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03 de septiembre de 2014

Brasil: Triunfan los transportistas

En Recife

La huelga de los trabajadores del automotor en la Región Metropolitana de Recife, incluyendo conductores, cobradores e inspectores de autobuses en la capital, dio un gran ejemplo de lucha y resistencia de una clase trabajadora unida. Ellos son responsables de llevar a dos millones de personas por día.

La huelga de los trabajadores del automotor en la Región Metropolitana de Recife, incluyendo conductores, cobradores e inspectores de autobuses en la capital, dio un gran ejemplo de lucha y resistencia de una clase trabajadora unida. Ellos son responsables de llevar a dos millones de personas por día.
El 30 de julio, la huelga que había durado tres días y paralizado la Región Metropolitana de Recife, conquistó la categoría de 10% de aumento salarial, un incremento del 75,43% en cupones de alimentos y el aumento de 6,06% en la ayuda funeral.
Incluso con la decisión del Tribunal Regional del Trabajo de la 6ª Región obligando a los huelguistas a mantener el 100% de la flota en las horas pico, y el 50% en el resto del día, los trabajadores no fueron intimidados y pararon todos los servicios. Fueron quemados autobuses, las avenidas fueron bloqueadas por los manifestantes, los garajes amanecieron llenos de autobuses y las terminales estuvieron casi todas vacías. Otro logro fue que los jueces no decretaran “abusiva” a la movilización, como la vez anterior.
Pero la justicia y las patronales acostumbran andar de la mano, por lo que el 21 de agosto, un jueves, el ministro Barros Levenhagen, del Tribunal Superior de Trabajo, falló contra los trabajadores aceptando la apelación de la Unión de las Empresas de Transporte de Pasajeros de Pernambuco, o sea, las patronales.
La respuesta de los trabajadores fue inmediata. El viernes 22 de agosto y el lunes siguiente, todo el servicio automotor se detuvo y otra vez la ciudad vio trastornada por completo su vida cotidiana. Un autobús fue quemado en la Terminal Macaxeira bloqueando la autopista BR-101, el portón de la Terminal Xamba fue derribado y la Avenida Presidente Kennedy, en Olinda, fue bloqueada con neumáticos en llamas. De las 18 terminales casi todas estuvieron cerradas y los trabajadores demostraron que no iban a aceptar tal injusticia cometida por los propios organismos responsables de hacer justicia, en este caso el Tribunal Superior del Trabajo. 
El resultado es que el TST fue derrotado y se volvió hacia atrás, manteniendo el 10% de aumento en los salarios de lo transportistas, aunque no revocó su decisión en relación con los cupones de alimentos, liberando sólo un aumento del 6%. Con todo esto, los trabajadores del automotor le dieron una lección a los patrones y la justicia: la clase trabajadora tiene fuerza y ​​es esencial para la vida de la sociedad. Y la lucha continúa para garantizar todos los derechos conquistados y acordados. 
Traducido del Journal A Verdade, Brasil (averdade.org.br)