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04 de septiembre de 2013

El 28 y 29 de agosto (en continuidad con la medida por 24 horas del 14 con la misma modalidad), los sindicatos y gremios agrupados en la CGT 
17 de Octubre protagonizaron un paro con cortes de ruta en el Cordón Industrial de San Lorenzo, ante el cierre de Petroquímica Capitán Bermúdez, enclavada en la localidad del mismo nombre.

Paro y piquetes en San Lorenzo

Ante el cierre de Petroquímica Capitán Bermúdez en Santa Fe

El nuevo propietario de la empresa es Taselli, (conocido nuevo rico testaferro K), vaciador profesional (Molinos Harineros de Paraguay, Parmalat, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio entre otras), que está utilizando el mismo modus operandi en Petroquímica Cap. Bermúdez. En solidaridad con sus trabajadores se reclamó el pago de sueldos adeudados y por mantener la fuente de trabajo.

El nuevo propietario de la empresa es Taselli, (conocido nuevo rico testaferro K), vaciador profesional (Molinos Harineros de Paraguay, Parmalat, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio entre otras), que está utilizando el mismo modus operandi en Petroquímica Cap. Bermúdez. En solidaridad con sus trabajadores se reclamó el pago de sueldos adeudados y por mantener la fuente de trabajo.
Se realizaron 5 cortes, desde San Lorenzo a Granadero Baigorria, dos sobre la RN 11 y en los tres accesos de autopista a San Lorenzo, con gran número de obreros sobre las rutas, además de bloqueos intermitentes en puertas de fábricas.
Otro de los reclamos, muy conversado en los piquetes, es contra las amenazas de Cargill y otras multinacionales cerealeras y aceiteras exportadoras, quienes vienen extorsionando a los trabajadores con el cierre de las plantas por algunos meses, con la excusa que están en crisis las fábricas productoras de biodiesel.
 En los piquetes se hablaba también de la delicada situación de la salud pública y privada de San Lorenzo, que se encuentra en crisis por ser completamente insuficiente para los trabajadores en general, con una deficiencia que lleva décadas, ya que no creció en calidad ni en capacidad de atención según las necesidades de la población y mucho menos comparada con los niveles de riqueza que se producen en puertos y fábricas de la zona. El agravante del momento es la rescisión del contrato con PAMI del único instituto privado de la ciudad cabecera de departamento (SL), que contenía a más de 11.000 jubilados, quienes quedan definitivamente a la deriva, en listas de espera en los nosocomios rosarinos, y que de ninguna manera el Hospital Granaderos a Caballo puede contener ya que ni siquiera cuenta con sala de terapia intensiva, mucho menos personal suficiente. A pesar de que los gobiernos nacional, provincial y municipal quieren descargar el peso de esta situación en los trabajadores del Hospital.
Por último y como tema importante entre los obreros, aparece la voluntad de luchar para no volver a las viejas épocas, como en los ‘90, dónde los cierres de fábrica dejaron al cordón industrial sumido en la desocupación y la miseria. La zona se encuentra en un momento difícil debido a las presiones y amenazas de las multinacionales, que se llenan de plata con la exportación de soja, aceite de soja, biodiesel, etc. y como siempre, pretenden hacerles pagar la crisis a los trabajadores. Para la próxima semana y ante la falta de respuesta a los reclamos, podrían repetir la medida con paro y piquetes por 72 horas. 
 
Judicialización de la protesta 
Es política de Estado perseguir a los que luchan. Así como la Justicia no avanza en causas que Taselli tiene por el vaciamiento de varias empresas (como pretende hacer en Petroquímica), para nada llama la atención que el fiscal Moscetta (responsable consciente de poner al borde del cierre la causa por la desaparición de Paula Perassi producida en San Lorenzo hace casi 2 años, debido a su deliberada inoperancia), haya ahora actuado con tanta celeridad, pidiendo al juez correccional Juan Carlos Tutau que cite a prestar declaración indagatoria a varios dirigentes sindicales en una clara conducta persecutoria y al personal policial que estaba de turno recorriendo los piquetes con la propuesta de hacer rondas de reconocimiento de dirigentes y obreros que cortaron las rutas. 
Parece que para Moscetta y a la Justicia en general, los obreros que salen a luchar representan un gran peligro, superior que las desapariciones impunes de personas en democracia o “en este Estado de Derecho”, como a ellos les gusta decir. Sin duda, toda una línea coherente de funcionarios de la Justicia que no están precisamente del lado del pueblo.