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28 de junio de 2017

El miércoles 21 de junio los trabajadores de la planta de PepsiCo en la zona de Florida, en Vicente López, se encontraron con la fábrica cerrada, la Gendarmería, y un cartelito en la puerta que decía “quedan liberados de prestar servicios”.

No al cierre de PepsiCo

Dejan 600 trabajadores en la calle

 
Con el cinismo que caracteriza a una patronal imperialista, los yanquis de PepsiCo, menos de 24 horas después del Día de la Bandera en nuestro país, volvieron a mostrar lo poco que les importan las familias trabajadoras argentinas.

 
Con el cinismo que caracteriza a una patronal imperialista, los yanquis de PepsiCo, menos de 24 horas después del Día de la Bandera en nuestro país, volvieron a mostrar lo poco que les importan las familias trabajadoras argentinas.
PepsiCo venía en un proceso de vaciamiento en esta planta desde al menos dos años, en los que fue reduciendo la producción de varias líneas y trasladando productos a la fábrica que compró a Pehuamar en Mar del Plata. Ahora PepsiCo argumenta que traslada el total de la producción allí.
A partir del miércoles 21, una parte de las obreras y obreros acamparon en la puerta de la planta. La Comisión Interna, así como no preparó a los trabajadores en este tiempo más allá de denuncias mediáticas, fue sorprendida por el cierre, y propuso los primeros días medidas al gremio, así como movilizaciones con sectores sociales, sindicales y políticos afines a la Bordó. La que sí se preparó fue la patronal: en el último mes puso persianas metálicas entre los distintos sectores de la fábrica, para dificultar las posibilidades de una ocupación.
La evidente complicidad del gobierno de Macri con el cierre quedó demostrada con la inmediata aprobación por parte del Ministerio de Trabajo de la nación del “preventivo de crisis” presentado por la patronal el lunes 19, pese a que el ministro Triaca dijo públicamente que “Hay algunas decisiones de las empresas que no acompañamos”. 
Estos despidos se suman a centenares más producidos en otras empresas en la misma semana, mostrando la realidad de la política de ajuste macrista. Como escribía en su face Luciano Greco, de Molinos: “A lo largo de estos años venimos sufriendo cierre tras cierre. Lo sufrimos mucho los trabajadores como pasó en Bagley Constitución, Terrabusi Constitución, Canale, Suchard, Cruz Malta, Arrocera Gallo, Molinos Barracas”. Sólo en el último mes cerraron en la zona norte del Gran Buenos Aires Frigor y Fargo Pacheco.
Desde el mismo miércoles, muchos sectores gremiales y políticos se acercaron a PepsiCo a llevar su solidaridad y ponerse a disposición de los trabajadores. Entre ellos estuvo una delegación de la Comisión Interna de Mondelez Pacheco. La angustia y la incertidumbre se reflejaba en los rostros de las compañeras y compañeros ese miércoles. Algunos de los trabajadores tienen más de dos décadas en la planta y de un día para el otro se quedan sin trabajo. Una trabajadora comentaba: “Esto se venía diciendo desde hace años, pero no le daban importancia. En la línea de papas ya hace dos semanas que no se producía, con distintas excusas. Que había problemas con el agua, que no entregaban papas”.
Entre las medidas tomadas el miércoles y jueves, se realizó una marcha hasta un depósito de PepsiCo cercano a la planta, para bloquear la salida de productos, y la dirección gremial del STIA movilizó frente a la planta. 
 
Plenario del STIA y ocupación de la planta
El viernes 23 se realizó un plenario del STIA, en el que los despedidos reclamaron un paro del gremio. Lo mismo hizo la Interna de PepsiCo, como si no supiera cuál es la postura que lleva Daer hace décadas frente a los cierres de fábrica. El compañero Jorge Penayo, de la Comisión Interna de Mondelez Pacheco, reclamó dejar de lado las peleas “de colores” para enfrentar los despidos, y planteó que esto es “una situación muy triste para todo el movimiento obrero. Tenemos que dejar nuestras mezquindades y hablar de unidad en serio. Porque este es un gobierno de ricos para ricos, y si nos dividimos entre los trabajadores, va a ser muy difícil doblegarlo”. Denunció Penayo que han cerrado muchas empresas, no sólo en la Alimentación, y que a los despidos directos en PepsiCo hay que sumarle los indirectos, de los proveedores, los de servicios, etc. 
La dirección del STIA impuso en el plenario el rechazo a la moción de la Interna de PepsiCo, de paro general de la Alimentación y que el descuento del 2% que hace el STIA vaya a un fondo de huelga de los despedidos. Daer obtuvo en una audiencia en el Ministerio de Trabajo que la indemnización se eleve al 200% y mantener la obra social por un año. De esta manera, de hecho el STIA dio por cerrado el conflicto, y levantó la carpa que había puesto frente a la planta.
El lunes 26 los trabajadores ocupaban la planta, y se extendía la solidaridad, pero también el debate en las principales empresas de la alimentación de Capital Federal y Gran Buenos Aires, con la convicción que sólo la más amplia unidad podrá dar vuelta el viento en PepsiCo, y que no sigan pagando los trabajadores los planes de ajuste del gobierno y las patronales imperialistas.