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12 de noviembre de 2010


América Latina

Documentos del PCR / tomo 9

En América Latina en general y en América del Sur en particular, se ha producido en los últimos años un ascenso del movimiento revolucionario de masas.

 

En América Latina en general y en América del Sur en particular, se ha producido en los últimos años un ascenso del movimiento revolucionario de masas.

 

En América del Sur el movimiento obrero, campesino y popular conoce un momento de auge que ha tenido sus manifestaciones más notables, en los últimos años, en las grandes puebladas y levantamientos populares en Ecuador y Paraguay; en el mantenimiento de la lucha armada junto a grandes movimientos huelguísticos y populares en Colombia; en el proceso abierto en Venezuela con el triunfo de Chávez y su resistencia a las presiones e imposiciones del imperialismo yanqui; en el renacimiento del combate obrero en Brasil, las grandes luchas del movimiento de ocupación de tierras en el que participan millones de campesinos de ese país y las marchas de indígenas y campesinos que enfrentaron una feroz represión en los contrafestejos de los 500 años de la conquista; en el impresionante auge del movimiento campesino paraguayo dirigido por la Federación Nacional Campesina, con masivas ocupaciones de tierras y movilizaciones, que han sufrido una feroz represión; en el combate de los campesinos, obreros y estudiantes bolivianos, que tuvieron su pico con las marchas y cortes de ruta en Cochabamba y continuaron con el bloqueo de rutas por más de 15.000 campesinos, masivas luchas estudiantiles, el acuartelamiento de varios regimientos que se negaron a reprimir al pueblo, y el paro de la COB, a los que el gobierno respondió con el asesinato de varios campesinos y el establecimiento del Estado de sitio; en el crecimiento de las fuerzas de izquierda dentro de la Central de Trabajadores y el Frente Amplio en Uruguay; en el combate de masas por la democracia y en las luchas del pueblo mapuche en Chile; en las masivas movilizaciones del pueblo peruano contra la dictadura de Fujimori; en las grandes puebladas y luchas obreras y populares posteriores al Santiagueñazo en la Argentina.

 

Por otra parte, tendrá importantes consecuencias la derrota del PRI en México, después de 70 años de gobierno.

 

En toda América del Sur se vive un momento de auge de masas. Las fuerzas socialdemócratas y revisionistas intentan montarse en él organizando amplios frentes sociales y políticos con la finalidad de desviarlo hacia el parlamentarismo y el sindicalismo reformista. Pero crecen fuerzas revolucionarias, marxistas-leninistas, en toda América Latina, que trabajan para evitar que el movimiento de masas sea desviado hacia un cauce reformista cuya infertilidad ya se ha demostrado largamente en nuestros países.

 

Cuba no ha cedido al cerco y la presión yanqui, como volvió a manifestarse en la lucha por el regreso de Elián a su patria. El colapso de la URSS de la que Cuba se había transformado en un país dependiente, se tradujo en un desastre para la economía cubana, desastre del que tardó casi una década en salir, parcialmente, pero abriendo, al mismo tiempo, su economía a los monopolios europeos y canadienses y liquidando conquistas que quedaban de la época revolucionaria, Cuba mantiene la base rusa instalada en su territorio e intensifica su comercio con esta potencia. El PC de Cuba no hizo una revisión auto crítica de su política de dependencia y subordinación a la URSS y, consecuentemente, en el último tiempo, Fidel Castro ha replanteado la teoría del “fatalismo geográfico”21, según la cual la revolución en nuestros países no podrá triunfar si antes no triunfa en algún gran país central, y ha señalado la inconveniencia actual de la lucha armada en América Latina. Pero el gobierno cubano, pese a tener una base yanqui en su territorio, no cedió al bloqueo y a las presiones yanquis y mantuvo su independencia de ese imperialismo. Esto, y la lucha antiyanqui de las masas cubanas, estimula la resistencia al imperialismo yanqui en toda América Latina, como se ve en el caso venezolano.

 

Se ha mantenido el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, pese al cerco del ejército mexicano y esto ha estimulado el crecimiento del movimiento obrero, campesino, estudiantil y popular en México.

 

Pasada la difícil situación creada por la rendición del Frente Sandinista en Nicaragua, del Frente Farabundo Martí en El Salvador y de la guerrilla guatemalteca, después de casi cuarenta años de lucha, movimientos que pagaron cara su subordinación a la ex URSS y al gobierno cubano, en todos esos países se reorganizan las fuerzas revolucionarias. En todo el Caribe y América central, en particular en República Dominicana, Haití y Puerto Rico, crecen movimientos revolucionarios antiimperialistas.

 

Simultáneamente se agudizan las contradicciones interimperialistas en América Latina. Los yanquis son hegemónicos y en este sentido se beneficiaron con el repliegue temporal del imperialismo ruso. Pero con el desarrollo de la lucha popular se les han creado serios problemas, y una situación particularmente difícil en Colombia y Venezuela. Los rusos, que tienen fuertes posiciones en América Latina, montándose en el combate popular antiyanqui, han renovado su actividad. A su vez europeos, japoneses y chinos también disputan agudamente con los yanquis. Todo esto se ha reflejado, en distinto grado, en recientes procesos electorales en varios países de América del Sur.