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11 de enero de 2011

Comité Central  -  12 de mayo de 1979

Algunas cuestiones de importancia en torno a la represión en la lucha antidictatorial

Documentos del PCR / Tomo 4

1.- Es necesario en la lucha antidictatorial, no bajar la guardia en nuestra política de clandestinidad, no descuidar las tareas y medidas concretas planteadas en este sentido. Pues son un instrumento indispensable para asegurar el funcionamiento de nuestros organismos, para desarrollar nuestra política de masas y asegurar la continuidad de la labor del Partido.
La experiencia ha demostrado que es posible dificultar y reducir con ella la política represiva y los golpes sorpresivos del enemigo.

1.- Es necesario en la lucha antidictatorial, no bajar la guardia en nuestra política de clandestinidad, no descuidar las tareas y medidas concretas planteadas en este sentido. Pues son un instrumento indispensable para asegurar el funcionamiento de nuestros organismos, para desarrollar nuestra política de masas y asegurar la continuidad de la labor del Partido.
La experiencia ha demostrado que es posible dificultar y reducir con ella la política represiva y los golpes sorpresivos del enemigo.
Nos referimos: a la compartimentación rigurosa de los organismos de arriba hacia abajo, a la compartimentación de enlaces, lugares de funcionamiento y vivienda, de organismos y camaradas. A la disciplina en los métodos de enlaces, citas, reuniones, relaciones familiares, etc. A la política de masas y medidas para la consecución, cuidado y uso de las casas y elementos necesarios para concretar el funcionamiento de nuestros organismos y el movimiento de nuestros compañeros; a las medidas para evitar anotaciones y papeles que expongan innecesariamente, ante el enemigo, a organismos y camaradas en casas de reuniones y de vivienda, y para que lo necesario esté bien resguardado. Al fortalecimiento del frente específico. Y a la educación ideológica permanente del conjunto, en torno a estas cuestiones. Particularmente a los compañeros nuevos y a la juventud.

2.- Sobre la conducta a seguir en caso de ser detenidos. Frente a los torturadores: refirmamos lo que se va constituyendo en una tradición gloriosa de nuestros camaradas: no hablar, ni firmar nada. Derrotarlos con el silencio o sea con una actitud que demuestre la firmeza y el odio de clase que le profesamos los comunistas a nuestros enemigos y sus agentes.
Inventar historias frente a ellos, hablar de lo “conocido”, confundir sus diversos métodos (como es por ejemplo presentarse unos como “buenos” y otros como “malos”) con diferencias políticas entre ellos, etc., son argucias que siempre han servido para justificar vacilaciones ante esos asesinos. Nosotros debemos seguir la política comunista de enfrentarlos y derrotarlos con el silencio, con la firmeza de clase, con la decisión de entregarlo todo, incluso la vida, para servir incondicionalmente a nuestra clase obrera y a nuestro pueblo, a nuestros ideales comunistas y nuestro Partido. Este es el ejemplo que nos han dado millones de comunistas y revolucionarios a lo largo de la historia, el ejemplo de nuestros compañeros caídos en la lucha y de quienes pasaron largas horas y semanas, firmes a las más terribles torturas.

3.- Frente a los tribunales militares. Es necesario impugnarlos por inconstitucionales y por lo tanto negarse a declarar ante ellos.
Aquí el fundamento puede extenderse o no en consideraciones políticas, de acuerdo a situaciones concretas. Pero siempre al servicio de lo anterior, o sea dejar claro que los impugnamos por inconstitucionales y que por ello nos negamos a declarar ante él, que lo que expresamos es al solo efecto de dejar claro lo anterior. Y en el caso de fundamentar, hacerlo partiendo de nuestra línea política antidictatorial, evitando realizar análisis sobre la penetración del socialimperialismo o del terrorismo prosoviético marginados de la misma y de la lucha de nuestro pueblo contra la política vendepatria, asesina y antipopular de la dictadura videlista.

