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02 de octubre de 2010

1/ Nuestra época

Programa del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

Antecedentes
La clase obrera fue bocetando y forjando su organización independiente desde fines del siglo 18, cuando recién se conformaba como clase social moderna y Babeuf formuló las reivindicaciones del proletariado y organizó la Conspiración de los Iguales para derrocar a la burguesía, en el propio proceso de la revolución francesa.

Cincuenta años después se produjo un salto cualitativo. Con el desarrollo de la gran industria capitalista se fue agudizando la lucha de clases y el combate del proletariado. Carlos Marx y Federico Engels se vincularon estrechamente con el movimiento obrero y participaron activamente en las luchas revolucionarias de entonces. Tomando críticamente y desarrollando las doctrinas más avanzadas que la humanidad creó en el siglo 19: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés, fundaron el socialismo científico, en oposición al socialismo utópico. Descubrieron y elaboraron teóricamente las leyes más generales que rigen el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano, fundando el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Y establecieron las bases de la teoría revolucionaria del proletariado que ha guiado y sigue guiando las luchas de las grandes masas explotadas y oprimidas dirigidas por la clase obrera.La Comuna de París de 1871 fue el paso más avanzado de ese proceso de lucha revolucionaria del proletariado. Esta insurrección obrera, que tomó el poder en la ciudad de París y lo sostuvo durante 70 días, mostró al mundo la dictadura del proletariado anunciando una nueva sociedad. La Comuna de París se basó en el pueblo en armas; estableció la elegibilidad y revocabilidad de todos los funcionarios, fijó el salario de los funcionarios igual al de los trabajadores; unificó los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. “La Comuna –escribió Marx– dotó a la república de una base de instituciones realmente democráticas. Pero, ni el gobierno barato, ni la ‘verdadera república’ constituían su meta final; no eran más que fenómenos concomitantes. […] la Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo” 7.

Al mismo tiempo la derrota de la Comuna demostró la necesidad de un partido revolucionario del proletariado para sostener ese nuevo estado y avanzar hacia el comunismo. En consecuencia la tarea de crear un tal partido en cada país, un partido fuerte, unido e independiente de la burguesía, era la principal tarea que tenía que realizar el movimiento obrero. Otra causa importante de la derrota de la comuna fue el aislamiento del proletariado, lo que puso en evidencia la necesidad de la alianza obrero-campesina para la revolución.

La época del imperialismo y la revolución proletaria
A comienzos del siglo 20 se consolidaron los rasgos imperialistas del capitalismo que se venían desarrollando desde el último cuarto del siglo 19 y el capitalismo entró en su fase imperialista. Se abrió, como la definió Lenin, la época del imperialismo y de la revolución proletariaEn su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin resumió “sus cinco rasgos fundamentales siguientes, a saber:

1) la concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica;

2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este "capital financiero", de la oligarquía financiera;

3) la exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular;

4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y

5) la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.

El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes.”

