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02 de octubre de 2010

Resolución sobre la situación internacional

El 10° Congreso del PCR

Introducción
La línea agresiva del imperialismo norteamericano, se profundizó y tuvo un punto de inflexión, particularmente después de los atentados del 11 de Setiembre de 2001, con la invasión y ocupación de Afganistán, posteriormente de Irak, y las amenazas de ocupación inmediata a otros países, parecía invencible. Sin embargo, la resistencia heroica del pueblo iraquí, sumada a la lucha del pueblo palestino, ha convertido a Medio Oriente en un centro de tormenta donde se libra hoy el principal combate contra el imperialismo. La resistencia del pueblo iraquí, principalmente, ha logrado el empantanamiento de los yanquis y sus aliados., produciendo un cambio en la situación. Los yanquis no logran imponer su orden colonial.
También  América del Sur, con el Argentinazo, las luchas populares en distintos países, y sobre todo el reciente alzamiento del pueblo boliviano, es un centro de tormenta revolucionario. Esto demuestra  que es posible enfrentar al imperialismo y sus socios nativos y derrotarlos. Como dijo Mao Tsetung: "Innumerables hechos prueban que quien sostiene una causa justa gana amplio apoyo mientras que quien sostiene una causa injusta encuentra poco apoyo. Un país débil puede derrotar a uno poderoso; un país pequeño puede derrotar a otro grande. Siempre que el pueblo de un país pequeño ose levantarse en  lucha, se atreva a empuñar las armas y tome en sus manos el destino de su propio país, podrá indefectiblemente derrotar la agresión de un país grande. Esta es una ley de la historia".



1.
El mundo se conmovió ante la criminal guerra de agresión perpetrada por el imperialismo norteamericano y sus aliados contra Irak, segundo productor mundial de petróleo, y por lo tanto centro de la codicia y de los intereses petroleros, en la importante zona estratégica de Medio Oriente, por parte de los grandes países imperialistas como Estados Unidos (EE.UU.), Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y China. La agresión y posterior ocupación se consumó contra un país dependiente, sometido por más de diez años al bloqueo económico, político y militar de las potencias que controlan las Naciones Unidas
Simultáneamente, los yanquis amenazaron con continuar sus agresiones contra una serie de países, tales como Siria, Irán, Corea del Norte y Cuba, definidos como "el eje del mal". Además continúan las amenazas contra Colombia y Venezuela.

El gobierno de Bush busca en la guerra una solución a la aguda crisis de su economía, pero además, su objetivo principal es aprovechar su carácter de única superpotencia para avanzar en un nuevo reparto de zonas de influencia en el mundo que le permita el control de las reservas de petróleo a escala mundial. Con esto, puede tener a ración a Europa, Japón, y condicionar en la medida de lo posible a China.
El rumbo agresivo y expansionista del imperialismo yanqui y la lucha y resistencia de los pueblos, tiñe toda la situación internacional y condiciona la política en cada rincón del mundo.
El imperialismo norteamericano trata de salir de su crisis y de la crisis que afecta a todo el mundo capitalista desde hace varios años, intensificando los gastos de guerra y con otras medidas, tales como la rebaja de las tasas de interés y los impuestos.

Antes de la invasión  los yanquis habían logrado en las Naciones Unidas , no sólo el largo bloqueo  que debilitó toda la economía iraquí y provocó enormes sufrimientos a su pueblo, sino también el acuerdo de las otras potencias imperialistas para las inspecciones, que so pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva, sirvieron para preparar el clima en los medios para  la posterior invasión y ocupación de Irak.
Pero EE.UU. no logró acuerdo en las Naciones Unidas para la invasión, y actuó con el solo apoyo de Inglaterra, España, Italia y Polonia.
Con la ocupación de Irak los EEUU amenazan directamente a Irán y a Siria y desarrollan su apoyo a la  política expansionista de Israel en Medio Oriente que practica una política genocida contra el pueblo palestino.  
La invasión anglo-yanqui a Irak desató una gigantesca oleada antiimperialista en el mundo, que tuvo grandes expresiones aún en Gran Bretaña, España y Estados Unidos. Decenas de millones en el mundo manifestaron contra la guerra imperialista en jornadas de lucha coordinadas, que desenmascararon los verdaderos propósitos de la invasión. Fueron muy importantes los contingentes juveniles y en muchos países los contingentes obreros, que participaron en ellos. Hoy, se siguen pronunciando por la retirada de EE.UU. y el triunfo de Irak. En este movimiento se desarrollaron distintas líneas:

a) Los que despreciando la diferencia entre países opresores y países oprimidos ubicaron a Sadam Hussein como otro demonio, equivalente a Bush.
b) Los que ubican como contradicción principal la contradicción entre las distintas potencias imperialistas, y por lo tanto plantean como consigna principal la de la paz, dejando para un lugar secundario la denuncia del imperialismo. Esto significa en muchos casos dejar la dirección del movimiento a los pacifistas, que condenan toda forma de violencia, incluso aquella a la que recurren los pueblos para su liberación, sin diferenciar entre guerras justas e injustas.
c) Los que ubicando de la misma forma las contradicciones plantean apoyar a un enemigo contra otro. Esta línea plantea la unidad de los pueblos del mundo y los gobiernos de Francia, Alemania, Rusia y China contra la política expansionista y fascista de Bush.  
d) Los que denunciamos a fondo la naturaleza del sistema imperialista mundial y ubicamos la denuncia de la guerra imperialista de agresión vinculándola a la lucha por la liberación nacional y social, y simultáneamente, tratamos de lograr la más amplia unidad en la lucha de todos los sectores.

