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25 de octubre de 2017

Un evento como este es "peligroso", porque los debates ponen en cuestionamiento el papel al que ha sido empujada la mujer desde que termino la matrilinealidad y de las comunidades primitivas y la división de clase fue imponiendo un patriarcado que la llevo a la opresión actual.

Sobre el 32 Encuentro Nacional de Mujeres

La difícil tarea de unir en la diversidad

Pasó el Encuentro Nacional de Mujeres y como ocurre ante cada hecho, sobre todo de esta magnitud y características, cada persona, cada sector o corriente de opinión, hace su balance. En él, se expresan las ideas más profundas que afloran cuando se pone en discusión las características del papel de la mujer en esta sociedad, con la ideología que se fue imponiendo en miles de años.

Pasó el Encuentro Nacional de Mujeres y como ocurre ante cada hecho, sobre todo de esta magnitud y características, cada persona, cada sector o corriente de opinión, hace su balance. En él, se expresan las ideas más profundas que afloran cuando se pone en discusión las características del papel de la mujer en esta sociedad, con la ideología que se fue imponiendo en miles de años.
Estamos viviendo en una sociedad donde todos reconocen que hay una grieta. La quieren mantener quienes se benefician con la polarización de la sociedad. A mi entender, ni uno ni otro lado de la misma resuelve los problemas de millones, ni la necesaria independencia de la Argentina de la voracidad de las potencias que se la disputan. En este marco deberíamos analizar el 32 ENM.
En una carta de los lectores, uno de ellos escribió que recibió un folleto nacional de mi partido, el PCR, donde describía lo que era este espacio y para él eran todas mentiras.
Este espacio creció de 1.000 a 60.000 mujeres en el Chaco, uniendo a las más diversas edades, etnias, vertientes políticas, sindicales, religiosas y de identidades, con comisiones organizadoras que se autoconvocan en las sedes elegidas democráticamente en cada acto de cierre. Crecen porque prevalecieron a lo largo de los años, estas ideas de funcionamiento plural y democrático, que lograron unir en la más amplia diversidad. En cualquier otro caso, no se mantendría unido quince minutos. 
Lo hacen con el sólo objetivo de crear un espacio de debate franco sobre la opresión de siglo de las mujeres, sobre sus luchas, sufrimientos y puntos de vista. Las conclusiones son por consenso en cada taller, pero si hay dos posiciones se registran ambas. Por eso es único, donde intentaron hacerlo no pudieron, inclusive en los países “avanzados y civilizados” como podrían decir algunos. Si participan unas 100 en cada comisión organizadora y fueron 32 Encuentros, hay en la Argentina 3.200 mujeres que han logrado lo que ninguna otra pudo lograr en el mundo. Eso sólo es un mérito que no se puede arrogar ningún sector, aun los que se llenan la boca de democracia y pluralismo. Han trabajado esforzadamente un año para recibirlas y organizar todos y cada uno de los aspectos y lo hicieron exitosamente.
Pero un evento como éste es “peligroso”, porque los debates ponen en cuestionamiento el papel al que ha sido empujada la mujer desde que terminó la matrilinealidad de las comunidades primitivas y la división de clases fue imponiendo un patriarcado que la destina a ser ama de casa, dependiente del marido que por lo tanto tiene el poder y es quien manda y hasta puede ejercerlo con la violencia que le quita la vida a una mujer cada 24 horas en la Argentina. Como si fuera poco, si trabaja le pagan menos que al hombre, son las primeras en echar y siguen con el trabajo hogareño. La cosificación de la mujer objeto, es moneda corriente en los medios, como lo son las violaciones, la falta de interés en atender las denuncias, el acoso, las desapariciones y la trata que las golpea en forma creciente, como las golpea en primer lugar el hambre que avanza.
 
400 talleres
Algunos quieren caricaturizar que sólo se discute sobre sexualidad, cuando en este último Encuentro hubo 71 temas en más de 400 talleres, que debatieron durante dos días. Esto es lo que no se ve, porque se desarrollan en las aulas. Los más numerosos fueron sobre violencia, mujer originaria, anticoncepción, condiciones de trabajo y de vida y sexualidad.
Es correcto que soliciten al Estado que facilite la infraestructura de las escuelas y los espacios públicos para alojarse, desarrollar los talleres y las actividades culturales. Son espacios al que todos hemos contribuido para que existan. No se está pidiendo aportes para tal o cual credo o para sostener escuelas privadas, sino para una actividad de tres días cada año.
Todos son conscientes de la magnitud nunca vista de una movilización tan multitudinaria, heterogénea y unida, como la marcha del domingo, que con una extensión de más de 30 cuadras y casi la mitad de las mismas en doble mano, llegó hasta el Parque de la Democracia, para desarrollar una Peña de gran nivel artístico. Pero centran sus críticas sobre lo realizado por un sector que se abrió de la misma. Critican esto para tratar de deslegitimar todo, generalizando, temerosos de que se amplíe la esencia de cuestionar un sistema injusto de explotación, que las relega. Este tipo de críticas reforzaron la campaña previa que desató una violencia de una gravedad desconocida en Resistencia, arengando a hombres y mujeres a “echar” de la ciudad con palos, piedras, hierros y cuchillos, a mujeres y artesanas que terminado el Encuentro, esperaban sus micros sentadas en el pasto de la Plaza 25 de Mayo. Se incitó al ataque violento de mujeres, no a edificios y lo hicieron desde las redes donde se ven a varios de los actores materiales con fotos de candidatos opositores y como abanderada a una ex diputada supuestamente vinculada a la defensa de la vida. Muy lamentable y profundamente doloroso.
Está claro que en un evento de esta magnitud, pueden ocurrir cosas y haber consignas que muchos podemos no compartir, pero que se pueden resolver con una lata de pintura o aguarrás. La pérdida de una vida, no, y eso es lo que no ocurrió de casualidad en la Plaza 25 de Mayo. Hay videos, fotos, facebook y video cámaras que registraron todo. Es necesario presentar a la Justicia para que no quede impune un antecedente de la máxima intolerancia que las mujeres no se merecen. A los detractores del Encuentro no se les escuchó una palabra. ¿Eso le habrán “enseñado en sus familias”?