Todo esto lleva a la aguda disputa entre los monopolios imperialistas y entre las potencias imperialistas por el control del mundo.
Lenin señaló que el imperialismo se caracterizaba políticamente por el desarrollo del militarismo, el armamentismo, la violencia extrema contra la clase obrera y los pueblos, la escisión del movimiento obrero y, muy particularmente, por la guerra. Y sintetizó: “El imperialismo es la reacción en toda la línea”Las burguesías imperialistas no sólo explotan a la clase obrera y oprimen a los pueblos de sus países, sino que oprimen y saquean al mundo entero, convirtiendo a la mayoría de los países del globo en colonias, semicolonias y países dependientes. Se entrelazan así los movimientos de liberación nacional con el movimiento revolucionario del proletariado. La disputa interimperialista por el control del mundo generó en 1914 la Primera Guerra Mundial. Durante la misma, el Partido Comunista (bolchevique) de Rusia dirigido por Lenin condujo la insurrección armada de los obreros, campesinos y soldados en octubre de 1917, que llevó al triunfo de la revolución socialista en Rusia.
Construyendo su ejército revolucionario, y en una guerra civil revolucionaria que se prolongó por más de tres años, millones de explotados realizaron la epopeya histórica en la que, por primera vez en la historia de la humanidad, el proletariado pudo sostener su dictadura (derrotando la resistencia de las clases derrocadas, el asalto imperialista y el cerco contrarrevolucionario) y comenzar a construir una nueva sociedad, confiscando la tierra a los terratenientes y expropiando los medios de producción del gran capital. Desde comienzos del siglo veinte, Lenin peleó por la construcción de un Partido revolucionario de la clase obrera. Un Partido guiado por la teoría marxista, independiente de la burguesía y que deslindara campos con la socialdemocracia revisionista. Esto fue decisivo para que el proletariado conquistara y retuviera el poder, basándose en la alianza obrera-campesina. La no resolución correcta de estas cuestiones significaría trágicas derrotas del proletariado de varios países europeos en este período, en particular del húngaro y del alemán.
Los aportes de Lenin significaron una nueva etapa en el desarrollo del marxismo. El leninismo es un desarrollo del marxismo en cuanto a la concepción del mundo – es decir, el materialismo y la dialéctica- en cuanto a la teoría y la táctica de la revolución en la época del imperialismo, la dictadura del proletariado y el partido proletario; y la doctrina de la construcción socialista. Desde la revolución de octubre de 1917, bajo la dirección de Lenin hubo 7 años de construcción en medio de la guerra contra la reacción, experiencia inédita hasta entonces. A su muerte (enero de 1924), Stalin defendió la dictadura del proletariado y desarrolló sus enseñanzas.
En un plazo histórico asombrosamente breve, en la URSS se creó una potente industria moderna y se pasó de la mísera producción agrícola individual con arados de madera a cooperativas (koljoces) y haciendas estatales (sovjoses) que reunían cada una el trabajo de cientos de campesinos dotados de maquinaria y técnica moderna. Terminaron con el analfabetismo que era del 75% y los hijos de los obreros y de los campesinos accedieron a la enseñanza politécnica y universitaria. Por primera vez en la historia de la humanidad una nación opresora, Rusia, fue organizada en un plano de igualdad jurídica con las naciones y pueblos oprimidos por el viejo imperio zarista. En la URSS se reconocieron 169 etnias en distintos niveles de estructuras estatales: Distritos Nacionales, Regiones Autónomas, Repúblicas Federadas y Repúblicas de la Unión. Esta primera experiencia, si bien deformada por el peso en la cultura y la hegemonía política, económica y militar rusa sobre el conjunto, significó un gran avance para estos pueblos. Algunos por primera vez lograron que la escritura de sus lenguas originarias fuera reconocida.
