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24 de noviembre de 2015

El estado de movilización obrera, campesina y popular, muestra que no hay cheque en blanco y le marca la cancha al nuevo gobierno. Avancemos en la unidad hacia un paro nacional activo y multisectorial, fortaleciendo al PTP, al PCR y el Frente Popular.

Derrota K. Macri llega con votos prestados

Hora Política Hoy Nº 1595

 

1. Durísima derrota K

 

1. Durísima derrota K

La derrota de la fórmula presidencial Scioli-Zannini, fórmula designada a dedo por Cristina Kirchner, ha sido un durísimo golpe político al gobierno K. Se suma al duro golpe que ya había recibido en la primera vuelta, con la derrota en la gobernación de la provincia de Buenos Aires y otros distritos provinciales y municipales.

Esas derrotas obligan al kirchnerismo a ajustarse a la pérdida de resortes fundamentales del poder: la presidencia, la gobernación de Buenos Aires, y las cajas del Estado, que fueron la base política y económica para el armado de su fuerza. Más aún cuando esas derrotas abrieron una crisis en el seno del peronismo, cuya dirección ha quedado en disputa. En esas condiciones, el kirchnerismo queda aún con una fuerza territorial: las provincias del norte (salvo Jujuy), la Patagonia (menos La Pampa), San Juan en Cuyo, y Tierra del Fuego. Aunque perdió el quórum propio, aspira a ser la primera minoría del Congreso, mantiene posiciones en la justicia y otros sectores del Estado, tiene una considerable fuerza social, y todo esto pesará frente al próximo gobierno.

El gobierno kirchnerista paga el hartazgo popular con su política de ajuste y entrega, que se expresa en la lastimosa herencia que deja: el 30% de los argentinos en la pobreza, 4 años de recesión en la industria sin creación de puestos de trabajo; el vaciamiento del Banco Central y el saqueo de la Anses; un enorme déficit fiscal; cerca de 300.000 millones de dólares de deuda pública; la crisis en las economías regionales; la pérdida del autoabastecimiento energético; la expansión de la megamineria imperialista envenenadora; el crecimiento de la droga, la trata y el delito organizado, con vínculos en el aparato estatal; junto a su prepotencia y una enorme corrupción.

 

2. Macri y los votos prestados

Macri es el presidente electo. Ganó por poco, y con muchos votos prestados.

Los votos propios en las PASO, como candidato del PRO en el frente Cambiemos, fueron 5.523.413, el 43% de los que obtuvo para llegar a presidente.

En la primera vuelta, el apoyo de la UCR y la Coalición Cívica le aportaron 1.267.865 votos, pero fueron 1.800.000 votos prestados los que le permitieron llegar a 8.600.000 sufragios y entrar al balotaje; votos que reconoció en la noche de esa elección, cuando “agradeció” a “los que me votaron aunque no piensan como yo”. Finalmente, llegó a la presidencia con el aporte de otros 4.300.000 votos prestados, gracias al sistema de doble vuelta, impuesto por Menem y Alfonsín para forzar al pueblo a optar entre dos frentes apadrinados por el sistema.

¿Qué quiere decir votos prestados? Quiere decir que pudo ganar con los votos de quienes no piensan como él, sino que lo usaron como un instrumento para castigar al gobierno K. Del total de 12.300.000 votos que tuvo Macri en la segunda vuelta, 6.800.000 (o más de 8.000.000 si se suman los votos de la UCR y la CC) lo votaron para castigar al gobierno K.

 

3. La división de los de arriba

La puja electoral mostró la agudización de la disputa entre dos agrupamientos de las clases dominantes que luchan por la hegemonía del poder; enfrentamiento que tiene que ver con sus relaciones con distintos imperialismos y sectores de la oligarquía terrateniente. Esa disputa quedó a la vista con la diferencia en los planes para lograr un recauchutaje de las reservas del Banco Central.

El gobierno de Macri arranca con la herencia que deja Cristina K, y también, con una situación internacional muy grave, sacudida por esta tercera guerra mundial por etapas y por regiones, como dice el Papa Francisco, y estremecida por el terrorismo.

Además, el frenazo de la economía china ha provocado la enorme caída de los precios de las materias primas, incluyendo los granos y minerales que produce la Argentina. El dólar se ha fortalecido. Rusia y Brasil están en crisis. Todo esto produce vientos en contra para la economía argentina que está estancada.

 

4. Con la cancha marcada

Los 5 paros nacionales, los cacerolazos, jornadas como la de las mujeres del 3/6 y el Encuentro de Mujeres, la lucha campesina que brota en todo el país, crearon las condiciones para la derrota del gobierno kirchnerista.

Si Cristina hablaba de “su” Argentina como si fuera Disneylandia, Macri hizo su campaña electoral prometiendo el paraíso. Apenas fue electo, comenzó a escudarse en la herencia recibida para postergar sus compromisos electorales, con lo que comienza a asomar el verdadero plan de ajuste y entrega que prepararon sus economistas.

El triunfo apretado de Macri muestra una división del país. Los votos prestados al ganador, los que pudo recibir de prestado Scioli disfrazándose de nacional y popular, los 623.435 votos en blanco y nulos (difícil saber cuántos se repartieron entre los dos candidatos del sistema al ser los únicos con fiscales en las mesas), y el estado de movilización obrera, campesina y popular, no le han dado a Macri un cheque en blanco, le marcan la cancha a su nuevo gobierno.

 

5. Medidas urgentes

El cambio profundo que se ha producido en el escenario político exige seguir paso a paso los realineamientos de las fuerzas sindicales, sociales y políticas, que se van a producir en el corto, mediano y largo plazo.

Esos cambios se dan sobre la base de que no hay cheque en blanco, ni menos aún enamoramiento popular. Lo que los trabajadores, los campesinos y el pueblo reclaman son medidas urgentes frente al castigo diario de la pobreza, la desocupación, la crisis de las economías regionales, el narcotráfico, la inseguridad y la corrupción.

Ante los cambios en la situación política, urge la unidad para la lucha del movimiento obrero, campesino y popular, para avanzar hacia un paro nacional activo y multisectorial, que le imponga sus reclamos al nuevo gobierno.

Al mismo tiempo, una de las grandes enseñanzas que deja esta elección, es que el pueblo opta por los instrumentos que tiene a la vista. Esa enseñanza nos deja el desafío de conquistar la personería del PTP en todas las provincias, profundizar los avances del PCR sobre todo en los centros de concentración obrera, y fortalecer al Frente Popular, llevando su programa y su presencia a cada rincón del país. Frente a un gobierno como el de Macri, cuyas recetas se conocen bien por sus 8 años de gobierno en la Capital Federal, se abre una situación muy buena para que el Frente Popular avance y se afirme como la verdadera opción nacional y popular, como una gran herramienta para acumular fuerzas hacia la conquista de un gobierno y un poder popular.