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25 de mayo de 2016

El “viejo continente” está mostrando signos de cambios políticos que van expresando el posicionamiento de las distintas clases sociales frente a la crisis económica, social y política por la que atraviesan la mayoría de los países de la Unión Europea.

Europa convulsionada

Efectos de los vientos de frente en la economía

 

 
En Austria, el candidato de Los Verdes Alexander Van der Bellen ganaba las elecciones del domingo 22 por pocos votos, con el ultranacionalista Norbert Hofer pisándole los talones. En Francia recrudecen las protestas tras la aprobación por decreto de la ley de “reforma laboral” por parte del gobierno “socialista” de Hollande. En Turquía, Erdogan acrecienta su fascismo impulsando una norma anticonstitucional para quitarles los fueros a los diputados opositores, en su mayoría kurdos. Gran Bretaña va a un referéndum en junio para decidir si se va o se queda en la Unión Europea. Los ministros europeos “aprietan” a Grecia para que concrete la expulsión de refugiados.
Este es apenas un panorama parcial de la semana que pasó en Europa, que confirma lo que viene planteando nuestro partido: soplan vientos de frente para la economía internacional. Esto está en el trasfondo de los acontecimientos.
Se ve claro en el tema de los refugiados. En menos de un año, la “bienvenida” a los miles de migrantes de Siria, Afganistán, y del norte de Africa, por parte de los gobiernos europeos, se transformó en crecientes medidas de expulsión, particularmente a Turquía. Los últimos episodios son: el desmantelamiento de campos de refugiados “improvisados” en Grecia, como el de Idomeni, donde viven actualmente 8.500 personas, y la polémica alrededor del fallo de un juez griego que reconoció el derecho de un asilado a quedarse en Europa. El fallo va a contramano de la exigencia de los ministros europeos a Grecia para que incremente la expulsión de inmigrantes a Turquía, y de las medidas tomadas por la UE de bajar de seis a dos meses el tiempo de espera para decidir si se reintroduce el visado desde países en los que había sido suspendido. 
Estas medidas van de la mano del manto de protección que los gobiernos europeos extendieron sobre el fascista Erdogan, presidente de Turquía, que no ha parado en su política represiva, mandando el ejército al Kurdistán turco, bombardeando campamentos de refugiados en la frontera con Siria, y ahora levantando la inmunidad a los parlamentarios opositores, para poder acusarlos de “terrorismo”.
 
Crecen las protestas en Francia
En la Francia de Hollande, las huelgas y marchas han recrudecido, tras la decisión de sancionar por decreto la “reforma laboral” que abre las puertas a una gran flexibilización, y que viene siendo repudiada por los grandes sindicatos, y particularmente por millares de jóvenes que han tomado las calles de las ciudades francesas los últimos meses.
El jueves 19, nuevamente hubo manifestaciones en París y otras ciudades francesas, en algunos lugares con violentos enfrentamientos con la policía. Esto en medio de huelgas en refinerías, bloqueos a puertos y paros en el servicio de transporte ferroviario y aéreo. 
Los jóvenes integrantes del movimiento asambleario nuit debout (Noche de pie) vienen denunciando las nuevas prácticas represivas policiales, que consisten en saturar de efectivos las marchas pequeñas, literalmente encerrando a los manifestantes. Es la “respuesta” de la policía a las acusaciones de brutalidad represiva de los últimos tiempos, con golpizas a detenidos y disparos a quemarropa de balas de goma, como la que le hizo perder un ojo a un joven en Rennes.
Tanto los gremios como las organizaciones estudiantiles (protagonistas principales de la lucha contra la reforma laboral), han augurado el aumento de la lucha contra esta medida, que es rechazada por el 70% de los franceses, según las propias encuestas que manejan los grandes medios.