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31 de enero de 2018

En su reciente visita a Rusia, el presidente  Macri se reunió con el mandamás ruso Vladimir Putin y mantuvo una entrevista con empresarios estatales y privados, de sectores del agro, la energía, las finanzas, el petroquímico y el tecnológico. Además, el canciller Jorge Faurie firmó un acuerdo para la explotación de uranio en Chubut.

Macri con empresarios rusos

Acuerdos para profundizar la dependencia

 
En líneas generales, el viaje de Macri ratifica el carácter dependiente de nuestro país, y cómo es permanente la disputa entre las distintas potencias por nuestras materias primas y por sectores claves de nuestra industria e infraestructura. El gobierno argentino sigue poniendo bandera de remate a distintas áreas. 

 
En líneas generales, el viaje de Macri ratifica el carácter dependiente de nuestro país, y cómo es permanente la disputa entre las distintas potencias por nuestras materias primas y por sectores claves de nuestra industria e infraestructura. El gobierno argentino sigue poniendo bandera de remate a distintas áreas. 
En esta gira de Macri por Rusia se firmó un acuerdo entre el ministro de Relaciones Exteriores con el presidente de la empresa rusa Uranium One Group y UrAmerica SA, que ya trajo cola por la oposición del gobierno de la provincia de Chubut, donde se encuentra el uranio, que rechaza el memorándum porque es contrario a las leyes provinciales en contra de la megaminería. El ministro coordinador chubutense, Sergio Mam- marelli, advirtió: “desde el Gobierno de la provincia no conocemos el contenido, ni los alcances de este acuerdo que trascendió en los medios”.
 
Viejos conocidos
Entre nuestro país y Rusia hay una centenaria historia de relaciones comerciales, que pasó por distintas etapas. Estas relaciones fueron de un tipo mientras la URSS fue socialista, y se remontan a la década de 1920; luego cambiaron cuando la patria de Lenin y Stalin se transformó en un país socialimperialista. Tras su caída a fines de los 90 hubo un nuevo cambio. 
Algunas de las empresas presentes en la reunión con Macri realizaron inversiones y negocios en la Argentina en otros tiempos. Esto fue estudiado por nuestro Partido en detalle, cuando analizó la transformación en “multinacional rusa” de una cantidad de empresas cuando la URSS dejó de ser socialista y se restauró el capitalismo. Esto también cambió el carácter de muchas empresas desarrolladas por el aparato de recursos del PC, vía afiliados públicos o secretos (como Gelbard), así como los acuerdos entre sectores de terratenientes y burgueses intermediarios con la Rusia socialimperialista.
Entre los conocidos están gigantescos monopolios como Gazprom (que controla el 17 por ciento de las reservas mundiales de gas y representa el 11 por ciento de su producción mundial), el Centro de Exportaciones de Rusia (CER), o la Corporación Estatal de Energía Nuclear (Rosatom). A estos se le sumaron otras empresas, desde las que producen equipos de iluminación y le quieren vender a la Municipalidad de Lanús 100 mil lamparitas para la vía pública, hasta las de inteligencia artificial y otras de plataformas de internet o infraestructura ferroviaria, y Biocad (medicamentos). También hubo empresas mineras con interés en la explotación de cobre.
 
Sigman y Biocad
En estos días varios compañeros recordaron el caso de Biocad, gran productora de medicamentos rusa. Alexey Torgov, vicedirector y jefe del Departamento de Relaciones con Entidades Públicas de Biocad expresó a Macri el interés de la empresa por producir en nuestro país. Sus productos serían comercializados por Bagó, empresa que pasa por ser “nacional”. Biogénesis Bagó es un grupo dedicado a la biotecnología, y tiene al Grupo Insud como principal accionista. Insud es dirigida por Hugo Sigman y su esposa, Silvia Gold. Sigman es además socio de Chemo, compañía radicada en Madrid que mantiene una “alianza estratégica” con Bagó, en distintos países, como Taiwán, Estados Unidos, China y Rusia.
Resulta que tanto Hugo Sigman, como su esposa, con quien se casó en 1977, tienen viejas vinculaciones con el aparato económico del PC de la Argentina. El padre de Silvia, Roberto Gold, fue tesorero del PC en tiempos de Victorio Codovilla y parte de su aparato de recursos. Sigman, según Ambito Financiero (05/08/08) “hay una versión que afirma que empezó su fortuna con la comercialización de medicamentos con licencias de origen soviético, por las que luego de la caída del régimen nadie le reclamó dividendos”.
El matrimonio Sigman Gold se instala en España desde 1977, y acrecientan enormemente su fortuna expandiendo sus empresas, con capitales de los que se desconoce su origen, y algunos suponen provenientes del socialimperialismo ruso.
Sigman supo hacer grandes avances en tiempos de Cristina Kirchner. Asociado a Los Grobo en Bioceres dirigen el laboratorio Indear, que junto con el Conicet y la Universidad del Litoral, como anunció en su momento CFK, desarrollaron la soja resistente a la sequía. También compró el 20% de Gas Natural Ban y fue parte del turbio “negocio” de la efedrina. Además posee una productora de cine (Iluminados por el fuego, Kamchapka, Relatos salvajes), y la editora de la edición sudamericana de Le Monde Diplomatique. Por último y característico de muchos burgueses intermediarios, Sigman se transformó en un gran terrateniente con al menos 210 mil hectáreas en la Argentina. Hoy el grupo Sigman tiene particular interés en sumarse a los proyectos de Participación Pública y Privada (PPP), que impulsa el gobierno de Macri.
Los Sigman-Gold son parte de esa burguesía intermediaria, como los Macri, que lucran y se desarrollan reforzando nuestra dependencia. Burguesía intermediaria que, junto a los grandes terratenientes y las potencias imperialistas, son las grandes montañas que oprimen nuestro pueblo. Nada bueno traerán estas “inversiones” de la mano del entreguista gobierno de Mauricio Macri.