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29 de enero de 2014

Reproducimos un artículo publicado en Protagonismo Popular del PTP-PCR de San Juan, del 22 de enero.

El meganegocio de las drogas

San juan: Comisión juvenil de lucha contra el narcotráfico y prevención sobre adicciones

El enorme aumento del consumo de drogas en los últimos 10 años es inseparable tanto del gobierno nacional con los Kirchner a la cabeza y todos sus cómplices como lo es el giojismo en la provincia. Gran parte de la carrera política de los Kirchner está asociada a los narcos, desde los 80 se han visto envueltos en muertes dudosas, asesinatos sin culpables, valijas con drogas, operativos por demás extraños, vinculados con personajes como Lázaro Báez, Cristóbal López, Fernando “Rudy” Ulloa Igor, entre otros, a los que se los vincula además con prostitución VIP y redes de trata.
Existe connivencia y complicidad necesaria entre el gobierno nacional, gobiernos provinciales, los grupos de poder, la policía y las redes de narcotráfico, y esto no es casual. El comercio de las drogas es un negocio que mueve millones. Para facilitar el tráfico, no es menor el dato, de la falta de radares en nuestras fronteras lo que permite que entre y salga droga sin ningún inconveniente, sin que nadie lo registre, sin que nadie lo denuncie. La Gendarmería nacional además, no se encuentra cuidando los pasos de las fronteras, han sido relegados a las provincias a realizar otras tareas. Como tampoco es casual el descarado encubrimiento que se hacen a las redes de narcotráfico a través de la criminalización a los pobres, armando causas y allanamientos en sectores vulnerables, encubriendo claro, a los grandes narcos.
Nuestra provincia, sin ir más lejos, se encuentra siendo noticia diaria de enfrentamientos entre narcos. Este San Juan, que nos han dejado, luego del fracaso del Proyecto de la Segunda Reconstrucción basado en la mega minería saqueadora y contaminante, agravada además por la situación de la producción en el campo, “no está lindo”. Hoy sobran vendedores, la situación de crisis económica y social ocasionada por estos gobiernos había empujado a muchas familias a encontrar sustento económico gracias al negocio de las drogas, lo vemos en nuestras villas, en nuestros barrios, en nuestros amigos. Y son ellos, los que lamentablemente dan continuidad al meganegocio narco, es la sangre de ellos la que se derrama, en vez de castigar con el máximo rigor a los reales responsables del narcotráfico y las conexiones mafiosas.
En esta última década se ha acentuado la proliferación del flagelo destructivo de la droga. Ha crecido enormemente el consumo de cocaína, para tolerar la altura, para mantenerse despiertos, para soportar la explotación, gran parte de los ex trabajadores mineros consumían. La realidad que viven hoy, despedidos y adictos se ven arrastrados a comprar una de menor calidad, a vender todos sus bienes para continuar consumiendo, e incluso a delinquir. El paco, hoy lo encontramos más barato que el pan, mucho más accesible que un litro de leche, y en el país mueve más de $9 millones diariamente. Hace que muchos chicos olviden su hambre, que olviden las situaciones de violencia a la que son sometidos, que olviden que existen otras soluciones. Mientras que la marihuana la consumen todos los sectores, quienes consumen no se reconocen como consumidores, mucho menos los que fuman diariamente se reconocen como adictos. Mientras que la propaganda de todos los sectores de las clases dominantes tienden a “naturalizar” el consumo, como así también a incitarlo, en TV, revistas, radios, páginas web, con justificaciones mezquinas donde comparan el faso con tomarse una cerveza y es una incentivación directa al consumo de drogas con justificaciones de salud atributos de un sector que ha desarrollado teorías que consideramos son debates abiertos y el aspecto fundamental para nosotros es la desactivación social donde los jóvenes buscan en el consumo abstraerse de distintas realidades que sufren. Además de promover marchas nacionales e internacionales, para seguir profundizando el negocio narco y esquivando el real debate de que las adicciones socavan a los pueblos e incrementan aún más la explotación y la dependencia.
Entendemos que la adicción es una enfermedad, que vuelve víctimas de la situación a quienes consumen. Las drogas silencian la rebeldía de los jóvenes hoy, im- posibilitándolos a ver la realidad tal cual es, para poder transformarla, son utilizadas como mecanismo de dominación. Las cifras de adictos y muertes por sobredosis, o por compra y venta de estupefacientes, va en crecimiento. Este Estado es cómplice, hace meganegocios con esto, se desnuda con esto el doble discurso, ellos son los principales responsables, por la ausencia de presupuesto destinado a la implementación de políticas de prevención y promoción en adicciones, como así también son culpables de la estigmatización social que generan los medios de comunicación sobre los sectores vulnerables, cada día son moneda corriente escuchar o ver en televisión que el mayor número de muertes en jóvenes se encuentra relacionado con drogas.
Masificar hoy el consumo contribuye a este meganegocio y lo que ellos apuntan, a que la juventud no se rebele ni luche por cambiar su realidad. Hacen de la vida de miles de adictos un negocio para controlar, debilitar y vulnerar derechos.
Trabajemos entre todos por cambiar esta realidad.