Mientras el capitalismo era sacudido por la gran crisis de 1929-33 y decenas de millones de trabajadores se hundían en la desocupación y la miseria, en la URSS, bajo la dirección del Partido Comunista encabezado por Stalin, se terminaba con la desocupación forzosa y se producía el gran salto cualitativo de la colectivización y la industrialización. Este salto a la modernidad no solo fue logrado en un tiempo increíblemente corto –diez años– sino también por un camino que liberaba a los trabajadores del yugo del capital y ayudaba a los demás pueblos en lucha por su emancipación nacional y social.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin dirigió al Ejercito Rojo y al pueblo soviético que derrotó al imperialismo nazi-fascista de Hitler, e impulsó que el Movimiento Comunista Internacional se constituyera en la fuerza principal y el centro de un gran movimiento mundial de Frente Unico Antifascista. Luego dirigió la gigantesca movilización revolucionaria de las grandes masas obreras y campesinas que posibilitó el verdadero “milagro” de la reconstrucción soviética de posguerra, con un pueblo agotado, con miles de cuadros revolucionarios y comunistas así como los mejores hijos de la clase obrera caídos en combate. En tres años los soviéticos lograron sobrepasar la producción industrial de la preguerra.
Estos fueron los principales méritos de Stalin. Jerarquizar sus aciertos, no significa desconocer sus errores. En su informe de proyecto de Constitución de la URSS en 1936, Stalin señaló que en la Unión Soviética habían desaparecido las clases explotadoras y que solo quedaban la clase obrera, el campesinado y la intelectualidad, cuyas diferencias tendían a desaparecer. Este a nuestro entender fue su error principal, porque llevó a considerar, erróneamente, que la lucha de clases ya no existía en la URSS, que el Estado bajo su conducción ya era estable y sólido, que la revolución proletaria era irreversible y que el Partido era monolítico. Se abandonó la lucha por continuar la transformación revolucionaria de las relaciones de producción, y se pusieron todos los esfuerzos en la producción, en los preparativos para enfrentar la guerra, subestimando la lucha política e ideológica. Aunque con las limitaciones impuestas por sus errores teóricos, Stalin polemizó en su último trabajo con la teoría que reduce la construcción de la sociedad comunista a la lucha por un gran desarrollo de las fuerzas productivas, y otras teorizaciones revisionistas que se impondrían luego del 20 Congreso del PCUS.
Dentro de un proceso signado por un gran protagonismo de masas en la construcción, la guerra y la reconstrucción, contradictoriamente se fue negando la democracia grande de las masas y el centralismo democrático dentro del Partido. Al negar la existencia de la lucha de clases en la sociedad soviética, se ubicó que el peligro de la restauración capitalista sólo podía venir de afuera, de la intervención imperialista, y no se diferenciaron las contradicciones con el enemigo de las existentes en el seno del pueblo, como expresión de la lucha de clases en la sociedad. Esos errores en el abordaje de las contradicciones en el seno del Partido y en el seno del pueblo llevaron a ampliar el radio del golpe en la represión a los contrarrevolucionarios y también, a utilizar la represión en contradicciones no antagónicas en el Partido y en el seno del pueblo.
También se pusieron de manifiesto rasgos chauvinistas y de exagerado nacionalismo gran ruso, en su política, agravados durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Estos errores, en un complicado proceso, debilitaron la dictadura del proletariado e impidieron ver que los remanentes de las clases explotadoras se entrelazaban con una nueva capa burocrática privilegiada, que utilizaba sus posiciones en el Partido y en el Estado para consolidar y ampliar sus privilegios, lo que llevó a la conformación de una nueva burguesía.
El revisionismo moderno concentra sus ataques en Stalin, pero siempre apuntó a negar la herencia teórica de Lenin y de Marx, herencia que defendió Stalin, aun con todos sus errores. Al atacar a Stalin como a un individuo que tuvo un enorme poder dictatorial, como un criminal, el revisionismo jamás plantea el tema en términos de clase y de lucha de clases. Desliga el concepto de democracia del tipo de Estado y del contenido concreto de clase de éste. Así busca desacreditar a la dictadura del proletariado y desorientar a las masas ante un problema que escaparía a la lucha de clases, y por lo tanto ellas no podrían cambiar.