Se desarrollaron contradicciones con las otras potencias imperialistas Francia, Alemania, Rusia y China. Estas contradicciones pudieron ser utilizadas por el proletariado y las naciones oprimidas y ayudaron al pueblo iraquí. Pero si bien estas contradicciones no desaparecen por los acuerdos interimperialistas, los pueblos no deben basar su lucha en ellas porque en definitiva la política de esas potencias termina en la situación actual en la conciliación y el reparto de esferas de influencia con el imperialismo más agresivo en perjuicio de los pueblos.
Esto es lo que acaba de suceder con las recientes resoluciones  de las Naciones Unidas que dieron  el aval para la ocupación yanqui y la incorporación de contingentes militares de otros países, con la falacia de un futuro llamado a elecciones para el traspaso del gobierno a los iraquíes, a cambio de concesiones que las benefician. Esto intensificará las presiones para que nuestro país envíe tropas a la zona, aprovechando el compromiso público de participar en la lucha "antiterrorista" bajo en paraguas de las Naciones Unidas, del gobierno argentino en la primera visita de Kirchner a los EE.UU. y las Naciones Unidas

Queda claro que, al no poder conseguir una victoria  militar durante la guerra de ocupación, debido a la brutal disparidad de fuerzas, Sadam Hussein y su gobierno trabajaron para preparar una larga guerra popular de liberación nacional.
Los yanquis intentaron dividir al pueblo iraquí sobre las base de sus diferencias étnicas (principalmente entre árabes y kurdos), religiosas (principalmente entre musulmanes shiitas y sunitas) y políticas ( pro Sadam u opositores, nacionalistas árabes, comunistas, etc.) estas diferencias existen, y hay diferentes líneas políticas en la resistencia, pero, lejos de dividirse, la mayoría del pueblo se unió contra los ocupantes.. Las insurrecciones de Faluya, Nayad, Kerbalá han escrito páginas de gloria en la lucha antiimperialista. El gobierno títere se ha convertido también en blanco de la resistencia.
Esta rebelión estimula a su vez el repudio creciente del pueblo norteamericano, del pueblo inglés y la de los países que acompañan a los agresores. El pueblo español consiguió derrotar a Aznar, uno de los aliados más estrechos de Bush, y logró la retirada de sus tropas de Irak. Blair a su vez fue duramente golpeado en las elecciones municipales, al igual que Berlusconi en las del parlamento europeo. El debilitamiento de la alianza agresora también es producto de la resistencia iraquí y a su vez le da más aliento.
Al salir a la luz las torturas y vejámenes sistemáticos realizados por los ocupantes, se terminó de derrumbar cualquier pretexto "democrático" utilizado para justificar la ocupación. Las mentiras sobre las armas de destrucción masiva ya habían quedado al descubierto, con lo que se han terminado de echar por tierra los argumentos en que se basó la invasión. Esto, y la llegada de los ataúdes de los soldados norteamericanos que ya no pueden ocultar, ha provocado el repudio creciente del pueblo norteamericano y ha producido contradicciones dentro de las propias clases dominantes norteamericanas.

Surge nuevamente la polémica sobre si es posible enfrentar la agresividad yanqui. La resistencia del pueblo iraquí ha demostrado una vez más que es posible enfrentar al imperialismo, a pesar de la desigualdad de medios técnicos y militares, y que la liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo costará muchos sacrificios, será prolongada y sangrienta. Como dijo Mao Tsetung: tácticamente hay que respetar a los imperialistas, ya que cuentan con una inmensa fuerza militar en relación a los pueblos oprimidos, pero, estratégicamente son tigres de papel, ya que los pueblos que se atreven a enfrentarlos, organizados, unidos, armados y movilizados, los pueden vencer, como ocurrió en Corea, en Vietnam, etc.


2.
Inmediatamente después del 9° Congreso de nuestro partido, con el fondo de la crisis en EE.UU., George W. Bush subió a la presidencia en  elecciones fraudulentas.
Su gabinete se armó con ultraconservadores claramente vinculados a la industria bélica y a los petroleros. La política de Bush fue desde el inicio una política belicista. Propuso un plan de escudo espacial antimisilístico.
Ya las medidas iniciales de Bush endurecieron la política con Rusia y China y generaron una gran contradicción con los monopolios japoneses y con el eje franco-alemán. La propuesta global de Bush implicó un retorno a la política del panamericanismo, a darle importancia a América Latina como patio trasero yanqui y como zona económica propia.

Con el atentado a las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001, Bush aprovechó para crear la doctrina de la "guerra preventiva" e impulsar con el pretexto de combatir al terrorismo, la invasión a Afganistán.
Esta teoría es una nueva línea estratégica del imperialismo yanqui. Considera a la guerra contra el terrorismo como una guerra global y considera caduco el principio de soberanía nacional. Dijo Bush "debemos llevar la batalla hasta el enemigo, desbaratar sus planes y enfrentar las peores amenazas antes de que estas surjan". Con esto, el imperialismo yanqui avanza en su proceso de fascistización, sancionando la ruptura explícita de las reglas del derecho internacional vigente.
Simultáneamente ubica al terrorismo como una amenaza global, y es acompañado en esto por los gobiernos de las potencias imperialistas y otros países, que lo aprovechan para usarlo como pretexto para tomar medidas represivas contra fuerzas nacionalistas o revolucionarias.
Esto está acompañado de una fascistización interna con la creación de una gigantesca Secretaría de Seguridad Interna. Fueron detenidas miles de personas sin que se dieran sus nombres ni se respetaran las garantías constitucionales.
La invasión a Afganistán fue el prólogo de la posterior  invasión a Irak.
Afganistán es desde el punto de vista estratégico clave para el control de otra zona rica en reservas de petróleo y gas.
La invasión a Afganistán se hizo bajo el paraguas de la OTAN y de las Naciones Unidas. China, en silencio, miró al costado y dejó hacer. Contó con la anuencia rusa, que participó a través de su relación con la Alianza del Norte. Esta anuencia no estuvo solo basada en la relativa debilidad de Rusia sino también en la necesidad de ésta de sofocar las rebeliones de los pueblos islámicos dentro de sus territorios, rebelión que tiene en Chechenia su máxima expresión. Y de la obtención de concesiones geopolíticas y económicas a futuro.
Los yanquis establecieron su presencia militar no solo en Afganistán sino también en Pakistán, donde ya tenían fuerte influencia, y, mediante acuerdos previos, en las ex repúblicas soviéticas de Uzbekistán, Kirguizistán y Kasajtán, cercando así la región petrolera  y gasífera del mar Caspio, asegurando su participación en la explotación y el transporte de la misma y reforzando su presencia en Asia Central.
Sin embargo, tampoco en Afganistán logran consolidar el control imperialista, y las tropas de ocupación casi no pueden salir de las principales ciudades, y continúa la resistencia.


