Noticias

23 de noviembre de 2015

El gobierno de Cristina Kirchner fue castigado en las urnas con la derrota de sus candidatos, Scioli y Zannini. Esta derrota se suma a la pérdida del gobierno de Buenos Aires, y de otras provincias, en la primera vuelta electoral. Esas dos derrotas obligan al kirchnerismo a ajustarse a la pérdida del principal resorte del poder y el dinero con el que armó su fuerza, y abrieron una crisis en el seno del peronismo. Al mismo tiempo, el kirchnerismo conserva una fuerza política y social muy importante, que pesará frente al gobierno de Macri.

Dura derrota del gobierno K, Macri llega con muchos votos prestados

Comunicado de prensa

El gobierno kirchnerista paga el hartazgo popular con su política de ajuste y entrega, que condena al 30% de los argentinos en la pobreza, a 4 años de recesión en la industria sin creación de puestos de trabajo, a la crisis en las economías regionales, a la expansión de la megaminería imperialista envenenadora, al crecimiento de la droga, la trata y el delito organizado, con vínculos en el aparato estatal, junto a su prepotencia y una enorme corrupción.

El gobierno kirchnerista paga el hartazgo popular con su política de ajuste y entrega, que condena al 30% de los argentinos en la pobreza, a 4 años de recesión en la industria sin creación de puestos de trabajo, a la crisis en las economías regionales, a la expansión de la megaminería imperialista envenenadora, al crecimiento de la droga, la trata y el delito organizado, con vínculos en el aparato estatal, junto a su prepotencia y una enorme corrupción.

Fueron los 5 paros nacionales, los cacerolazos, jornadas como la de las mujeres del 3/6 y el Encuentro de Mujeres, la lucha campesina que brota en todo el país, lo que creó las condiciones para la derrota del gobierno kirchnerista.

Macri es el presidente electo. Ganó por poco y con muchos votos prestados. En las PASO, sacó el 43% de los votos con los que llega a la Casa Rosada. En la primera vuelta recogió el apoyo de sus aliados, la UCR y la Coalición Cívica, pero fue el voto prestado de 1.600.000 argentinos, lo que le permitió entrar al balotaje; votos que el mismo Macri reconoció en la noche de esa elección, cuando “agradeció” a los que lo votaron aunque no piensan como él. Finalmente, llegó a la presidencia con el aporte de 4.300.000 votos prestados, gracias al sistema de doble vuelta, programado por Menem y Alfonsín, para forzar al pueblo a optar entre dos frentes apadrinados por el sistema.

La puja electoral mostró la división entre dos agrupamientos de las clases dominantes que disputan la hegemonía del poder; disputa que tiene que ver con sus relaciones con distintos imperialismos y sectores de la oligarquía terrateniente.

El gobierno kirchnerista deja una pesada herencia social y económica, y ha vaciado el Banco Central y las cajas del Estado. La cuestión es, ¿quién pagará el ajuste? Con Macri, cambian los beneficiados entre los poderosos, pero sus planes son descargar el ajuste sobre los trabajadores, los campesinos y el pueblo.

El triunfo apretado de Macri muestra una división del país. Los votos prestados al ganador, los 623,435 votos en blanco y nulos (difícil saber cuántos se repartieron entre los dos candidatos del sistema), y el estado de movilización obrera, campesina y popular, no le han dado un cheque en blanco y le marcan la cancha al nuevo gobierno.

Ante los cambios en la situación política, urge la unidad para la lucha del movimiento obrero, campesino y popular, para avanzar hacia el paro nacional activo y multisectorial. Al mismo tiempo que continuar fortaleciendo el Frente Popular.

 

Ricardo Fierro

Vocero del Partido Comunista Revolucionario