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13 de diciembre de 2017

Naufragio y olvido: el rastreador Fournier

Breves de la historia Argentina

El 21 de setiembre de 1949, el rastreador Fournier de la Armada Argentina, partió de Río Gallegos, rumbo al estrecho de Magallanes, para tareas de apoyo científico, control de pesca y caza ilegal, y patrullaje en general.
Regresaba de un viaje, donde estuvieron embarcados el decano de la Facultad de Agronomía de la UBA y un conjunto de científicos que estudiaban la fauna marina de la zona.

El 21 de setiembre de 1949, el rastreador Fournier de la Armada Argentina, partió de Río Gallegos, rumbo al estrecho de Magallanes, para tareas de apoyo científico, control de pesca y caza ilegal, y patrullaje en general.
Regresaba de un viaje, donde estuvieron embarcados el decano de la Facultad de Agronomía de la UBA y un conjunto de científicos que estudiaban la fauna marina de la zona.
Llevaba 77 tripulantes a bordo, y el día 22 de setiembre de 1949 entró en dificultades de navegación, por el mal tiempo, temporales azarosos que obligaron a las autoridades a declararlo en emergencia y comenzar su búsqueda.
 El buque se hundió en el canal; sus restos nunca fueron encontrados.
Se presume, que se averió al chocar con una piedra, o que las fuertes olas, lo sacaron de su eje sin que pudiera reponer su área de flotación.
No hubo sobrevivientes.
El 5 de octubre de 1949 se encontraron algunos cuerpos en la costa; unos días después una balsa con cinco personas con sus cuerpos congelados por el frío.
El resto de los tripulantes continúa desaparecido, al igual que los restos del buque.
El gobierno nacional decretó días de luto, y cuando los restos de los pocos tripulantes que se encontraron llegaron a Buenos Aires, una multitud los recibió, encabezados por el presidente de la República, el Gral. Juan Domingo Perón.
Los diarios de la época, dan cuenta de un profundo sentimiento patriótico que se desató, como parte del homenaje a los marinos muertos en tareas de patrullaje y colaboración con la investigación científica.
Con el correr de los años, este hecho doloroso y al mismo tiempo histórico fue cayendo en el olvido, como parte de la licuación del sentimiento nacional que hemos venido sufriendo en nuestra calidad de habitantes de un país oprimido y dependiente.