3. La crisis económica mundial
Se demostró correcta la afirmación  de nuestro Partido de diciembre de l997: "La explosión de la burbuja bursátil e inmobiliaria en los países del Sudeste asiático, que ha contagiado inestabilidad e incertidumbre a escala mundial, augura una crisis larga en el proceso de acumulación capitalista a escala mundial", y la de enero de l998: "La crisis es mundial, es profunda, será prolongada y tendrá efecto ‘dominó’ y por oleadas". Antes de 1997 se produjo la crisis del Tequila, y posteriormente a la del Sudeste asiático explotó en Rusia, Brasil, Turquía y la Argentina y golpeó duramente las economías de Japón, EE.UU. y Europa.
Se derrumbó el mito de la llamada "Nueva Economía" con el que pretendieron mostrar la utopía de un capitalismo en crecimiento económico ininterrumpido basado en el desarrollo tecnológico.
El índice Nasdaq tuvo en el 2000 la mayor baja de un índice de Wall Street desde 1937. (El índice Nasdaq mide la evolución de las acciones de las empresas de alta tecnología) La fiebre especulativa con las acciones de alta tecnología impidió que se realizasen inversiones necesarias en las industrias básicas norteamericanas que ahora se evidencian con la crisis energética.
El motor de la locomotora norteamericana, que arrastró la economía capitalista después de la llamada crisis del Sudeste asiático se detuvo. La crisis mundial golpea los tres principales centros de la economía capitalista: Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
EE.UU. trata de salir de su recesión iniciada en marzo de 2001 apelando a un mayor endeudamiento interno y externo. El presupuesto fiscal norteamericano va a tener este año un déficit de 475 mil millones de dólares, y el de 2004 va a ser todavía mayor. Han logrado una cierta  reanimación de su economía sin que haya una significativa baja de la desocupación.
Japón, que había logrado el producto per cápita más grande del mundo, duplicando al de Estados Unidos, arrastró una crisis de sobreproducción relativa desde hace más de 10 años (desde comienzos de la década de 1990), de la que pareciera comenzar a salir. A su vez, Japón ha pasado a ser la principal potencia acreedora mundial, pero sus mayores acreencias son precisamente con los Estados Unidos, por lo que la posición del yen en perspectiva es insegura.
La Unión Europea afianzó su mercado común con el euro. Este se ha fortalecido relativamente, por el debilitamiento del dólar y las dificultades del yen. Pero esta "fortaleza" del euro dificulta las exportaciones de los imperialistas europeos, por lo que nuevamente ha aflorado su crisis de superproducción relativa latente. Esto ha llevado a la aplicación de planes de "ajuste", que pretenden liquidar conquistas del llamado "estado de bienestar", agravando sus contradicciones sociales.
De los cinco grandes centros imperialistas (tomando a Europa como una unidad), solo Rusia y China han mejorado su posición relativa. Ambas sobre la base de la explotación de una fuerza de trabajo tan barata, que sólo puede ser  comparable a la de los países más oprimidos del Tercer Mundo.
Rusia ha mejorado utilizando principalmente su potencial energético en petróleo y gas para obtener divisas.
China está desplazando a Japón como centro alrededor del cual gira el Sudeste asiático. China se convirtió en la principal receptora de las inversiones de los capitales "excedentes" de Japón, Estados Unidos y Europa para la producción de mercancías a muy bajo costo, que pueden así competir en el saturado mercado internacional. Pero además China está recibiendo también la instalación de empresas de servicios tales como programación de software y centros de comunicación internacionales aprovechando sus tarifas baratas y la alta calidad de sus técnicos. Sin embargo, en  el último período hay signos de desaceleración de su economía.
Esto en perspectiva también acumula elementos para una mayor crisis de sobreproducción relativa mundial.
Así la economía capitalista imperialista mundial marcha a una agudización de la contradicción entre el capital y el trabajo, básica del sistema, y de las contradicciones entre las grandes potencias imperialistas y los países coloniales, semicoloniales y dependientes, sobre los que se descarga con mayor brutalidad la crisis. Lo que lleva, también, a una agudización de las contradicciones entre las grandes potencias imperialistas, y de éstas con las potencias secundarias, por los mercados y por las esferas de influencia, con el acrecentamiento de los factores de guerra que eso implica.
Lanzado el imperialismo norteamericano a tratar de sobrellevar la crisis con una política abiertamente belicista y colonial, como se expresa con toda crudeza en Irak, ampliando su presupuesto de guerra y consecuentemente su endeudamiento,  está haciendo peligrar al dólar y a todo el sistema de él dependiente. Esto agudiza la contradicción económica con Japón, en su relación directa y en su disputa por los mercados y esferas de influencia de Asia y el Pacífico. También  agudiza la contradicción del imperialismo estadounidense con las grandes potencias de Europa occidental (particularmente Francia y Alemania) y Rusia por los mercados de Europa del Este, Medio Oriente, Asia Central, Africa y también en América Latina. Más silenciosamente China, avanza en sus posiciones en Asia y el Pacífico, tratando de aprovechar las contradicciones económicas entre Japón y Estados Unidos, y en el resto del mundo entre Rusia y Europa, y entre estos y los Estados Unidos.
Observando la situación  del sistema capitalista imperialista mundial en su conjunto, podemos decir que se agudizaran las contradicciones entre:

1) El proletariado y la burguesía.
2) Entre las distintas potencias imperialistas que disputan entre sí.
3) Entre las potencias imperialistas y la clase obrera, los pueblos, países y naciones  oprimidos del mundo.
4) De estas contradicciones, la que más se agudiza hoy en el mundo es esta última.


