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20 de septiembre de 2017

El primer ministro de Israel Netanyahu, acusado de crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional, estuvo en la Argentina los días 11 y 12 de septiembre, como parte de una gira latinoamericana previa a su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Repudio al carnicero Netanyahu

Marcha a la embajada israelí en Buenos Aires

 
En su discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, Netanyahu osó condenar al Consejo de Derechos Humanos-CDH de las Naciones Unidas por criticar las acciones de Israel en Gaza “que alentó a los militantes (palestinos) utilizar niños como escudos humanos en su táctica de guerra”.

 
En su discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, Netanyahu osó condenar al Consejo de Derechos Humanos-CDH de las Naciones Unidas por criticar las acciones de Israel en Gaza “que alentó a los militantes (palestinos) utilizar niños como escudos humanos en su táctica de guerra”.
Netanyahu, responsable del asesinato de más de 610 niños en 50 días de invasión en la Franja de Gaza, se atrevió con ironía a decir “a los terroristas, en todas partes dejen el uso de los niños como escudos humanos”. Con la frialdad de los criminales de guerra de la historia, dijo “el Consejo de Derechos Humanos ha traicionado su noble misión de proteger a los inocentes. El Consejo se ha convertido en los derechos de los terroristas. Durante la ofensiva no nos centramos deliberadamente contra civiles en Gaza y lamentamos cada víctima civil”. 
En Buenos Aires, el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, emitió un comunicado de repudio, y organizó una marcha hacia la embajada israelí, que fue ocultada por la prensa o tildada de “antisemita”. 
Extraemos párrafos del comunicado de repudio del Comité de Solidaridad de nuestro país, que fue leído al finalizar la marcha: “Netahayu es responsable de crímenes de guerra, que ha cobrado la vida de miles de seres humanos, desplazado a millones y que mantiene secuestrados en terribles condiciones a más de seis mil palestinos en cárceles israelíes, sin ningún tipo de garantía legal, entre otros crímenes de lesa humanidad.
“Exigimos a nuestro gobierno interrumpir de manera inmediata todo tipo de relación con esta entidad ocupante dada la obligación de todo estado democrático de defender los Derechos Humanos y no mantener relaciones con un gobierno que practica la violación sistemática de los mismos, de aislarlo diplomática, económica y políticamente, a fin de que cesen sus prácticas segregacionistas, colonialistas, antidemocráticas y de apartheid.
“Hoy, casi 2.000.000 de palestinos viven en la Franja de Gaza, territorio de 262 km2 de superficie y una de las zonas más densamente pobladas de la tierra, constituida en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo. El bloqueo al que es sometida, no permite en la práctica la circulación ni de personas ni de productos imprescindibles para la construcción, la salud, la alimentación, es decir, la vida misma. Gaza está hoy al borde de una gigantesca catástrofe humanitaria, ya que se encuentra sometida no sólo a las incursiones militares para llevarse prisioneros, sino a constantes ataques aéreos y bombardeos de distinta intensidad y magnitud. La operación Margen Protector de 2014 dejó más de 2.300 muertos, entre ellos 555 niños y niñas, más de 10.000 heridos, 475.000 desplazados y la masiva destrucción de infraestructura y viviendas.
“En el territorio de Cisjordania, por otra parte, viven 2.600.000 palestinos, 900.000 de ellos en precarios campos de refugiados de casi 70 años de antigüedad en los que, violando los Acuerdos de Oslo, el ejército israelí penetra generalmente de noche para asesinar o secuestrar a palestinos al igual que hace en otras ciudades.
“Toda Palestina está cruzada por un muro y un entramado de rutas cuyo uso está segregado para palestinos o israelíes. Los puntos de control militar (check points) impiden la libre circulación, allí los humillan, dividen a las familias y convierten en una odisea llegar al lugar de trabajo, cultivar los campos, concurrir a las escuelas y a los hospitales. Numerosas mujeres palestinas embarazadas han perdido a sus hijos esperando en estos puestos.
“En la zona que está bajo total control israelí, se produce la destrucción de viviendas, la instalación de colonias y el robo sistemático del agua.
“En Jerusalén Oriental viven unos 250.000 palestinos. En 1980 Israel se anexó la ciudad. El Consejo de Seguridad de la ONU, declaró que dicho acto ilegal y unilateral «constituye una violación del derecho internacional» y «supone un serio obstáculo para el logro de una paz completa, justa y duradera». Sin embargo, esto no ha constituido un impedimento para que Israel continúe con el desarrollo de una Gran Jerusalén cada vez más judaizada. Los incidentes de este año 2017, se relacionan con esta política. Estos palestinos, que en muchos casos pertenecen a familias que han vivido por siglos en Jerusalén, tienen status de inmigrantes residentes temporarios, y son hostigados cotidianamente.
“Quinientos mil israelíes son colonos en tierras palestinas de Jerusalén y Cisjordania. Las leyes internacionales y en particular la 4ª Convención de Ginebra, prohíben expresamente transferir población civil a territorios militarmente ocupados, de manera que todas las colonias son ilegales.
“Benjamín Netanyahu ha participado activamente, como militar y desde distintas funciones en el gobierno de Israel, en la ejecución de este genocidio, y en los últimos ocho años, en calidad de Primer Ministro, es el mayor responsable de los crímenes cometidos contra el pueblo palestino.
“La invitación a Benjamín Netanyahu convierte al gobierno nacional en cómplice de un genocida y su presencia en suelo argentino es un insulto a una república que debe ser defensora de la legalidad internacional y de los atributos más preciados de la humanidad, como son el derecho de los pueblos a vivir en paz, sin ocupación ni agresiones colonialistas”.