Al mismo tiempo los revisionistas buscan, con esa explicación, ocultar los errores reales del Partido Comunista de la URSS en épocas de Stalin, errores que facilitaron la restauración del capitalismo, y el surgimiento del socialfascismo y el socialimperialismo en la URSS.

Guerra y revolución
La crisis económica mundial del capitalismo imperialista que se inició en 1929 y se prolongó durante la década del treinta llevó al ascenso del fascismo como expresión más cruda del imperialismo y al agudizamiento de la disputa interimperialista que enfrentaba a Francia, Inglaterra y Estados Unidos por un lado, con los países que conformaron el eje fascista: Alemania, Italia y Japón por el otro, originándose la Segunda Guerra Mundial.

En 1941, cuando Alemania agredió a la URSS (en ese entonces todavía bajo la dictadura del proletariado) la guerra interimperialista se transformó en una guerra mundial antifascista. El imperialismo nazifascista, contra el que había librado una guerra desigual y heroica el pueblo español, contra el que libraba una guerra nacional desde la mitad de la década del 30 el pueblo chino y contra el cual se había desplegado la lucha de los frentes populares, primero política y luego armada, en casi toda Europa, se convirtió en el enemigo principal del proletariado a escala mundial. La defensa del primer país socialista se fundió con la lucha liberadora de los pueblos sojuzgados por el nazismo alemán, el militarismo japonés y el fascismo italiano. La URSS, conducida por el Partido Comunista (bolchevique) dirigido por Stalin, llevó desde entonces el peso principal de la lucha contra el fascismo.
Con la lucha contra el fascismo y la derrota de éste, se fortalecieron en todo el mundo las posiciones proletarias revolucionarias y de liberación nacional. La revolución triunfó en algunos países del este europeo. Los pueblos de Asia, Africa y América Latina se colocaron en la primera fila de la lucha antiimperialista y anticolonialista, realizando luchas armadas revolucionarias, conquistando grandes victorias que cambiaron la fisonomía del mundo de la posguerra. Esto estimuló al proletariado mundial y a los pueblos de todos los países en su lucha revolucionaria antiimperialista. Así fue en China, un país semicolonial, semifeudal, dominado por varios imperialismos, con 600 millones de habitantes sumergidos en el hambre, las enfermedades y el analfabetismo. Con un inmenso mar campesino y un proletariado muy pequeño. El Partido Comunista de China encabezado por Mao Tsetung dirigió la revolución de nueva democracia que liberó del yugo imperialista y semifeudal e instauró luego la dictadura del proletariado en el país más poblado de la tierra. Asegurando pan, trabajo, tierra, vestido, techo, salud y educación para todos. Es la gran experiencia de una revolución dirigida por el proletariado que tuvo a los campesinos (principalmente los pobres) como los grandes protagonistas. Estos fueron los que engrosaron el PCCh, fueron la base del Frente Unico Revolucionario y la masa principal de combatientes del Ejército Popular de Liberación.La lucha armada se prolongó por más de dos décadas en la que se desarrolló el Ejército Popular y el Frente Unico Revolucionario que, dirigidos por el PCCh, condujeron al pueblo chino al triunfo de la revolución, instalando la República Popular el 1° de Octubre de 1949Después de la revolución rusa de 1917, la victoria de la revolución china es el acontecimiento más importante en la historia del movimiento revolucionario del proletariado internacional. Mao Tsetung desarrolló el marxismo-leninismo en todos los planos: en la teoría revolucionaria, en la teoría de la guerra, en la teoría económica y en la filosofía.Sistematizando la experiencia de la revolución china enriqueció el marxismo-leninismo con su aporte sobre la revolución en los países coloniales, semicoloniales y dependientes.
En la lucha por avanzar hacia una sociedad sin explotadores ni explotados, Mao Tsetung formuló la teoría de la continuación de la revolución en las condiciones de la dictadura del proletariado e impulsó la Revolución Cultural Proletaria para impedir la restauración burguesa. Este es su principal aporte al desarrollo de la teoría marxista-leninista.
En 1959 el triunfo de la revolución cubana conmovió América Latina.
Se inició en el campo con la guerrilla de Sierra Maestra, surgida a partir del desembarco de un grupo de combatientes organizado por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio dirigido por Fidel Castro, donde se encontraron con guajiros dirigidos por Crescencio Pérez y que habían participado en luchas campesinas armadas. En un proceso, el campesinado, principalmente los pobres, y los obreros rurales apoyaron a la guerrilla y fueron la base principal del ejército rebelde que lideraban Fidel Castro, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro.
En La Habana y otras ciudades crecían las huelgas y la lucha de masas. La integración de la lucha armada en el campo con la lucha de masas obreras, estudiantiles y populares y la coordinación política con las fuerzas opositoras a la dictadura de Batista fue decisiva. La lucha revolucionaria del pueblo cubano para su triunfo combinó: la huelga general que duró 5 días; el alzamiento insurreccional basado en el ejército rebelde que bajó de Sierra Maestra, el levantamiento del pueblo que tomó por asalto las comisarías y cuarteles (principalmente en La Habana) y el frente único opositor.
Sobre esta base se pudo imponer el Gobierno Provisional Revolucionario. Un gobierno de Frente Unico muy amplio que se correspondía con la etapa de la revolución en curso.Con el triunfo de la revolución cubana se instaló en América Latina, en las puertas del imperialismo yanqui, la primera revolución liberadora que resolvió las tareas inconclusas de la gesta emancipadora por la independencia del dominio colonial, con la reforma agraria y la expropiación de los monopolios imperialistas.
Cuba significó para millones la posibilidad del socialismo hablado en castellano La revolución rusa, la china, la cubana y demás revoluciones triunfantes significaron un salto gigantesco en la historia de la humanidad.