4. La disputa por el reparto de zonas de influencia
Los Estados Unidos están forzando una redistribución de zonas de dominio en el mundo. La disputa es por nuevas zonas de influencia, mercados, materias primas, particularmente petróleo, y territorios.
Esto ya ocurrió en la guerra de los Balcanes. Hubo contradicciones entre Estados Unidos y Alemania y también con Rusia, China y Francia. Los yanquis buscan cómo controlar el abastecimiento de Europa, Japón y también el de China. Han cercado casi por completo a Rusia y a China. La agresividad yanqui contra Corea del Norte además de castigarla por su política independiente, también está vinculada con completar el cerco contra China,.
La guerra de Irak agudizó y puso en evidencia una contradicción muy fuerte entre los anglo-yanquis por un lado y el eje franco-belga-alemán por el otro. La fractura de la unidad política europea facilitó la agresión yanqui a Irak. Detrás de esa fractura operaron las contradicciones originadas por el control del petróleo iraquí. Se constituyó un eje inglés-español-italiano que apoyó a los Estados Unidos y contó también con el apoyo de la mayoría de los países del Este europeo. Con la ocupación de Irak los EEUU anularon los contratos petroleros del gobierno iraquí con firmas de Francia, Rusia y China, y los de la construcción con Alemania
Varios países imperialistas europeos han reorganizado sus ejércitos en grupos de intervención y fortalecido sus bases militares en otros países, en algunos casos bajo mandatos de las Naciones Unidas También lo ha hecho Japón. La Unión Europea acaba de realizar la integración de diez nuevos países. Los países imperialistas de Europa Occidental, especialmente Alemania y Francia, intentan subordinar la economía de esos países. A su vez, la OTAN llega a la frontera de Rusia.
La contradicción de EE.UU. con China es estratégica y la más grave aunque no se ha tensado tanto últimamente. China, por su producto bruto total y su potencia económica y militar se estima va a superar al producto bruto total de EE.UU. a mediano plazo.
Rusia logró parar las tendencias independentistas en las regiones de la Federación Rusa pero sostiene la guerra contra el pueblo checheno, y está actuando con mayor autonomía en el plano internacional
En Rusia hay un sector que busca una política más abierta de enfrentamiento a los yanquis en unidad con los franceses, alemanes y chinos y otro sector más propenso a un acuerdo económico y militar con los norteamericanos. Después de lograr una cierta estabilidad interna, el conflicto entre estos sectores de las clases dominantes rusas ha vuelto a emerger especialmente en la disputa por el control de la empresa petrolera Yukos, hasta ahora en manos del recientemente detenido Mijaíl Jodorkovski, representante de un sector muy vinculado a los norteamericanos. La resolución de este conflicto expresa un avance del primer sector. Se mantiene el acuerdo de Shangai entre Rusia, China, Kazajstán, Kirguisistán y Tadzhikistan. Rusia acaba de jugar un rol de nexo entre EE.UU. y el eje franco-alemán, en las Naciones Unidas
En la última reunión de la Organización Mundial de Comercio se ha esbozado también un eje China-India-Brasil-Sudáfrica. La India ha tenido un crecimiento económico importante en el último período.



5. Un mundo multipolar
La situación del mundo actual  demuestra nuevamente que frente a la política del imperialismo yanqui de intentar establecer un  mundo unipolar, se fortalecen las características de un mundo multipolar.
Luego del colapso de la URSS, quedó una sola superpotencia económica, política y militar: los Estados Unidos .Estos poseen presencia militar en más de 100 países, son la única potencia en condiciones de intervenir militarmente en cualquier región del mundo y con sus acciones políticas y militares condicionan a sus adversarios imperialistas en zonas críticas del planeta. Las otras potencias que disputan con él en distintas regiones del mundo son  Japón, Rusia, China y las potencias europeas.
Políticamente existen varias: EE.UU., Japón, Rusia, China y las potencias europeas que tienden a nuclearse alrededor del eje Francia-Alemania o de unirse a EE.UU. como Inglaterra.
 Militarmente se puede hablar de tres potencias  mundiales: EE.UU., Rusia y China.
Económicamente existen cuatro potencias principales: EE.UU., Europa, cuando actúa unida su mayor parte (hay que tener en cuenta que 12 países han adoptado el euro. Inglaterra mantiene su propia moneda) Japón y China.
Podemos afirmar que los últimos acontecimientos contrarían, con la fuerza implacable de los hechos, tanto las  teorías y los pronósticos de la derecha y  los revisionistas que durante una década negaron la crisis económica, como sus tesis que desde la teoría del "Imperio", o de la teoría de la globalización, niegan la existencia actual del imperialismo y lo consideran una etapa del pasado. Estas teorizaciones sostienen además la imposibilidad de la  revolución, y, como J. Holloway y Negri, terminan sosteniendo que "la guerra de Afganistán no es nuestra guerra"), o que los norteamericanos van a democratizar Irak (Reportaje a Negri en el diario Clarín del 26 de Octubre 2003).
Estas ideas son difundidas y apoyadas por los círculos académicos, universitarios y periodísticos justamente porque al contar sus autores con un halo (o un pasado) de "izquierda", son más funcionales aún a las clases dominantes.
Por el contrario, redobla su vigencia  la definición leninista  según la cual: l ) la nuestra es la época del imperialismo y de la revolución proletaria; 2) en la época del imperialismo se acentúa el desarrollo desigual de los países capitalistas y la inevitabilidad de que los países imperialistas recurran a la guerra para repartirse el mundo; y 3) el imperialismo ha dividido al mundo en naciones opresoras y naciones oprimidas, el proletariado internacional lucha al lado de estas últimas y las revoluciones de liberación nacional confluyen con la revolución proletaria mundial.


6. Palestina
Estimulado por la agresión a Afganistan e Irak del imperialismo norteamericano, el estado fascista de Israel encabezado por Sharon desarrolla una política de agresión hacia el pueblo palestino, que incluye la demolición sistemática de viviendas, los asesinatos selectivos de dirigentes, la represión con misiles de manifestaciones de estudiantes desarmados, la legalización de la tortura, etc. La construcción del muro crea condiciones de vida y de trabajo muy difíciles a los palestinos, instalando un sistema del tipo del "apartheid" sudafricano.    
La intifada, es decir la lucha de todo el pueblo palestino con piedras, armas y usando heroicamente su propio cuerpo como arma, en la lucha por su liberación y por  el derecho a tener su propio Estado, no ha podido ser detenida y se intensifica. Cuenta con la solidaridad y la simpatía de amplias masas del mundo árabe, a pesar de la traición de las burguesías de muchos países árabes.
Las acciones de solidaridad se han extendido en todo el mundo, y se han creado contradicciones dentro de Israel, donde se han desarrollado grandes manifestaciones  exigiendo el retiro de la Franja de Gaza,
Se suma a la resistencia iraquí, convirtiéndose Medio Oriente en el lugar de mundo donde se libra la principal lucha contra el imperialismo, y centro por lo tanto, de tormenta revolucionario.


