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07 de octubre de 2015

La situación de Siria es el principal ejemplo de lo que se ha llamado "Tercera guerra mundial por partes"

Aumentan los factores de guerra en el mundo

La intervención militar imperialista directa agrava la situación

 Entre los antecedentes para comprender la actual guerra en Siria, debemos mencionar los siguientes: En el 2011, como parte de la llamada Primavera árabe, se produjeron manifestaciones en Siria, inicialmente en las ciudades de Daraa y Homs. Rápidamente las protestas se extendieron por todo el país. Estos levantamientos populares fueron producto de las difíciles condiciones sociales, especialmente el aumento del precio de los alimentos, y la falta de libertades públicas. La represión de la dictadura de Bashar al Assad fue brutal. Ante la resistencia popular intervino también el Ejército. 
Hay que tener en cuenta que en Siria, las divisiones políticas y sociales se mezclan y confunden con las religiosas, entre distintas ramas del Islam. La apariencia religiosa tiende a ocultar los orígenes políticos, económicos y sociales. El gobierno sirio es principalmente de alawitas, mientras una parte de la población siria es sunita, al igual que la de la región central de Irak. En el sur de Irak predominan los chiitas, igual que en Irán y sectores del Líbano. 
El ejército se dividió en 2011, y un sector formó el Ejército Libre de Siria. Comienzó entonces una guerra civil. El régimen de Assad es apoyado por Rusia (que tiene en Siria la base militar naval de Tarcus), Irán y la organización Herzbollah del Líbano. También por China. EEUU y las potencias europeas occidentales, principalmente Inglaterra y Francia alientan a la oposición armada siria. Turquía, Arabia Saudita y Quatar también.
Se han formado diferentes grupos armados de oposición a Assad. Están apoyados directa o indirectamente, abierta o en forma encubierta por potencias imperialistas o países de la región.
Los muertos, principalmente civiles, van en aumento. También los crímenes de guerra, el uso de armas químicas, la tortura a prisioneros. Se calcula que hay hasta hoy 250.000 muertos, a los que hay agregar los heridos. La mitad de la población siria ha buscado refugio fuera del país. Inicialmente en los países fronterizos, Líbano, Jordania, Turquía y el Kurdistán iraquí. En los últimos meses se ha producido una emigración masiva hacia Europa. 
 
ISIS y milicias kurdas
En los últimos años ha crecido con fuerza el ISIS, sigla en inglés de “Estado Islámico de Irak y Siria”. Este fue apoyado inicialmente en forma encubierta por Arabia Saudita, Turquía y Quatar. Obtuvo el apoyo de tribus sunitas iraquíes que habían quedado oprimidas, en una situación de pobreza extrema, después de la invasión norteamericana a Irak. Atrajo a hijos de inmigrantes islámicos de países europeos, y hoy controla un territorio más grande que el Reino Unido de Gran Bretaña, incluyendo pozos petrolíferos. Su constitución en califato ha significado un fuerte aglutinante. El ISIS es una fuerza con una concepción feudal del islam. Como ocurriera anteriormente con los talibanes en Afganistán, ISIS “se les fue de control” a sus patrocinadores.
También, en sentido opuesto, aparecieron y se fortalecieron las milicias kurdas, integradas muchas de ellas por batallones de mujeres, que liberaron zonas de Siria cercanas a las fronteras con Turquía y crearon gobiernos autónomos. Estas milicias kurdas enfrentaron y derrotaron a ISIS en la zona de Kobane. 
 
Intervención imperialista directa
Bajo el pretexto de enfrentar al ISIS, las potencias imperialistas y sus aliados locales pasaron a la acción militar directa. EEUU comenzó a bombardear zonas controladas por el ISIS. Turquía atribuyó al ISIS atentados contra fuerzas que apoyan a los kurdos en la zona fronteriza, pero luego pasó a atacarlos directamente, dentro y fuera de Turquía. Recientemente, Rusia comenzó a bombardear en Siria a las fuerzas que se oponen a Al Assad. Lo hace desde una base militar en la zona de Lakatia, en la costa, donde tiene 2.000 efectivos. Además instaló misiles antiaéreos en zonas controladas por el gobierno sirio. También Irán envió tropas a Siria en apoyo de Assad. 
La situación de Siria es el principal ejemplo de lo que se ha llamado “Tercera guerra mundial por partes”. La crisis económica internacional provoca una agudización de las contradicciones interimperialistas y se incrementan las intervenciones imperialistas directas, y los peligros de guerra en el mundo. Es una situación similar a la que precedió la Primera Guerra mundial.
EEUU, que es el mayor poder imperialista desde el punto de vista económico y militar pone como objetivo principal el cerco a China, sin dejar de intervenir en Medio Oriente, y otras partes del mundo. En Siria utiliza una base militar situada en Diyarkabir, en el Kurdistán turco.
Rusia, que atraviesa una gran crisis económica, aumenta su agresividad. Ha renovado sus intenciones de recuperar su poderío como un imperio euro-asiático, renaciendo sus ambiciones expansionistas. Esto se evidenció en la ocupación de Crimea y en sus amenazas expansivas en Ucrania y los países del Báltico. 
China no interviene tan activamente en Siria, pero ha generado conflictos en el sudeste asiático. No obstante, ha enviado un portaviones “de observación” al Mediterráneo.
En síntesis, el conflicto de Siria, que comenzó con la represión por el gobierno de Assad a un levantamiento democrático popular con las características de la llamada “primavera árabe”, y derivó en una guerra civil con la intervención indirecta de grandes potencias y de potencias locales, ha pasado a la intervención imperialista directa. 
Es necesario oponerse a la guerra imperialista y apoyar a los pueblos que luchan por su liberación, como lo hace el pueblo kurdo.