4.- Se ha dado el caso de agentes de la dictadura que vienen a hablar de política a la celda de compañeros, o los mandan buscar para hablar con ellos en sus despachos. Lo primero a tener en cuenta es que son agentes de la dictadura que nos tiene preso. Debemos siempre tomar una actitud de firmeza que ni de hecho, signifique una pizca de colaboración con ellos. Nos oponemos a que se escriba o grabe nada. Aunque sean ideas generales sobre nuestras posiciones.
No debemos perder nunca de vista que quien viene a conversar es un integrante del aparato del Estado y de la dictadura.

5.- Cuando estando detenidos, los camaradas sean interrogados acerca de su pertenencia al PCR, creemos que corresponde no contestar ni afirmativamente, ni negativamente. O sea negarse a responder también por inconstitucional.

6.- Sobre compañeros que fueron quebrados por el enemigo.
Es fundamental conocer los hechos en detalle y tratar de hacerlos llegar a los organismos del Partido, lo más rápido posible. La demora puede perjudicar la seguridad de los mismos.
En dichos casos sancionarán las organizaciones del Partido. Esto no quiere decir, que los compañeros presos no tomen recaudos dentro de la cárcel hasta que aquellos decidan.
A los traidores, a los expulsados, es necesario darles trato de tal, adentro y afuera de la cárcel. No hay nada que hablar con ellos y nada que justifique borrar las fronteras de clase con ellos. Por el contrario hacia ellos debemos profesar el odio de clase, y hacer de esta actitud una posición que eduque a los demás detenidos, a las masas y al propio Partido. Es esta una cuestión de principios y cualquier vacilación en este sentido nos conducirá inevitablemente a limar los fundamentos políticos e ideológicos del Partido y a la disgregación. Esto además de facilitar el trabajo del enemigo dentro del Partido, a corto y largo alcance. Igual actitud debemos aconsejar adoptar a los familiares de esos traidores. Debemos obrar siempre con mucha prudencia, seriedad y basándonos en los hechos comprobados. Pero dado el caso de alguien que hemos comprobado que ha traicionado a la clase obrera, a nuestros ideales comunistas y al Partido, y se ha tomado una decisión orgánica en tal sentido, debemos adoptar una actitud y posición de principios frente a él y luchar para que tomen esta actitud las masas.

7.- En estos años se han producido situaciones en relación a camaradas que han sido torturados, muy variadas y complejas que es necesario analizar en particular. Hemos tenido ejemplos heroicos y algunos casos también de traición, de gente que se ha quebrado ante el enemigo. Y también casos de camaradas que junto a una actitud heroica han cometido errores. A veces errores propios de la inexperiencia; otros por vacilaciones. Es necesario considerar cada caso en concreto en forma minuciosa, y distinguir estas contradicciones, de la que nos separan de los traidores. Al distinguirlos debemos actuar tal cual lo señala el estatuto partidario y de acuerdo con nuestra política de tratar la enfermedad para salvar al paciente y aprender de los errores pasados para no cometerlos en el futuro. También en estos casos resuelven los organismos del Partido y no los camaradas detenidos.

8.- Cuando un camarada sale de la cárcel es necesario prestar atención a: tomar medidas para cortar todo tipo de seguimiento. Y al tiempo que tratamos de rodearlo de la mayor solidaridad en forma inmediata, debemos evitar tomar contacto en forma directa e inmediata con él. Posteriormente, antes de incorporarse nuevamente a la militancia, debe informar sobre todo el proceso de su detención, vida en la cárcel y salida, para que su organismo trate su situación y resuelva orgánicamente acerca de su reincorporación al organismo.
Esto es de la mayor importancia y hace a una necesidad del Partido y del propio camarada. A las mínimas normas de vigilancia revolucionaria de un partido marxista-leninista. A su seguridad inmediata y mediata y debemos en tal sentido tomar estas tareas con la mayor seriedad, prudencia y buscando la verdad en los hechos. Basándonos en hechos comprobados y no en simples suposiciones, en decisiones colectivas y no individuales y de acuerdo a nuestras normas estatutarias basadas en el centralismo democrático.