7. Un centro de tormenta revolucionaria
América del Sur se ha  transformado en uno de los más activos centros de tormenta revolucionaria y de lucha antiimperialista en  el mundo
El pueblo boliviano, ha protagonizado jornadas de lucha que se iniciaron con la "Guerra del agua", en  el 2000, siguieron con la histórica pueblada del 12 y 13 de febrero último para culminar con el levantamiento y paro general de características insurreccionales que lograron echar del gobierno a Sánchez de Lozada asestando un gran golpe al imperialismo yanqui que era su principal sostén. Sánchez de Lozada tuvo que ser rescatado por los yanquis, que financian a los altos mandos del Ejército so pretexto de la lucha contra el narcotráfico.
La heroica revuelta popular conjunta de mineros, campesinos,  estudiantes, con amplia participación de mujeres, quechuas, aymaras y cambas, logró unir a otros sectores populares. Enfrentaron durante días a las fuerzas represivas, con marchas, bloqueos de rutas y el uso tradicional de la dinamita de los mineros, tuvieron un costo de decenas de muertos y centenares de heridos y lograron inclusive que soldados se negaran a tirar contra el pueblo.
El levantamiento boliviano se ha convertido en una gran preocupación para los imperialistas y las clases dominantes de América del Sur, por el camino que proyecta para el futuro de Bolivia y de la región. Actualmente continúa la lucha contra el gobierno de Mesa, contra el plebiscito tramposo y por la nacionalización de los hidrocarburos, a pesar de las actitudes conciliadoras de Evo Morales. Los aymaras de la localidad de Ayo Ayo aplicaron la justicia comunal ante la protección de la justicia oficial del régimen a los alcaldes corruptos.
El Argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 2001 y las luchas posteriores de nuestro pueblo han tenido una gran repercusión en toda América Latina.
La unidad de la mayoría de las fuerzas armadas bolivarianas con las masas populares organizadas, lograron derrotar: al paro de los traidores sindicalistas que estuvieron al servicio de la oligarquía y el imperialismo yanqui y el golpe preparado para eliminar a Chávez y cerrar sangrientamente el proceso liberador en Venezuela. A partir de esta experiencia se desarrolla un mayor proceso de auge de masas y de organización popular, que incluye la toma de fábricas y de tierras.
La línea fascista de Uribe en Colombia no ha logrado derrotar a la guerrilla y al combate obrero y popular en ese país, y ha sufrido un gran golpe con el fracaso del plebiscito con el que pretendía legalizar su política.
En Brasil, a pesar de la línea de Lula, que ha traicionado sus promesas electorales y sostiene una política conciliadora y en la práctica entreguista se intensifican las luchas del proletariado, los "Sin tierra" y el pueblo brasileño. Se desarrolló una gran lucha de los estatales contra la reforma previsional, que empujó a agudizar contradicciones dentro de los bloques parlamentarios oficialistas del Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Comunista de Brasil (PC do B).
Sigue el combate de la clase obrera, el campesinado y el pueblo paraguayo, que en grandes jornadas de lucha , dirigidas por la Federación Nacional Campesina (FNC)  y la Central Nacional de Trabajadores (CNT) ha logrado impedir las privatizaciones que empujan el FMI y el imperialismo. Con el nuevo gobierno de Duarte Frutos se sigue expandiendo la formación de asambleas populares en las comunidades campesinas y urbanas para lograr una tarifa social para la electricidad, no pagando la misma hasta el logro total de ésta reivindicación. La FNC ha logrado mediante un plan de lucha nacional la entrega subsidiada de semillas de algodón para el campesinado paraguayo. Los docentes mediante la lucha han derrotado el intento del nuevo gobierno de elevar los años de servicios para obtener la jubilación, y otras medidas reaccionarias.
Crece el combate popular en Perú. El gobierno proyanqui de Toledo, cada día mas impopular, ha tenido que sacar a las Fuerzas Armadas a la calle y decretar el Estado de Sitio para tratar de salvarse, ante las puebladas en su contra, particularmente el levantamiento de Puno. El levantamiento de Arequipa logró frenar las privatizaciones. La pueblada de Ilavi, que castigó a un alcalde corrupto que había sido de Patria Roja, fue seguida de 12 levantamientos locales en distintas zonas de Perú. La huelga docente de Ayacucho fue acompañada también de una pueblada que atacó edificios públicos. Se realizó una huelga de hambre de los presos políticos que logró mejoras en las condiciones carcelarias. Continúan las acciones armadas del PC del Perú (Sendero Luminoso).
Los levantamientos de los pueblos originarios y otros sectores populares en Ecuador también alcanzaron características insurreccionales logrando derribar los gobiernos reaccionarios. Se han desarrollado grandes movilizaciones de docentes, estudiantes, trabajadores petroleros, etc.
En Uruguay ha habido importantes paros obreros. El de los trabajadores de la salud contó con la solidaridad de todo el pueblo. Se logró un triunfo con el plebiscito que paró la privatización de ANCAP.
En las luchas que se libran en América Latina, los pueblos originarios, tanto los que viven en zonas campesinas, como los que viven en zonas suburbanas y urbanas han ido adquiriendo una participación creciente
La participación de los mineros en el Bolivianazo y los combates de las masas proletarias en Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, son indicativos del creciente papel -decisivo para el triunfo- de la clase obrera en la lucha liberadora de nuestros pueblos.
Las últimas luchas de América Latina y el Caribe bocetan la unidad estratégica de las grandes masas campesinas, en su gran mayoría indígenas, con el proletariado de los grandes centros urbanos. Esta unidad es imprescindible para el triunfo del proceso revolucionario.