La revolución y el socialismo se convirtieron en una poderosa fuerza que llegó a abarcar a un tercio de la humanidad. Las luchas de liberación nacional se desplegaron en Asia, Africa y América Latina.Los soviets en la revolución rusa, las comunas en la revolución china fueron órganos de poder que, dirigidos por el Partido del proletariado, permitieron que centenares de millones de obreros y campesinos pudieran decidir que y como se producía y como se distribuía lo que se producía.
Así se pudo resolver en pocos años comida, techo, vestido, salud y educación para millones de habitantes, produciéndose un gran avance en su desarrollo político, económico, científico y cultural.

La revolución, el socialismo y el comunismo pasaron a ser una opción visible, real para los oprimidos de todo el mundo.

La restauración capitalista
En la URSS, perdida la democracia proletaria, al amparo de elaboraciones teóricas y políticas revisionistas, se dio la confluencia de los remanentes de las clases explotadoras y los seguidores del camino capitalista, una capa burocrática privilegiada, cada día más alejada del control de las masas, que inició el camino de la utilización de sus privilegios políticos para generar privilegios económicos y sociales. Esos nuevos elementos burgueses emboscados tenían en sus manos una porción del poder, del Partido y del Estado y pasaron a la ofensiva luego de la muerte de Stalin ocurrida en 1953.
En el 20 Congreso del PCUS, realizado en 1956, se impuso una línea que produjo un cambio cualitativo: la revisión total de las principales tesis marxistas leninistas, expresión de la fuerza adquirida por los representantes de la burguesía en la dirección del Partido. En 1957 el sector encabezado por Jruschov dio un golpe de Estado que garantizó la hegemonía de esa burguesía en el Partido, en el Estado (principalmente en las fuerzas armadas y represivas) y en la sociedad soviética, y su conversión, en forma original, en clase dominante, explotadora, burguesía de nuevo tipo, burocrática-monopolista, expansionista, socialista de palabra e imperialista de hecho, manteniendo durante mas de 30 años, como lo hacen hasta hoy los dirigentes de China y otros países, la máscara socialista y los símbolos del proletariado y la revolución: la bandera con la hoz y el martillo, la figura de los maestros del marxismo, la Internacional, etc., facilitando con esto la confusión y la instrumentación de las masas para sus objetivos.

El ascenso del revisionismo al poder significó el ascenso de la burguesía al poder en la URSS y los países socialistas del Este europeo. Fue una tremenda derrota para el proletariado y los pueblos oprimidos. Una tragedia histórica.
El Che Guevara sostuvo consecuentemente el internacionalismo proletario y el camino revolucionario de la lucha armada para la toma del poder y para el triunfo de los pueblos contra el imperialismo. A la vez que, desde posiciones marxistas, encabezó dentro de Cuba la lucha contra la línea que finalmente se impuso, librando batalla contra las tesis revisionistas impuestas luego del 20 Congreso del PCUS. Enfrentó las posiciones que planteaban la inevitabilidad de la dependencia económica y política de Cuba a la URSS, impulsando la industrialización y la diversificación de la producción agrícola. Combatió la absolutización de los estímulos materiales en desmedro de la lucha política e ideológica en la construcción del socialismo. Denunció a la URSS como cómplice de la opresión imperialista a los países del tercer mundo en la conferencia de Argel de 1965, aunque sin definir a la Unión Soviética como socialimperialista.
En 1968, el apoyo del PC cubano a la invasión rusa a Checoslovaquia puso de manifiesto su subordinación a la URSS (socialimperialista). Esto, su elevado grado de dependencia económica a la URSS y la utilización de sus Fuerzas Armadas al servicio del expansionismo de esta superpotencia en varios países del tercer mundo, mostraron que también en Cuba había sido derrotada la dictadura del proletariado.

