Noticias

22 de marzo de 2016

La crisis política en Brasil se profundiza día a día. Tras la citación judicial al expresidente Lula Da Silva en la causa por corrupción vinculada a Petrobras, vino el intento de designación como jefe de Gabinete por parte de la presidenta Dilma Rousseff, lo que se vio frustrado por una orden judicial.

Aumenta la crisis en Brasil

Piden el juicio político a la presidenta Rousseff

Esto sucede mientras se realizan gigantescas movilizaciones tanto a favor como en contra del gobierno. Dilma ha declarado que impedir la integración de Lula a su gabinete ha sido “un golpe de estado judicial”. Los sectores opositores de las clases dominantes claman contra lo que entienden como una simple protección para impedir que se juzgue al expresidente y aceleran el pedido de juicio político a Rousseff, haciendo tambalear al gobierno del PT. En la escalada de la disputa se conocieron escuchas al expresidente, hechas públicas por el poder judicial y repudiadas por Lula.
 
Recesión y disputa por arriba
El trasfondo de esta situación es la recesión por la que atraviesa Brasil. Desde el 2012 el gobierno de Dilma Rousseff aplicó una serie de medidas de ajuste antipopular como reacción a los efectos de la crisis internacional en la economía brasileña. A pesar de que Brasil llegó ese año a posicionarse como sexta economía mundial, desplazando a Gran Bretaña, y del fuerte desarrollo industrial, especialmente en San Pablo y los estados del sur, su economía había sufrido un proceso de primarización. Por primera vez en años, se produjeron grandes huelgas y procesos de lucha, como respuesta a las medidas de ajuste. 
En estos años este proceso se ha profundizado, y crecieron las luchas populares. En 2013 se multiplicaron los cortes de ruta (novedad absoluta en Brasil) y los paros de los obreros del automotor. Se sumó a las movilizaciones el Movimiento Sin Tierra, que venía sin hacer nada abandonando el reclamo de reforma agraria desde la asunción de Lula.
El año pasado se hizo más evidente el deterioro de la situación socio económica de grandes masas populares, afectadas por el desastre en la educación pública y el aumento de las tarifas de transporte, mientras se conocían grandes casos de corrupción en la construcción de la infraestructura para el Mundial de Fútbol y para las olimpíadas que serán este año. En estas obras, así como en la construcción en general, son habituales gravísimos accidentes por las terribles condiciones de trabajo en el sector. Tan sólo el año 2015, el Tribunal Supremo del Trabajo (TST) se hizo cargo de más de 200.000 casos relacionados con accidentes laborales ocurridos en este sector.
En estos años de gobierno del PT, ha crecido la precariedad laboral y las desigualdades salariales regionales, que son la principal causa de las huelgas, junto a los crecientes conflictos por despidos. La moneda brasileña se devaluó en casi un 50% frente al dólar en 2015.
 
Petrolao
En 2014 comenzaron las investigaciones por la corrupción alrededor de la empresa estatal petrolera, Petrobras, al tiempo que Brasil había podido ampliar su producción de petróleo por la perforación en el mar, a grandes profundidades. El “petrolao” o “lava jato” investiga las coimas millonarias que empresas de la construcción, particularmente Odebrecht, Camargo Correa, Andrade Gutierrez, OAS (que actuaron cartelizadas, es decir, de acuerdo), pagando a funcionarios del gobierno para repartirse fabulosos contratos de la petrolera. Se estima que la petrolera perdió 2.000 mil millones de dólares en estos negociados. 
Sectores judiciales brasileños actuaron basados en una “ley del arrepentido” existente en Brasil, que “premia” a los delatores bajando penas y concediendo prisión domiciliaria a los empresarios y políticos acusados. Así la investigación llegó hasta Lula y Dilma, quien fue reelecta a fines de 2014 en un ajustado balotaje frente al socialdemócrata Aecio Neves, candidato del PSDB.
Se mantiene una profunda división en el pueblo brasileño. Mientras Lula conserva el apoyo popular de los sectores más pobres, que fueron beneficiarios de sus medidas de gobierno, han sido muy masivas las manifestaciones contrarias al gobierno la semana pasada, con un componente fundamentalmente de capas medias. Distintas organizaciones sindicales de América Latina han hecho pública una declaración de apoyo al gobierno del PT.
Mostrando que abajo crece el repudio contra “los políticos”, el propio Aecio Neves, junto al gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, también del PSDB, fueron insultados en la masiva manifestación opositora al gobierno realizada el domingo 13. 
Esto indica que la situación no es tal como pretenden mostrarla los grandes medios brasileños, y algunos argentinos, que trabajan para los sectores de las clases dominantes enfrentados a los que bancan al gobierno de Dilma Rousseff. Al cierre de esta nota, volvían a realizarse grandes manifestaciones tanto a favor como en contra del gobierno.