8. América Latina
La política del imperialismo yanqui para América Latina tiene un brazo militar y un brazo económico. El bloqueo junto a las amenazas y provocaciones contra Cuba, que alcanzaron su punto más álgido en mayo de 2003, la ocupación de la base de Guantánamo, centro de tortura de prisioneros, la intervención militar en Haití, el plan Colombia, la instalación de bases en distintas países del continente, el golpismo en Venezuela, las maniobras militares conjuntas, los acuerdos con el ejército boliviano, forman parte del primero, mientras que la creciente penetración de los monopolios, la compra de tierras, la apropiación de empresas estatales, el ALCA  y la deuda externa son  el eje del segundo.
El plan Colombia y la iniciativa regional andina trataron de suplir el retiro de los yanquis del Canal de Panamá. Con él los yanquis quieren aplastar la rebeldía guerrillera colombiana, controlar el peligro de nuevas sublevaciones populares en Ecuador, garantizarse el control del tráfico de drogas y el lavado de narcodólares, también avanzar sobre la Amazonia y contener el peligro que para ellos significa el gobierno de Chávez en Venezuela y los movimientos populares de la región.
El imperialismo norteamericano encuentra sin embargo, crecientes dificultades para sus planes. En primer lugar, por el auge revolucionario de la lucha de los pueblos, y también por la disputa interimperialista en la zona. No pudo realizar los ejercicios militares conjuntos, llamados Aguila 3 en Mendoza. Y se ha debilitado el TIAR (tratado de acuerdos entre las Fuerzas Armadas del continente).
Lula sigue una política muy conocida en América del Sur. Sube con un programa y cuando llega al gobierno pone en práctica otro. Comparte el gobierno con los terratenientes del nordeste y con la gran burguesía paulista. Ha aplicado los planes de ajuste del FMI que exigen un superávit fiscal que impide realizar incluso las más tímidas reformas. La política de Lula golpea las expectativas de distintos sectores sobre la posibilidad de haber establecido a partir de las luchas populares y del surgimiento de corrientes reformistas burguesas y pequeño burguesas en América del Sur una acción coordinada frente a la ofensiva del imperialismo norteamericano. Se va delineando un eje Lula-Lagos que plantea acordar con el FMI y entrar al ALCA desde el Mercosur forcejeando desde adentro con el imperialismo yanqui.
En ese marco el gobierno de Lagos, por un lado resistió las imposiciones de los EEUU durante la agresión a Irak y  por otro, firmó en un acuerdo bilateral el ingreso de Chile al tratado de libre comercio con los EEUU, preludio del ALCA.
El otro eje es el de Chávez-Fidel con posiciones más abiertas de enfrentamiento al imperialismo norteamericano.
Cuba continúa padeciendo, por más de cuarenta años ya, el bloqueo yanqui y enfrenta sus permanentes amenazas y provocaciones. Bush ha intensificado el bloqueo a través de distintas medidas recientes. Kerry tiene su propio plan para Cuba. Europa, encabezada por Aznar, se ha sumado también a esta política imperialista contra la isla. Hay sectores internos norteamericanos interesados en "ablandar" el bloqueo pero Bush sostiene la política de "mano dura".
Chávez sostiene posiciones antiyanquis y antioligárquicas. Logró sacar el control de la empresa petrolera estatal, una de las más importantes para el abastecimiento de los EE.UU., de manos de los proyanquis. Este fue el motivo del paro patronal que paralizó la economía durante más de cuarenta días, pero fue derrotado. Tomó medidas populares en el agro, la pesca, la educación y salud y continúa enfrentando a la reacción planteando que la experiencia chilena de Salvador Allende muestra la necesidad de prepararse para el enfrentamiento armado a los golpistas. Propone un acuerdo de integración económica latinoamericana llamado ALBA
La traición de Gutiérrez en Ecuador a su  programa motivó la ruptura del Frente que lo llevó al gobierno integrado por sectores del Ejército, organizaciones indígenas y el Movimiento Popular Democrático.
Es posible el triunfo del Frente Amplio en las próximas elecciones en Uruguay, con un candidato socialdemócrata.
Las contradicciones interimperialistas también se agudizan en América Latina. La hegemonía yanqui es enfrentada por la lucha de los pueblos, que le ha asestado duros golpes, como ha ocurrido en Bolivia. Su situación es difícil en Venezuela  y Colombia.
Los imperialistas rusos, franceses, alemanes, italianos, ingleses, japoneses y chinos, disputan agudamente con los yanquis, tratando  de montarse en la lucha de los pueblos. Esto se refleja, en distinto grado, en recientes procesos de varios países de América del Sur. Un ejemplo de la disputa interimperialista es la lucha por el control del gas boliviano. El grupo Pan American, anglo-ruso negocia activamente el corredor bioceánico, para dominar la exportación del gas mientras que el pueblo boliviano lucha para ponerlo al servicio de sus necesidades.
El imperialismo chino está particularmente activo en la región.
El Mercosur es un acuerdo en beneficio de los monopolios imperialistas y las clases dominantes. En él se expresa la disputa de las potencias imperialistas rivales de los yanquis, potencias cuyos monopolios tienen un peso fundamental. Se negocian acuerdos entre el Mercosur y la Unión Europea, y también, menos avanzados, con Rusia, China y Japón. A su vez el Mercosur se ha ampliado mediante acuerdos con Chile y Bolivia; han propuesto su asociación Venezuela y Méjico y hay propuestas para establecerlos con el pacto andino. También hay propuestas para avanzar en acuerdos políticos y realizar actividades culturales.
Las luchas populares antiimperialistas, particularmente contra el imperialismo yanqui, han jugado un papel fundamental para empantanar las negociaciones por el ALCA. También incide la disputa de los otros imperialismos con EE.UU.


9. Las luchas de la clase obrera en los países imperialistas
Continúan desarrollándose importantes luchas del proletariado norteamericano, como la del Correo, la de General Motors, los portuarios de la costa oeste que desafiaron la amenaza de militarización, la de Wall Mart, etc. Fueron algunos sindicatos, como el de los estatales de la ciudad de Nueva York, los que iniciaron y jugaron un papel importante en la lucha contra la agresión a Irak
Los obreros norteamericanos, particularmente siderúrgicos, metalúrgicos, etc. están jugando un papel importante en la lucha contra el ALCA.
Los trabajadores europeos han desarrollado incesantemente huelgas y manifestaciones contra las medidas de ajuste que pretenden alargar la edad jubilatoria y suprimir beneficios sociales. Estas huelgas llegaron a paralizar completamente a Francia en el año 2002. Fueron muy importantes también en Francia las luchas de los estatales, especialmente de la educación en 2003.
En Alemania se han sucedido huelgas sectoriales, particularmente del sector metalmecánico. Arrancadas muchas veces desde abajo, han culminado con las grandes manifestaciones contra la reforma jubilatoria, que juntaron 100.000 personas en Berlín el 31 de Octubre de 2003. El proletariado participó activamente en las demostraciones contra la agresión a Irak.
En Italia  se han realizado también innumerables manifestaciones con confluencia de los distintos sindicatos. Han sido especialmente importantes la de los metalmecánicos, sobre todo en la Fiat, la del transporte y la de los médicos y el personal de sanidad, y las manifestaciones contra la guerra.
Tuvieron gran importancia las luchas de los trabajadores de la Ford en Bélgica.
Continúan desarrollándose grandes luchas de la clase obrera en China.
Los trabajadores de los países imperialistas enfrentan las políticas de sus burguesías, que quieren la  flexibilización del trabajo, la extensión de la jornada laboral, los recortes salariales, el incremento de la edad de  jubilación, y los recortes en los servicios sociales. En estas luchas se desarrollan bloqueos de la producción, huelgas espontáneas, piquetes en la puerta de fábrica, cortes de rutas, bloqueos de ferrocarriles, etc., en muchos casos desbordando las dirigencias sindicales. Rechazan así que la crisis se descargue sobre ellos y se liquiden las conquistas logradas con grandes luchas después de la segunda guerra mundial. Volver a la jornada de 48 horas sería un golpe para todo el movimiento obrero en el mundo.
A su vez, el proletariado de los países imperialistas juega un papel en la lucha antiimperialista en unidad con los pueblos y naciones oprimidos
En otros países, como Corea del Sur y Malasia se han desarrollado también muy importantes luchas obreras.


