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25 de noviembre de 2015

Protestas contra el canal de Nicaragua

Miles de campesinos marcharon sobre Managua

 Miles de campesinos nicaragüenses volvieron a marchar el martes 27 de octubre desde el interior hasta la capital, Managua, para oponerse a la construcción de un Canal Interoceánico cuya concesión fue entregada a un empresario chino, y compromete al país en más de 50.000 millones de dólares, con un 25% de trabajadores chinos.

 Miles de campesinos nicaragüenses volvieron a marchar el martes 27 de octubre desde el interior hasta la capital, Managua, para oponerse a la construcción de un Canal Interoceánico cuya concesión fue entregada a un empresario chino, y compromete al país en más de 50.000 millones de dólares, con un 25% de trabajadores chinos.
El punto de entrada fue la transitada Carretera Norte, donde se localiza el Aeropuerto Internacional, desde donde decenas de camiones, tradicionalmente utilizados para transportar el ganado del norte del país, movilizaron a los campesinos rebelados contra las confiscaciones de sus tierras y desplazamientos forzosos que implica la construcción del Canal.
“¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”, fue el grito de los campesinos al lograr la entrada a la ciudad, después de que la Policía Nacional de Nicaragua impusiera retenes en el interior del país y amenazara con multas de miles de córdobas (la moneda local) a los transportistas que se atrevieran a trasladarlos hasta la capital.
“Estamos aquí para defender nuestras tierras”, dijo Francisca Ramírez, una mujer bajita, originaria de Nueva Guinea –una lejana provincia localizada en el Caribe de Nicaragua– quien es una de las líderes del movimiento campesino contra el proyecto del Canal y ha sido desde hace meses la mujer coraje que se ha enfrentado a la poderosa maquinaria del Estado.
Esta mujer semanas atrás había encabezado una caravana de solidaridad de campesinos  seca del país golpeada por la sequía, pero que fueron detenidos por la Policía Nacional a órdenes del Gobierno. El mandato fue que toda ayuda humanitaria que se entregara debería ser aprobada por instancias del Ejecutivo de Daniel Ortega. 
En la manifestación del martes 27 resultaron heridas al menos ocho personas. Líderes de la marcha denunciaron que simpatizantes del Frente Sandinista dispararon contra algunos de los manifestantes, una vez que la marcha campesina se había disuelto. El gobierno del presidente Ortega había convocado a sus simpatizantes, entre ellos los llamados “motorizados” –tristemente célebres por agredir a quienes se manifiestan contra el Gobierno–, para que se apostaran desde el lunes en distintos puntos de la capital para “disuadir” a los manifestantes.
 
Concesión por 100 años
Los planes iniciales de los que se oponen a la construcción de Canal era marchar hasta la sede de la Asamblea Nacional, el parlamento de Nicaragua, para exigir a los diputados la derogación de la Ley 840, que establece los términos de la concesión del Canal Interoceánico, que fue entregada para los próximos 100 años al empresario chino Wang Jing, pero la presencia de oficiales antidisturbios les impidieron llegar hasta el edificio parlamentario.
El Canal proyectado en Nicaragua tiene un costo que supera los 50.000 millones de dólares, con una extensión de 278 kilómetros desde las costas del Caribe hasta las del Pacífico nicaragüense. El proyecto ha despertado temores entre grupos ambientalistas y defensores de derechos humanos. Los primeros alegan que su construcción será catastrófica para la flora y fauna del país, principalmente el Gran Lago de Nicaragua, de 8.000 kilómetros cuadrados, el más grande de Centroamérica. Los activistas de derechos humanos temen las consecuencias de un gigantesco desplazamiento humano en la ruta del Canal, que, dicen, afectaría a decenas de miles de nicaragüenses.
El proyecto genera incertidumbre por la falta de estudios suficientes que indiquen la viabilidad técnica y comercial de la obra. También levanta dudas la capacidad del magnate chino Wang de convencer a los inversionistas extranjeros para que pongan su dinero en la construcción, sobre todo después de que se conociera que la fortuna del magnate disminuyó en un 84% tras el desplome de las acciones de su empresa de telecomunicaciones, Xinwei, en la bolsa china.