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12 de agosto de 2015

El 6 de agosto se realizó un gran paro general de 24 horas en Uruguay, contra el ajuste fiscal 
y la rebaja salarial del gobierno de Tabaré-Astori y del Frente Amplio. De La Verdad, órgano del PCR del Uruguay.

Paro general en Uruguay

Por 24 horas, contra el ajuste

 
Mal que les pese a los propios dirigentes oportunistas, de la mayoría de la dirección del PIT-CNT, como su secretario general Marcelo Abdala (que dijo que “este no era un paro contra el gobierno”) el paro general de 24 horas, se impuso y se realizó finalmente, y si bien no fue activo como impulsamos, objetivamente fue un golpe muy importante contra el gobierno y las clases dominantes, y su política económica antipopular y entreguista.

 
Mal que les pese a los propios dirigentes oportunistas, de la mayoría de la dirección del PIT-CNT, como su secretario general Marcelo Abdala (que dijo que “este no era un paro contra el gobierno”) el paro general de 24 horas, se impuso y se realizó finalmente, y si bien no fue activo como impulsamos, objetivamente fue un golpe muy importante contra el gobierno y las clases dominantes, y su política económica antipopular y entreguista.
Este paro general fue resuelto hace un mes en la Mesa Representativa del PIT-CNT, a partir de que el gobierno estableciera las “pautas” de una verdadera rebaja salarial, “desindexación por inflación” y del ajuste fiscal, con achique de las plantillas de trabajadores y de las inversiones de las empresas públicas, impuesto en el mes de mayo por la OPP (Oficina de Presupuesto y Planeamiento).
El paro general activo, venía empujado con firmeza y confianza en la clase obrera, por el Frente Sindical del PCR, la Corriente Sindical Clasista y otros sectores del clasismo, desde hace meses y era imprescindible para unificar las luchas por un Presupuesto quinquenal (que se vota en el primer año de gobierno) y la lucha de los trabajadores del sector privado en los Consejos de Salarios.
La mayoría oportunista de la dirección del PIT-CNT, principal apoyo del gobierno, embretada por las luchas obreras y movilizaciones que se abrieron paso desde abajo, lo aprobó, pero le dio un mes al gobierno para posibilitarle que le tirara alguna migaja y así poder levantarlo. 
Esto no sucedió, porque el gobierno lleva a rajatabla la línea de hacerle pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo, y cumplir más que nunca con las directivas del FMI y los organismos imperialistas, por miedo a la crisis financiera que ya despunta, con un déficit fiscal del 3,5%, una gran caída de las exportaciones –del 17% en lo que va del año–, 21.000 millones de dólares de vencimientos de la deuda externa entre el 2015 y 2016, con una inflación en 12 meses, según las propias cifras que dibuja el INE, que es de 9,02% y con una devaluación en lo que va del año que ronda ya un 16%, mientras en todo el 2014 fue de 13,8%.
Contrariamente a sus expectativas, días antes del paro se vino radicalizando la lucha, los docentes de Secundaria de Montevideo, nucleados en ADES (donde hay mayoría clasista) resolvieron una huelga por tiempo indeterminado a partir del 17/8, los gremios de la educación a nivel nacional paran el 12 y 13/8, la salud pública y privada el 6 y 7/8, el Sindicato Médico lo mismo. En los días previos, miles de trabajadores de las empresas públicas (las empresas más grandes del país donde ha avanzado el clasismo) se movilizaron combativamente, lo que también disuadió el posible levantamiento del paro. 
Según un informe de la Ucudal (Universidad Católica) este año, en el primer semestre de un nuevo gobierno se registró la mayor conflictividad desde 1995. Se realizaron: un paro general parcial (con la movilización de 20.000 trabajadores), 2 paros coordinados por sectores importantes y 66 conflictos que involucraron 624.434 trabajadores.
Las condiciones para este paro, donde pararon 1.000.000 de trabajadores y se paralizaron incluso el transporte y los bancos, fueron madurando a partir de los impactos, cada día más importantes, de la crisis económica internacional y regional, en el país, por la caída estrepitosa de los precios de las materias primas y la retracción de los grandes flujos de capitales a la región.
Esto ya ha generado una recesión en la mayor parte de la industria manufacturera y la construcción, con cierres de fábricas importantes, en la industria láctea, automotriz, imprentas, molinos, textiles, la caída del personal ocupado y las horas trabajadas. Lo que ha llevado también a cifras récord de trabajadores en el Seguro de Paro.
La lucha del clasismo hoy, a la interna del movimiento sindical, es porque este paro general de gran acatamiento, se continúe con nuevas medidas de lucha más audaces y combativas, ir incluso por las 36 horas y grandes movilizaciones obreras en las calles de todo el país, para que la crisis la paguen los de arriba y obligar al gobierno y a las cámaras empresariales, a otorgar aumentos salariales reales y significativos y un Presupuesto al servicio de la Salud, la Vivienda y la Educación popular y del desarrollo de las Empresas Públicas al servicio del pueblo y de la producción nacional.