10. El ascenso del movimiento campesino, popular y antiimperialista
La lucha del  campesinado por la tierra y otras reivindicaciones se mantiene en alza.
Las políticas agrarias que impulsan los monopolios imperialistas y los terratenientes, que refuerzan el latifundio y la dependencia, de acuerdo a la división internacional del trabajo, llevan al hambre a millones de campesinos en todo el mundo.
El campesinado lucha en todos los países oprimidos.
En América Latina se destacan las luchas de los campesinos brasileños por la tierra, del campesinado paraguayo y boliviano.
En la India y Filipinas, miles participan en ellas, que algunas veces son armadas.
Los pueblos originarios de América Latina se han convertido en protagonistas principales en procesos tales como el de los zapatistas en Méjico, que han vuelto a declarar su repudio a las elecciones amañadas y permanecen armados. Aymaras y quechuas irrumpieron en el proceso electoral en Bolivia y jugaron un papel fundamental en el reciente levantamiento boliviano. En Chile los mapuches sostienen su lucha por su tierra.
Desde Seattle, en cada foro internacional de la OMC, del "Grupo de los 7", de la Unión Europea, del ALCA etc., irrumpen grandes movilizaciones, que han llevado a la situación de que estos se tengan que realizar en lugares cada vez más alejados de los grandes centros poblados, reclamando por distintas reivindicaciones. Muchas de estas movilizaciones son protagonizadas por el movimiento de antiglobalización. Este movimiento tiene distintos sectores en su seno. Su concepción general da por sentada la verdad de la "globalización" y a partir de esto deja de lado la lucha nacional. Este movimiento ha jugado, al igual que una parte de los movimientos ecologistas, un papel objetivamente antiimperialista.
En Corea, Japón, Filipinas, Tailandia, Grecia, Inglaterra y otros países ha habido grandes acciones de masas contra las bases norteamericanas.



Cuestiones en debate alrededor de los problemas internacionales
Las diferentes líneas oportunistas y revisionistas tuvieron expresiones en las tendencias que se desarrollaron en el gran movimiento contra la invasión a Irak.
También aparecen  alrededor de la posibilidad o no de la revolución en un solo país, y del tipo de alianzas en la lucha antiimperialista.

Pensando que la globalización es una tendencia objetiva del capitalismo algunas organizaciones plantean que lo fundamental de la lucha de las fuerzas revolucionarias ya no debe estar centrada en el plano nacional sino que debe trasladarse al plano internacional, oponiendo a la globalización neoliberal la globalización de la "resistencia" o la "globalización de los pueblos". Damos toda la importancia necesaria a las iniciativas internacionales y a la solidaridad internacional, pero consideramos que sigue vigente la tesis leninista según la cuál la principal tarea internacionalista de los comunistas es hacer la revolución en su propio país.
Otra tesis difundida  entre sectores antiimperialistas de América Latina, es la de que un país sólo no podría hacer la revolución, y tampoco oponerse al imperialismo. Esto lleva a la concepción de que es necesaria una matriz regional común para enfrentar al imperialismo, especialmente al norteamericano,  ahora reforzada por la idea de que no hay "retaguardia".
Por una parte se desconoce que desde la revolución de la independencia contra España, cada país ha ido desarrollando sus propias y específicas características nacionales, que son la verdadera matriz de cualquier proceso político y revolucionario. Por otra parte oculta el papel funesto  que cumplió la URSS socialimperialista, al ser considerada la "retaguardia" o la "aliada natural de los pueblos". Esto no implica que no tengamos en cuenta la resonancia que las luchas en cada país de América Latina tienen sobre los otros, y la necesidad de la solidaridad y la coordinación de acciones específicas de lucha.  
En América del Sur también luchan varias líneas respecto del enfrentamiento al imperialismo yanqui y a los otros imperialismos.
Una busca unirse con sectores de los terratenientes y la burguesía intermediaria de otros monopolios y potencias imperialistas forcejeando con los yanquis desde adentro (apoyando al Mercosur contra el ALCA, por ejemplo) y en pos de esta alianza sacrifica la lucha democrática y social de la clase obrera y el pueblo.
Otra  línea, sostiene un mayor enfrentamiento con los yanquis, se plantea incluso la necesidad de la resistencia armada contra los intentos golpistas, promueve hasta cierto grado la movilización popular, pero planteando como objetivo el cambio del modelo neoliberal, y no el cambio del sistema social.
El discurso  de Fidel Castro en Buenos Aires, teniendo en cuenta que su presencia concitó la expectativa de miles de jóvenes interesados en la historia de la revolución cubana y conmovidos por el ejemplo del Che, al negar la necesidad de la revolución en la Argentina, contribuye a la socialdemocratización de importantes sectores de izquierda y otros sectores populares que se referencian principalmente con la revolución cubana.
Otra línea, estudiando las causas de las derrotas de Perón en la Argentina, Allende en Chile, de Goulart en Brasil, de Velazco Alvarado y Alan García en Perú, del MNR en Bolivia y de las diferentes experiencias socialdemócratas del 80 a aquí en América Latina, empuja la unidad popular para la lucha antiimperialista y antioligárquica sobre la base de la alianza obrero-campesina, la hegemonía de la clase obrera dirigida por una línea proletaria, y la independencia del combate popular revolucionario respecto de la lucha entre los de arriba, utilizando sus contradicciones a favor de la lucha popular.
En el plano internacional, los partidos marxistas-leninistas-maoístas, que dieron batalla al revisionismo en todos los terrenos se han mantenido y en algunos países  están creciendo y han consolidado sus vínculos internacionales.
Se han mantenido y han crecido también en algunos países, las organizaciones que, sin adherir al maoísmo, no revisaron los principios básicos del marxismo-leninismo, combaten al revisionismo y participan del debate y la reflexión sobre las causas de la derrota del socialismo



