El 14 de abril comenzó una huelga en una de las plantas que posee en China el monopolio de origen taiwanés Yue Yen Industrial, la mayor productora de zapatos y calzado deportivo de su propia marca y para Nike, Adidas, Reebok, Ascis, New Balance, Puma, Under Armour, Timberland y Salomón. Yue Yen emplea 423.000 trabajadores en sus fábricas en China, Vietnam e Indonesia.
El 14 de abril comenzó una huelga en una de las plantas que posee en China el monopolio de origen taiwanés Yue Yen Industrial, la mayor productora de zapatos y calzado deportivo de su propia marca y para Nike, Adidas, Reebok, Ascis, New Balance, Puma, Under Armour, Timberland y Salomón. Yue Yen emplea 423.000 trabajadores en sus fábricas en China, Vietnam e Indonesia.
A los pocos días la huelga se extendió, participando de la misma cerca de 50.000 trabajadores de distintas plantas, al menos hasta el 1º de Mayo. Los principales reclamos de los trabajadores son el pago de los atrasos de las contribuciones a la Seguridad Social y el “Fondo de Vivienda” (que la empresa no ha hecho durante 10 o 20 años en algunos casos), un aumento significativo del salario (hoy un trabajador necesita 60 horas semanales para llegar a un sueldo de 400 dólares). Otra exigencia es la firma de contratos legales, después de descubrirse que la empresa hizo que los trabajadores firmaran contratos falsos. Los trabajadores bloquearon carreteras de acceso a las fábricas y marcharon por el centro de la ciudad Dongguan, en la provincia de Guangdong.
Esta huelga es considerada por algunos “la más grande en la historia de China”, y se desarrolla enfrentando el aparato represivo de la burguesía imperialista china, que ocupó algunas de las plantas en conflicto, y detuvo a activistas y trabajadores en huelga, que pelean por poder elegir sus propios representantes sindicales, por fuera del gremio que responde al gobierno.
El trasfondo de esta inmensa lucha, una de las miles que se desarrollan en China, es el régimen de superexplotación a que son sometidos los trabajadores, en particular los migrantes del campo, en un año en el que los indicadores económicos marcan que el crecimiento económico para 2014 sería el más lento en 24 años.
