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07 de diciembre de 2016

El gobierno de Macri produjo cambios en la conducción de los organismos institucionales culturales. 

La cultura en el gobierno de Macri

“Globalización” y “pluralismo cultural”

 
Algunos funcionarios del gobierno de la CABA fueron ubicados en el Ministerio de Cultura y en la Secretaría de Medios de la Nación. En el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fueron promovidas las segundas líneas de gestores, promotores y productores artísticos.

 
Algunos funcionarios del gobierno de la CABA fueron ubicados en el Ministerio de Cultura y en la Secretaría de Medios de la Nación. En el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fueron promovidas las segundas líneas de gestores, promotores y productores artísticos.
Del mismo modo que en los principales cargos del gobierno nacional fueron ubicados empresarios y ejecutivos de las grandes empresas monopólicas, en el Ministerio de Cultura y en la Secretaria de Medios fueron designados empresarios, ejecutivos, productores y gestores en general vinculados con empresas de producciones artísticas extranjeras, mayoritariamente europeas, tales como: Hernán Lombardi, Darío Lopérfido, Pablo Avelluto, Américo Castilla, Iban Petrella y otros. En las segundas líneas (directores de museos, de casas de cultura, de festivales y de la extensa red de secretarías y subsecretarías dedicadas al tema de la cultura), fueron designados funcionarios seguidores de las corrientes estéticas y modos de producción imperantes en algunos países europeos.
Ellos provienen en su mayoría del llamado Grupo Sushi, fervientes defensores de la “globalización”. Su caballito de batalla es el “pluralismo cultural”, supuestamente opuesto a la más sectaria “cultura militante de los K”. En el nombre de la globalización se conocieron convenios de cooperación e intercambio cultural con los gobiernos de Italia y Francia en ocasión de la visita de los presidentes de ambos países a la Argentina y también con el Municipio de Basilea – Suiza. En el CCK y en La Usina del Arte, se privilegian y publicitan espectáculos y exposiciones de artistas extranjeros o de artistas argentinos de trayectoria internacional.
 
“Pluralismo cultural”
El “pluralismo cultural”, tal como se formula desde el gobierno actual, niega la existencia de las diversas culturas nacionales como un fenómeno a defender e impulsar considerando las extraordinarias ventajas económicas y políticas que poseen las expresiones culturales promovidas desde los centros imperialistas de poder. Desde ese punto de vista, el pluralismo se reduce al reparto de los diversos espacios de cultura estatales entre los diferentes grupos culturales vinculados a uno u otro centro de poder y el resultado del reparto es consecuencia de la lucha y negociación más general de la lucha por la hegemonía. En este momento esta lucha se expresa básicamente en el enfrentamiento entre Cambiemos y los K por ocupar los cargos en las distintas áreas del Estado dedicadas al tema y también por la obtención de los negocios que surgen de la exportación y la importación de la producción artística.
En el medio de esto, podemos constatar en el proyecto del actual presupuesto nacional enviado a la discusión parlamentaria, la disminución de las partidas designadas a cultura y el mantenimiento del mismo presupuesto del año anterior (equivalente a una disminución dada la enorme inflación persistente en nuestro país), en el otorgado a la UNA (Universidad Nacional de Artes), la mayor escuela de formación artística de nuestro país.
La “pluralidad” incluye las diferentes corrientes artísticas e intelectuales de la burguesía intermediaria (incluida las corrientes kirchneristas), los terratenientes y de sectores de la burguesía nacional aliada a ellos que sostienen el estado de dependencia nacional. La “cultura militante” amplió la distribución de subsidios a muchos artistas, proyectos barriales y espacios culturales, en muchos casos recubiertos de contenidos nacionalistas. Pero lo hizo direccionando discrecionalmente los fondos distribuyéndolos de acuerdo a las necesidades políticas del grupo gobernante y no de acuerdo a las necesidades de acceso a la cultura de la mayoría del pueblo argentino. Ambos excluyen y combaten una política cultural verdaderamente patriótica, antiimperialista y antiterrateniente por considerarla anacrónica y exaltadora de la violencia.
 
Consolidar una corriente cultural
La alianza de clases revolucionaria no cuenta con los medios para instalarse, reproducirse y consolidarse como una corriente cultural visible y en igualdad de condiciones como para ser parte de la “pluralidad”. Por eso es necesario luchar:
– Por el acceso a la formación y la creación artística para todos los argentinos que así lo deseen, privilegiando entre ellos a los obreros, los campesinos pobres y sus hijos, que son los más necesitados de la actividad artística cuestionadora de la enajenación del trabajo expropiador.
– Por el apoyo y promoción de las distintas culturas arraigadas en nuestra nación, principalmente las que expresan las de los pueblos originarios sobrevivientes de las invasiones y sucesivas guerras de exterminio y conquistas territoriales.
– Por la utilización de los medios de difusión del Estado para la promoción de todas las expresiones del arte argentino, especialmente los de contenidos patrióticos y de hermandad latinoamericana.
– Por la promoción del arte argentino en el exterior, derogando las barreras aduaneras y burocráticas que lo impiden. Activo intercambio con las producciones artísticas de todas las naciones y pueblos del mundo.
-Defensa de la más amplia libertad de creación y expresión de todos los artistas argentinos, más allá de las opiniones, corrientes, géneros o estilos que los expresen. 
– Por la defensa de la cultura nacional que reivindica la lucha revolucionaria emancipadora, la lucha por la democracia popular, la lucha contra la explotación de los obreros, los campesinos, las capas medias y las nacionalidades oprimidas.