Las tareas internacionales del partido
1. El PCR es un destacamento nacional del proletariado internacional. Levanta las banderas del internacionalismo proletario y tiene como una de sus principales tareas, la de la solidaridad con las luchas de la clase obrera mundial.
2. Hoy más que nunca se debe expresar nuestra solidaridad con el heroico pueblo iraquí, que resiste en combate desigual la ocupación militar yanqui-inglesa, solidaridad que debe ser activa  porque allí se libra una de las principales batallas en la lucha antiimperialista.
3. Damos todo nuestro apoyo a la lucha del movimiento obrero y campesino paraguayo y boliviano, a la lucha de la clase obrera y el pueblo ecuatoriano y venezolano y a la clase obrera y los pueblos de Latinoamérica.
4. Damos todo nuestro apoyo a la lucha antiimperialista de los pueblos y naciones oprimidas, en particular Afganistán, Palestina, Chechenia y Haití. Damos nuestro apoyo a la lucha de los pueblos irlandés, vasco y portorriqueño por su autodeterminación e independencia.
5. Damos todo nuestro apoyo a los países que son objeto de la agresión y amenazas imperialistas, como Cuba, la República Democrática y Popular de Corea, Irán, Siria y otros. Exigimos el retiro de las tropas extranjeras de Haití.
6. Damos todo nuestro apoyo a los pueblos oprimidos que dirigidos por partidos marxistas-leninistas-maoístas luchas con las armas en la mano contra sus opresores en Filipinas, Nepal, Perú y la India y a las fuerzas revolucionarias que luchan, armadas, contra el imperialismo y la reacción local en Colombia, Méjico.
7. Repudiamos el intervencionismo imperialista en Yugoslavia, Africa Central, Chechenia y en cualquier otro lugar en el que se haga. Sostenemos el principio de la autodeterminación de los pueblos.
8. Condenamos y repudiamos el envío por el gobierno argentino de tropas a distintas partes del mundo, en particular a Haití, al servicio del imperialismo haciéndole jugar un rol de tropas mercenarias y exigimos el inmediato retiro de las mismas.
9. Reclamamos la solidaridad de todos los pueblos con nuestra lucha por la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sadwich del Sur, ocupadas por el imperialismo inglés.
10. Condenamos la instalación de bases militares norteamericanas, inglesas, o de cualquier país imperialista en América Latina y los operativos militares conjuntos.
11. Damos todo nuestro apoyo a la resistencia de los pueblos y naciones del Tercer Mundo al saqueo económico imperialista como sucede con la deuda externa, y la defensa de mejores precios para sus materias primas y sus productos. Rechazamos el ALCA.
Oponemos a los acuerdos regionales de los monopolios la defensa de la independencia nacional, la solidaridad de la clase obrera y los pueblos y naciones oprimidos. Apoyamos la integración económica de los países de América Latina sobre la base de su integración nacional y el enfrentamiento al imperialismo. En este sentido debemos trabajar particularmente para la unidad y coordinación de las luchas del proletariado y los pueblos de los países de la región.
12. Luchamos por la jornada internacional de trabajo de seis horas diarias y 35 horas semanales sin rebaja salarial, consigna internacional que debe integrarse a la realidad y a la lucha revolucionaria en cada país.
13. Repudiamos y exigimos el castigo a las violaciones a los derechos humanos contra los pueblos y sus dirigentes revolucionarios. Exigimos la inmediata libertad de Abimael Guzmán, Oscar Ramírez Durán (Feliciano) y demás presos políticos peruanos, castigados por una justicia que niega los más elementales derechos democráticos y sometidos a las más aberrantes condiciones carcelarias. De Francisco Caraballo y demás presos políticos colombianos.
Exigimos la inmediata liberación del periodista revolucionario, ex militante de los Panteras Negras, Mumia Abbu-Jamal, condenado a muerte en los Estados Unidos, y la de los presos políticos de Turquía, Nepal, Filipinas y otros.
Exigimos el cese de la persecución, bajo el calificativo de terroristas, de fuerzas y dirigentes  revolucionarias como el Partido Comunista de Filipinas, la guerrilla maoísta de Nepal, y dirigente filipino José María Sison.
Exigimos al estado chileno la libertad de los más de 100 hermanos mapuches presos por la lucha de la tierra en Chile.
Repudiamos las torturas infligidas a los presos políticos y prisioneros de guerra en Irak, Guantánamo, Afganistán, Turquía, y a los palestinos en Israel. Exigimos el respeto a los derechos políticos y jurídicos de todos los presos políticos y prisioneros de guerra en el mundo que hoy les están siendo negados. Reclamamos la libertad de los 5 cubanos presos en Miami.
Damos nuestro apoyo a la lucha de los pueblos contra las tendencias fascistas en el mundo.
Rechazamos los tribunales, cortes penales internacionales y los juicios extraterritoriales que se fundamentan en la teoría de la "globalización de la justicia" y que avalan y favorecen el intervencionismo de las metrópolis imperialistas, avasallando el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Defendemos en cambio, la necesidad de luchar por el castigo de los responsables de los crímenes contra los pueblos, como uno de los objetivos de la lucha antiimperialista y revolucionaria en cada país.
14. El PCR considera una tarea prioritaria, en el terreno internacional, la lucha contra el revisionismo  moderno y el neo-revisionismo   y trabajará para fortalecer la unidad de los partidos marxistas-leninistas-maoístas, dado que sólo desde la defensa del marxismo-leninismo-maoísmo se puede enfrentar y derrotar al revisionismo y al neo-revisionismo. No puede haber unidad ideológica con el revisionismo y el neo-revisionismo, por lo que nos oponemos a los proyectos que impulsan  la unidad internacional de todos los "marxistas" (la llamada "unidad de las cuatro internacionales") incluidos los neo-revisionistas, los socialdemócratas y los trotsquistas y a los que impulsan la unidad de los "marxistas-leninistas" incluyendo entre estos a los neo-revisionistas.
15. El Partido prestará una atención particular a la coordinación y a las tareas comunes con las organizaciones de América Latina marxistas-leninistas-maoístas y a las iniciativas y a la unidad de acción con las organizaciones marxistas-leninistas y revolucionarias.
16.  En la lucha contra el imperialismo y la reacción internacional participaremos -deacuerdo con nuestras posibilidades- en reuniones e iniciativas internacionales que faciliten la unidad y coordinación en esa batalla con otras fuerzas antiimperialistas y obreras aunque tengamos con ellas diferencias ideológicas profundas.