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24 de septiembre de 2014

El 17 de septiembre miles de trabajadores, profesionales, estudiantes y pueblos originarios de Ecuador marcharon contra las políticas del gobierno de Rafael Correa.

Masiva marcha contra Correa

Miles se movilizaron en la capital de Ecuador

La marcha fue convocada por el Frente Unitario de Trabajadores y contó con la masiva presencia de trabajadores, pueblos originarios, federaciones de médicos, ambientalistas y estudiantes. El gobierno reprimió con un saldo de varios heridos y detenidos.

La marcha fue convocada por el Frente Unitario de Trabajadores y contó con la masiva presencia de trabajadores, pueblos originarios, federaciones de médicos, ambientalistas y estudiantes. El gobierno reprimió con un saldo de varios heridos y detenidos.
Entre los principales puntos del reclamo se encuentra el rechazo al Código del Trabajo, que elimina la estabilidad de los trabajadores, la libertad de agremiación y debilita el derecho de huelga. Los pueblos originarios exigieron sus derechos como la educación intercultural bilingüe; protestaron por el cierre de escuelas de la comunidad y rechazaron del Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea.
Otros sectores de trabajadores, como los telefónicos privados, exigieron al gobierno que respete sus derechos sociales previstos por la legislación vigente. Los profesores, por su parte, participaron en rechazo a un congelamiento que lleva 3 años. 
Los estudiantes secundarios y universitarios criticaron la eliminación de los subsidios al transporte por parte del gobierno y rechazaron la pretensión de eliminar la tasa preferencial para los estudiantes.
La masiva marcha también rechazó una cantidad de enmiendas propuestas por el gobierno de Correa, incluyendo la que posibilita la reelección indefinida de las autoridades de elección popular, incluido el presidente. Otra enmienda constitucional que rechazan es la que, aseguran, pretende transferir a todos los obreros del Estado, que gozan de los beneficios del Código del Trabajo, al régimen de servicio público.
Mientras la policía utilizaba gases lacrimógenos, perros y caballos para desalojar a los manifestantes, tanto Correa como otros funcionarios de su gobierno acusaban a los organizadores de la marcha de “desestabilizadores” y realizaban un festival artístico frente a la sede del gobierno.
Como afirma un artículo del periódico Opción, firmado por Franklin Falconí: “El real trasfondo político que queda luego de la masiva movilización de ayer en gran parte del país, es que existe un gobierno fuertemente golpeado en su imagen, que ha sido cuidadosa y persistentemente construida como imbatible y de casi absoluto respaldo popular. Queda claro que la mayoría de la población en el país se opone, o está inconforme y molesta, con la serie de medidas antipopulares aplicadas en los últimos tiempos, como la elevación de los impuestos y el anuncio de otros más; la pretendida elevación de los pasajes, del precio del gas de uso doméstico; de las compras por Internet, de la energía eléctrica; de productos importados… de todo. 
El otro aspecto que da trascendencia a esta jornada es su carácter unitario: diversos sectores sociales, diversas expresiones culturales estuvieron juntas y van integrándose en un todo común: un proyecto de recuperación de los derechos democráticos, de defensa de los intereses de los trabajadores. Y es altamente significativo el hecho de que ahora sean las centrales sindicales las que evidencian un poder de convocatoria como el que ayer se hizo evidente; algo que no había ocurrido desde hace varios años; su dirigencia se pone a la cabeza y comparte ese protagonismo con las organizaciones sociales, de maestros, estudiantes, indígenas, de comerciantes minoristas, colectivos culturales, defensores de la naturaleza, de los derechos humanos, etc.”