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28 de diciembre de 2017

Tras la explosión en la planta que la empresa china Cofco tiene en Puerto San Martín, que ocasionó la muerte de un trabajador y por lo menos una decena de heridos, se reabre el debate sobre los controles de seguridad en las empresas del complejo agroexportador. Ganancias, crecimiento exponencial y falta de inversión permiten pensar en una tragedia anunciada

Cofco y la tragedia anunciada (otra vez)

Rosario

Fuente: BrújulaComunicación.com, escrito por Germán Mangione

 

Cofco es la sigla que identifica al gigante estatal China National Cereals, Oils and Foodstuffs Corporation, grupo empresario estatal chino dedicado a la comercialización de granos y otros productos para la producción de alimentos. Una empresa estratégica en el objetivo del país asiático de lograr dar respuesta a la creciente demanda interna de su país.

Fuente: BrújulaComunicación.com, escrito por Germán Mangione

 

Cofco es la sigla que identifica al gigante estatal China National Cereals, Oils and Foodstuffs Corporation, grupo empresario estatal chino dedicado a la comercialización de granos y otros productos para la producción de alimentos. Una empresa estratégica en el objetivo del país asiático de lograr dar respuesta a la creciente demanda interna de su país.

La importancia estratégica para el estado chino es tal que para las inversiones en el mundo Cofco contó con el fondo soberano de la República Popular China (China Investment Corp. / CIC) que dispone de U$S 678.000 millones del Estado para inversiones en el exterior.

La empresa, que mundialmente ocupa a más de 100 mil trabajadores, se ha fijado el objetivo de convertirse en el mayor comerciante de alimentos del mundo en 2020 para rivalizar con los gigantes mundiales (Cargill, Archer Daniels Midland/ADM, Bunge y Louis Dreyfus), según su máximo ejecutivo Yu Xubo, presidente de Cofco.

Para esta tarea tiene una ventaja superlativa sobre sus competidores, un mercado interno cautivo de 1340 millones de habitantes, que en 2015 implicaron 90 millones de toneladas de soja y 5 millones de toneladas de maíz, que serían 200 millones de toneladas de granos compradas por año a partir de 2025. Se espera que las ganancias del gigante alimenticio aumenten más del 60 por ciento anual en 2017. Logró un crecimiento del 80 por ciento en las ganancias el año pasado, según Yu.

En 2016 el grupo Cofco, que en Argentina adquirió las empresas cerealeras Noble y Nidera (ambas con puertos propios), fue el segundo grupo agroexportador en ventas con 48.499 millones de pesos, detrás solo de la estadounidense Cargill.
Un dato para entender cómo se posiciona hoy el gigante chino en nuestro país es la proyección de la última década. Si bien todavía se encuentra en el segundo puesto, detrás de la estadounidense Cargill, si se analizan los números de los últimos 5 años, mientras Cargill duplicó sus ventas, Cofco creció 10 veces a fuerza de compras y fusiones.

 

Las ganancias son ajenas

En contraposición con su crecimiento y buenos resultados económicos la empresa protagoniza también el podio de las empresas con más accidentes y víctimas fatales en todo el complejo agroexportador. De hecho, el incendio que hoy (hasta ahora) se llevó la vida de un operario de la planta que la empresa compró a Nidera en Puerto San Martín, no es un episodio aislado.

En agosto en esta misma planta se incendió una máquina enfriadora de harina y en setiembre se incendió la zona de descarga que Cofco tiene en Timbúes, donde en diciembre del año pasado Gustavo López de 19 años moría aplastado por un alud de soja mientras realizaba trabajos de limpieza en una celda de acopio de la empresa.

Tampoco es exclusividad del gigante multinacional chino las faltas de seguridad derivadas en accidentes o muertes obreras.  Solo en 2017 se conocieron los casos de Laureano Gómez, de 35 años, en la planta de Bunge (P.G. San Martín),  Brian Monteros, de 27 años, en Renova (Tambúes) y Humberto Ledesma quien murió trabajando para la empresa de montajes industriales Verdú en San Lorenzo. La lista se extiende si tenemos en cuenta los últimos años.

De estas fallas en la seguridad daba cuenta incluso el Ministerio de Trabajo de Santa Fe con la publicación de un estudio realizado en los primeros meses del 2017 en el que se daba cuenta de incumplimientos de seguridad en las agroexportadoras que se ubican en el gran Rosario en la franja que se extiende desde Arroyo Seco hasta Tambúes, lo que derivó en suspensiones en 6 de los 13 complejos y en 12 de las 25 empresas contratistas que trabajan dentro de ellos. Entre las irregularidades detectadas, mencionó situaciones de riesgo eléctrico, falta de elementos para el trabajo en altura, falta de protección en máquinas y equipos.

