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28 de septiembre de 2011

Gildo Insfrán ha cosechado desde el 83 a la fecha, amigos y enemigos. Ha sido partícipe, desde esa fecha, de la historia de la provincia de Formosa, por lo tanto responsable de lo que hizo y de lo que no se hizo.

Los temores de Gildo Insfran

Hoy 1388 / Elecciones en Formosa

La última campaña algodonera, raquítica, con dudosas 20.000 hectáreas contrastan con las 400.000 de nuestros vecinos chaqueños. Miles de jóvenes, algunos con familia, emigraron a Tierra del Fuego, Santa Cruz u otras provincias, a miles de kilómetros de su tierra natal. Las 14 desmotadoras que daban valor agregado a las fibras formoseñas, cerraron.

La última campaña algodonera, raquítica, con dudosas 20.000 hectáreas contrastan con las 400.000 de nuestros vecinos chaqueños. Miles de jóvenes, algunos con familia, emigraron a Tierra del Fuego, Santa Cruz u otras provincias, a miles de kilómetros de su tierra natal. Las 14 desmotadoras que daban valor agregado a las fibras formoseñas, cerraron.
El ferrocarril que unía toda la provincia de este a oeste, dejó de funcionar. La empresa Citex de elaboración de jugos, emigró a otra provincia. El campo en general es tierra arrasada, no hay subsidios para el hombre de campo. Los subsidios que sí existen, son para los “ñoquis” todoterreno.
Miles de jóvenes no trabajan ni estudian, para ellos, alcohol y drogas y discriminación. La obra pública está monopolizada por la ingeniera Manzur y las empresas constructoras de dentro y fuera de la provincia, adictas al longevo gobernador. Dieciséis años de gobernador, ocho de vice, más cuatro de diputado provincial, es la trayectoria de Gildo Insfrán. Y hoy pretende seguir usufructuando y desangrando a Formosa. Para ello, debe ocultar los datos verdaderos de mortalidad infantil, “dibujar” las estadísticas de tuberculosis y chagas, tergiversar los datos reales de desocupación, pobreza e indigencia. Ocultar los delitos de asesinatos de amigos del poder, como los casos de los niños Nico y Nacho, atropellados por el hijo del mandamás de los parapoliciales de Insfrán; el caso de Antoliano Figueredo de 17 años, asesinado por cuatro policías que asaltaron una fiesta familiar cuando buscaban a la mujer de uno de ellos. O el ocultamiento del concejal de las drogas.
 

Surge el Frente Amplio
Hoy en Formosa, con no pocos esfuerzos, surgió una posibilidad: El Frente Amplio que lleva de candidatos a gobernador y vice al sacerdote Francisco Nazar y la Dra. María Teresa Occello. Y esto se constituyó en la más molesta piedra en el zapato del fundamentalista gobernador.
Cuando esta posibilidad fue tomando forma, Insfrán hizo pintar la ciudad con oprobios anónimos hacia las monjas formoseñas y acusando de asesino a Francisco. Eso golpeó los sentimientos de la mayoría de la población cristiana, que bien conocen al sacerdote. Insfrán y sus acólitos, a medida que se conformaba el frente opositor, fueron aumentando su odio a la posibilidad de un adversario de fuste. Hicieron derogar la ley de lemas en la instancia de gobernador, y así impedir que haya tres posibles candidatos y un ganador de los tres.
 Y cuando el frente resolvió llevar a Nazar como candidato de las tres agrupaciones, Insfrán a través del Tribunal Electoral Provincial proscribió al Frente Amplio, argumentando que Nazar no se presentó a Primarias. Si esto fuera así, Insfrán se encontraría en iguales condiciones, ya que tampoco se presentó.
Es evidente que Insfrán teme enfrentar al Frente Amplio. Sabe y supone que los votos del Frente Amplio son genuinos, no son votos comprados con subsidios, pensiones a la invalidez o graciables. Insfrán sabe y supone que puede perder las elecciones y terminar con su dinastía en Formosa. Sabe y supone que puede ir preso por malversación de fondos públicos, por ordenar hacer fuego a la policía contra los aborígenes en La Primavera, y por ordenar el ocultamiento de tantos asesinatos dudosos como el del ingeniero Covone.
Esta vez, tiene razón Insfrán. Teme y teme en serio, nunca como hoy temió perder todos sus privilegios, perder tantas “gangas” de tierras ajenas, tantas coimas de la obras públicas, que lo pueden llevar a perder su misma libertad.