Una situación recurrente entre los maestros argentinos era el atraso en el pago de los salarios, que se podía arrastrar durante meses. Este hecho ocasionó en 1881 la primera huelga docente conocida de nuestra historia, en San Luis, y fue también el desencadenante de una importante lucha del magisterio en Santa Fe, entre los meses de mayo y junio de 1921.
Una situación recurrente entre los maestros argentinos era el atraso en el pago de los salarios, que se podía arrastrar durante meses. Este hecho ocasionó en 1881 la primera huelga docente conocida de nuestra historia, en San Luis, y fue también el desencadenante de una importante lucha del magisterio en Santa Fe, entre los meses de mayo y junio de 1921.
Gobernaba la provincia Enrique de las Mercedes Mosca, radical alineado con la corriente “antipersonalista”, es decir partidario de Alvear frente a Yrigoyen. Mosca llevó adelante una política decididamente antiobrera en los años de su gobernación, entre 1920 y 1924. Recordemos solamente que bajo su gobierno se realizaron las masacres a los trabajadores de La Forestal, para la que el gobierno provincial avaló la creación de la “gendarmería volante” que actuaba a órdenes de la patronal inglesa. Mosca tendría una larga trayectoria en la política nacional, en la década del 30 (la “década infame”) acompañando en la fórmula presidencial a Marcelo T. de Alvear, y en 1946 enfrentando a Juan Domingo perón junto a José P. Tamborini.
Para mayo de 1921 los maestros de las escuelas “fiscales”, es decir primarias del Estado, llevaban un atraso en los pagos de ¡dieciséis meses! En ese contexto, la Federación Provincial de Maestros de Santa Fe, creada en 1918, convocó a una huelga en todo el territorio santafesino. Era tan grave la situación de las maestras, que sumaban más del 90% del total de docentes, que un periódico porteño calificaba al maestro de las provincias argentinas de “sempiterno hambriento” (periódico Santa Fe, 19/6/1921). Era lo que graficaba la expresión popular “Tiene más hambre que maestro de escuela”, surgida también en estos años.
La huelga fue larga, y tuvo distintas etapas. La intransigencia del gobierno provincial, sumado a la débil organización sindical, hizo que la misma se fuera desgranando sin lograr los objetivos. Junto al atraso salarial, otros detonantes de la huelga, a mediados de mayo de 1921, fueron la postergación de la sanción de las leyes de presupuesto provincial, de estabilidad y de escalafón del magisterio.
El gobierno provincial, ante la falta de fondos, proponía la creación de un impuesto al tabaco y al alcohol para financiar el presupuesto educativo. Esto, que había sido rechazado en 1920 por la mayoría legislativa de los demócratas progresistas, fue aprobado el 13 de mayo del 21. Pero el gobernador Mosca precipitó el conflicto decretando el cierre de las escuelas por ocho días.