En 1964 Mao Tsetung señaló que la Unión Soviética se había transformado en un país imperialista, socialista de palabra e imperialista en los hechos, como socialimperialista. Aprendiendo de lo sucedido en la URSS, y ante el avance de los revisionistas burgueses en el Partido Comunista de China, para evitar la restauración capitalista, Mao Tsetung impulsó en 1966 la Gran Revolución Cultural Proletaria.
Esta fue una lucha por el poder en las condiciones de la dictadura del proletariado. Lucha protagonizada por millones y millones de mujeres y hombres en el país más poblado de la tierra para desalojar a los revisionistas burgueses, seguidores del camino capitalista, de las posiciones de poder que ocupaban en el Partido Comunista, en el Estado y en las distintas instituciones y organizaciones de la sociedad china. Millones de jóvenes, los guardias rojos, recorrían China reivindicando la dictadura del proletariado.En medio de esas turbulencias y torbellinos de masas en movimiento, se discutía todo, lo cotidiano y los grandes temas de la política. La democracia grande donde los obreros en las fábricas, los comuneros en el campo, los estudiantes en los colegios y universidades expresaban públicamente sus opiniones y tomaban partido sobre las dos líneas que luchaban por el poder en China. La más profunda democracia que conociera la humanidad hasta nuestros días. La Revolución Cultural Proletaria logró impedir la restauración capitalista por más de diez años pero fue derrotada. Con la muerte de Chou Enlai, Chu Te, y otros dirigentes, y principalmente con la muerte de Mao Tsetung, en 1976, los revisionistas burgueses que habían sido desplazados por la Revolución Cultural Proletaria de la mayoría de las posiciones de poder que controlaban, capitaneados por Teng Siaoping contragolpearon y pasaron a copar la dirección del Partido y del Estado en el Tercer Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China, en diciembre de 1978 y con esto fue derrotado el socialismo en el último país donde aún existía, cerrándose así una etapa en la que el proletariado llegó a dirigir una tercera parte de la población mundial.

De la bipolaridad a la multipolaridad
El imperialismo yanqui emergió de la Segunda Guerra Mundial como la superpotencia imperialista hegemónica. Pero el triunfo de la Revolución China, el fortalecimiento de la URSS y la derrota yanqui en Corea lo golpearon duramente. A fines de la década de 1950 y en la década de 1960, triunfó la Revolución Cubana, se desplegaron las guerras de liberación nacional de Vietnam, Kampuchea y Laos. El crecimiento del auge de la lucha antiimperialista a escala mundial llevó al imperialismo yanqui –a comienzos de la década de 1970– a una profunda crisis militar, política y económica. Situación que iría revirtiendo durante la década de 1980.Entre tanto, la restauración del capitalismo en la URSS y su conversión en una superpotencia imperialista, había colocado frente al imperialismo yanqui a un agresivo y peligroso rival que pasó a disputarle el control del mundo. El conflicto bipolar entre las dos superpotencias imperialistas, con distintas fases en su desarrollo, pasó a ser predominante en el mundo imponiendo su signo durante prácticamente tres décadas. En medio de esta disputa creció la lucha liberadora de los pueblos y países oprimidos del tercer mundo 8 que enfrentaban a una u otra superpotencia Con el colapso de la URSS y como superpotencia imperialista, en 1991, han cambiado todas las relaciones internacionales. El quiebre de la bipolaridad no dio paso a la unipolaridad, como pretendía y pretende el imperialismo yanqui y sostienen también fuerzas socialdemócratas y revisionistas, sino a la multipolaridad.

