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30 de octubre de 2013

Dos casos ocurridos las últimas semanas en Europa muestran la realidad social de los gitanos, uno de los grupos étnicos más perseguidos y empobrecidos del continente.

Crece el racismo en Europa

Persecuciones a gitanos en Grecia, Francia y Bulgaria

Por un lado, los noticieros de todo el mundo mostraron a la niña apodada “el Ángel Rubio”, encontrada en un campo de gitanos en Grecia, con personas que no tenían vínculos de sangre con ella. Sus padres biológicos resultaron ser gitanos búlgaros, que viven en condiciones de extrema pobreza. Los jueces y políticos de la Unión Europea levantan el dedo “acusando” a los padres biológicos de abandono, y los amenazan con sanciones, así como a la familia con quien se encontraba la pequeña es acusada de integrar una red de trata.
Pocos hablan de las condiciones sociales en las que viven decenas de miles de romanís, que es como se llaman a sí mismos los gitanos. Perseguidos por los gobiernos de varios países, es el “socialista” Hollande, de Francia, quien se encuentra a la cabeza de una cruzada para expulsar a los gitanos de territorio galo.
Katia Rousseva, de 20 años y hermana mayor de la niña encontrada en Grecia, asegura que se llama María y afirma “Nosotros la protegeremos y compartiremos nuestro pan con ella”. Katia denuncia además su temor a que los servicios sociales “se lleven a María” cuando vuelva a Bulgaria, práctica que es bastante común por parte de los estados contra los campamentos gitanos, para entregar los niños en adopción en países como Alemania. Katia dijo además que su madre le contó que había dejado un bebé en Grecia. “No tenía dinero para pagar su pasaporte”, cuenta. Roumiana Tinkova, de 32 años y madre de seis hijos, relata que los servicios sociales se llevaron a otros tres. “Estaban malos, yo firmé unos papeles, pero no sé leer. Luego me enteré de que mis chiquillas habían sido adoptadas en Alemania”, cuenta.
Otros gitanos de los poblados búlgaros Nikolaevo y Gourkovo aprovechan la presencia de los medios para denunciar “Es raro que encontremos trabajo. Nos queda hurgar en los cubos de basura y robar”, explican hombres bajo condición de anonimato. El caso de María ha destapado al menos 10 similares, que involucran a niños gitanos en Estados Unidos y en Europa. 
 
Condenados a ser errantes
La otra situación, que ha desatado una oleada de movilizaciones, es la de Leonarda Dibrani, una adolescente de 15 años, romaní originaria de Kosovo, expulsada de Francia por orden del gobierno. El 9 de octubre la joven participaba junto a sus compañeros del tercer año de secundaria en un paseo escolar en el departamento de Doubs, cuando la policía ordenó detener el autobús para capturarla, y pocas horas después fue expulsada junto a su madre y hermanos rumbo a Kosovo.
El ministro del Interior francés, Manuel Valls, hijo y nieto de republicanos españoles, afirma que “el problema gitano solo puede solucionarse con expulsiones”, ya que los romaníes “no tienen vocación de integrarse sino de volver a sus países… la integración solo puede concernir a una minoría, porque sus modos de vida son extremadamente distintos de los nuestros y chocan con nuestra cultura”. Avanza así una política xenófoba y racista, en una Europa que día a día adopta medidas más discriminatorias, no sólo contra los inmigrantes de fuera del continente.
El gobierno francés, continuando la política de Sarkozy, pasó de ofrecer 300 euros a los gitanos que se vuelvan a sus países de origen, a echarlos de sus campamentos y expulsarlos. En 2012, quedaron “sin techo” 11.982 romaníes, y en lo que va de este año fueron “devueltos a sus países” 424 personas de esta etnia. 
Entre las voces que denuncian esta política, el sociólogo Eric Fassin aseguró: “La situación es muy grave porque supone el fin de la Europa construida contra la idea de la raza tras la II Guerra Mundial. Estamos en la Europa de los mercados. Sí a los empresarios rumanos, no a los gitanos; esa es la vocación de Valls”.
En el mismo sentido, un informe de Amnistía Internacional, “Condenados a ser errantes”, afirma: “Los inmigrantes gitanos siguen viviendo en condiciones indignas y son expulsados de sus lugares de residencia de forma reiterada, sin ser consultados, informados ni realojados, incumpliendo los compromisos con los derechos humanos”. 
Se calcula en 10 millones los integrantes del pueblo romaní en toda Europa, y según organizaciones gitanas, con una historia de persecuciones y difamaciones tremendas, con antecedentes como la esterilización masiva practicada contra romaníes en la Alemania de Hitler ya antes de la segunda guerra mundial. Su modo de vida trashumante y colectivo, les ha ganado el odio de muchos gobiernos. “Nunca ninguna otra minoría en la Europa civilizada ha sufrido una persecución como la que los gitanos estamos padeciendo ahora mismo en el seno de la propia Comunidad Europea”, afirma la Unión Romaní. Unión del pueblo gitano, de España.