamos en Educación en lo que tiene que ver con la implementación de la intercultural bilingüe. 
La relación con el gobierno de la provincia, se puede decir que es buena en tanto que hemos empezado con los reclamos, cuando profundicemos veremos cómo sigue. En cuanto al relevamiento, el gobierno de la provincia ha destinado los fondos. Nos cuesta más con el INAI que es el que debería poner primeramente los fondos, para destrabar los títulos de la comunidad Epumer en Colonia Mitre. Entonces, la relación con el gobierno, por ahora, es con un Ministerio, no con el Ejecutivo, por eso tampoco podemos decir que sea política de Jorge atender las necesidades de las comunidades.