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25 de noviembre de 2015

Grecia vivió el jueves 12 de noviembre la primera huelga general bajo el nuevo gobierno de Alexis Tsipras, una protesta que puso rostro al gran descontento popular que se palpa a diario contra las medidas de austeridad del “tercer rescate” en las principales ciudades del país.

Huelga general en Grecia

Contra las políticas de “austeridad”

 La protesta tuvo lugar en momentos en que los acreedores imperialistas –Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad– se encontraban en Atenas para ajustar los términos de dicho “rescate”.

 La protesta tuvo lugar en momentos en que los acreedores imperialistas –Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad– se encontraban en Atenas para ajustar los términos de dicho “rescate”.
El paro fue convocado en Atenas por los principales sindicatos del sector público (Adedy), privado (GSEE) y PAME, partido comunista, para expresar su “oposición a las nuevas medidas anti laborales del gobierno de Syriza y del tercer memorando”.
En contraste con algunos comercios que abrieron sus puertas, los medios de transporte pararon y farmacéuticos y médicos también se unieron a la huelga, dos gremios que ofrecieron servicios mínimos. Los medios de comunicación también se sumaron a la protesta y, para sorpresa de los turistas, los museos y sitios arqueológicos también suspendieron sus funciones.
Según los medios griegos, alrededor de 30.000 personas participaron en la marcha que recorrió las calles del centro de Atenas y que terminó con enfrentamientos con la policía. Es la primera huelga general que el partido de Alexis Tsipras afronta desde su llegada al poder el pasado enero y a la que se ha sumado el partido Unidad Popular, escisión de Syriza. En la manifestación participaron entre otros antiguos miembros del gobierno de Tsipras, como Panayotis Lafazanis, o la expresidente del Parlamento, Zoí Konstantopulu, que abandonaron Syriza en protesta por la traición de Tsipras a su programa en las negociaciones con los acreedores. “Las medidas quieren demoler la educación pública, la sanidad pública y los salarios. Todo esto está en el paquete que han firmado con la Unión Europea“, lamentó Kostas, profesor en una escuela primaria.
“No hay solución con solo cambiar un Gobierno mediante el voto y esto acaba de demostrarse”, sostuvo Sofía, representante de trabajadores de compañías telefónicas griegas.
La participación que, según los medios griegos, fue del 70% a nivel nacional en los principales sectores, se ha dado en un contexto en el que el primer paquete de reformas negociado con los acreedores, aún está sin terminar. Los puntos más espinosos del primer paquete se centran en la gestión de los préstamos morosos y las ejecuciones hipotecarias.