 

Los controles

En una entrevista realizada en agosto al ministro de Trabajo Provincial Julio Genesini en el programa radial La Brújula de la Semana de Radio WOX 88.3 de Rosario, aseguraba que las inspecciones se hacen por denuncias o planteos de los sindicatos, o en algunas ocasiones se plantean de oficio desde del Ministerio.

“Se va graduando de acuerdo al trabajo, acá se hizo un operativo de varios meses bastante minuciosa. Nosotros tenemos equipos que, si bien no son numerosos, son sofisticados en cuanto al control”, expresó el ministro de Trabajo de la provincia quien en su momento se arriesga a asegurar que “se ven los resultados y prácticamente no tenemos accidentes fatales porque se está reduciendo la siniestralidad, es una tendencia en Santa Fe”.

Sin embargo, Daniel Yofrá, dirigente de la Federación de Aceiteros, ponía en duda el diagnóstico optimista del ministro afirmando que “la provincia tiene una dotación de inspectores muy básica, muy pobre para lo que es la provincia, el cordón industrial y para lo que es esta zona que se lleva el 90% de la molienda de granos del país que se exporta desde esta zona. Debería haber más empleados para que ante las denuncias haya respuestas”.

Sobre el accidente de hoy Pablo Reguera, el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (Soea) confirmó un dato alarmante:  la celda siniestrada estaba incendiada desde hacía varios meses, y la estaban apagando con una pala mecánica con la que sacaban lo que estaba almacenado. El secretario de los aceiteros asegura que “el Ministerio de Trabajo, los comités mixtos y los ingenieros en seguridad dieron el visto bueno para seguir trabajando, y eran los delegados quienes elevaban numerosos reclamos por la situación, aunque nunca fueron escuchados”.

 

Los heridos y fallecidos

Los heridos de mayor gravedad de la explosión y el incendio de esta tarde fueron derivados al sanatorio Británico de Rosario donde se confirmó el ingreso de nueve heridos. Mientras tanto, y con versiones sobre un número mayor, la fiscalía de San Lorenzo a cargo de la investigación confirmó el fallecimiento de Domingo Ramón Giménez de 61 años, operario de la planta.

Otros heridos fueron derivados al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. En ese marco y con un contexto de alta accidentología no son pocas las voces críticas a la falta de centros de atención médica de emergencia y alta complejidad en la región donde se asientan las principales empresas procesadoras y exportadoras de cereales, oleaginosas y derivados.

Por su parte el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), encabezado por Pablo Reguera, confirmó la realización de un paro de 48 horas en reclamo de mejores condiciones de trabajo. También durante la tarde gremios de toda la región que se habían convocado por los despidos ocurridos en la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán analizaban medidas al respecto.

 

¿La industria del juicio o la industria de los accidentes?

Mientras que desde nuestra provincia se exporta el 80 % de la producción agrícola y Santa Fe participa con el 45% de las exportaciones nacionales de Manufacturas de Origen Agropecuario -MOA- (esto implica que 1 de cada 2 dólares que obtiene Argentina por exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, lo genera la provincia de Santa Fe), estas ganancias empresariales parecen venir acompañadas de más accidentes y muertes de trabajadores.

Mientras crecen los números de la siniestralidad y se apagan más vidas obreras, desde los sectores que agrupan a las empresas como la Bolsa de Comercio de Rosario se reclama “bajar la litigiosidad”.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Alberto Padoán, quien dirige la entidad, aseguró que “Santa Fe está a la cabeza de la industria del juicio a nivel nacional” y reclamó la adhesión de la provincia a la modificación de la ley de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) que el gobierno sancionó en enero de este año y apunta a dificultar la llegada de los reclamos laborales a juicio agregando una junta médica previa como condición para llegar al fuero laboral.

Los accidentes laborales se han cobrado la vida de decenas de trabajadores en los últimos años en el complejo portuario, principalmente jóvenes, subcontratados por empresas contratistas, con contratos temporales y precarios (ver lista aparte), ubicando a Santa Fe entre las tres provincias con más muertes obreras.

El diputado Carlos Del Frade, un habitual crítico de las multinacionales cerealeras, advirtió que en la provincia de Santa Fe se registran “106 accidentes laborales por día”, según estadísticas de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo. Las estadísticas de la de Santa Fe muestran un leve descenso de los accidentes laborales en los últimos años, sin embargo, en contraposición han aumentado considerablemente los fallecidos por accidentes y enfermedades laborales.

Daniel Yofrá por su parte asegura que “lo único que se quiere evitar (desde las empresas y el gobierno) son los juicios, pero si quieren disminuir la litigiosidad lo que tiene que atacar son las causas” y concluye afirmando: “Nosotros queremos tener salud laboral y quedar vivos en el trabajo”.