El colapso y el “sinceramiento” capitalista en la URSS y su derrumbe como superpotencia, fue presentado por los imperialistas y los revisionistas como el “fracaso” y fin del socialismo. Ocultando que en la URSS había sido derrotado el socialismo y restaurado el capitalismo en 1957, y en China en 1978, reconstituyéndose el sistema capitalista imperialista a escala mundial. En esto se basa la gran ofensiva de las teorizaciones sobre la llamada “globalización”, formulada inicialmente por los ideólogos del imperialismo yanqui, tomadas y difundidas con diversas variantes por las potencias imperialistas. Hablan de una supuesta “homogenización” e “interdependencia” de la economía mundial, con el objetivo de hacer creer que se borran las diferencias entre las clases, los pueblos y las naciones. Estas teorizaciones han sido sustentadas y reelaboradas, con diversas posiciones, por los revisionistas de todo pelaje. En todas sus variantes atacan la vigencia de la época revolucionaria y de la teoría leninista del imperialismo.

La burguesía imaginó que el triunfo del capitalismo era definitivo. Pero en 1997 estalló una nueva crisis cíclica de sobreproducción relativa, profunda, prolongada, por oleadas y con efecto dominó que estremeció al imperialismo. La generalización y crecimiento de la recesión económica mundial, que fue acompañada por una oleada de despidos y de intentos de barrer viejas conquistas del movimiento obrero, generó grandes luchas obreras en Italia, Francia y Alemania entre otros países europeos. Aumentó la desigualdad entre los países opresores y los países oprimidos y entre los opresores y los oprimidos de cada país. La teoría marxista volvió a demostrar su vigencia y su superioridad frente a las tesis burguesas.
Por un lado, existe el mercado capitalista mundial único. A su vez se han creado bloques económicos regionales (como la Unión Europea, la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el Mercosur).

El fin de la bipolaridad dio paso a la multipolaridad creando una situación en la que existe una gran imprevisibilidad. Los yanquis se mantienen como única superpotencia y se han transformado en el principal gendarme mundial, siendo actualmente la potencia más agresiva. La guerra de agresión a Afganistán y luego a Irak, y la ocupación militar de ambas, muestra que toda la situación política internacional está teñida por la política de un nuevo reparto mundial de zonas de influencia entre las potencias imperialistas que impulsa el gobierno de los Estados Unidos presidido por George W. Bush. Con ese objetivo desestabiliza regiones estratégicas, especialmente las que concentran las riquezas petroleras. Esto se ha expresado brutalmente en la guerra y ocupación imperialista de Estados Unidos e Inglaterra contra Irak y con la amenaza de nueva agresión a Medio Oriente, Cuba, Corea del Norte, Filipinas, etc. Frente a la agresión yanqui se levanta una gigantesca oleada antiimperialista en todo el mundo.A la vez la resistencia de las otras potencias imperialistas como Alemania, Francia, Rusia y China a acompañar al imperialismo yanqui e inglés muestra que se agudizan las contradicciones interimperialistas y la disputa por el control del mundo. Esta disputa puede ser utilizada por los pueblos y naciones oprimidas en la lucha liberadora, sin ir a la cola de ninguna de esas potencias ya que el objetivo principal de esa disputa interimperialista es por el reparto de esferas de influencia y, en definitiva, va contra los intereses del proletariado y los pueblos oprimidos.

Los imperialismos incrementan su agresividad y el armamentismo, con lo que se acentúan los factores de guerra. Todo esto da un rotundo mentís a la llamada teoría de la “globalización”. En realidad es una teoría imperialista con la que se trata de enmascarar las contradicciones del propio capitalismo en su etapa actual y justificar con ella todos los atropellos a la clase obrera y a los pueblos oprimidos y el descarado intervencionismo imperialista, liquidando el derecho soberano de los estados nacionales, afirmando el derecho de la “soberanía limitada” y la “guerra preventiva” sostenidas por las potencias imperialistas, en primer lugar por el imperialismo yanqui encabezado por la camarilla fascista de Bush.

Tres grandes contradicciones
Nuestra época sigue siendo la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Actualmente existen tres grandes contradicciones: la primera es la contradicción entre la burguesía y el proletariado; la segunda es la contradicción entre un puñado de naciones imperialistas y los países, naciones y pueblos oprimidos por el imperialismo (dependientes, coloniales y semicoloniales). La tercera contradicción es la que existe entre las diferentes potencias imperialistas y entre los distintos monopolios y grupos de monopolios imperialistas. Desapareció la contradicción que oponía a los países socialistas con los países imperialistas, luego de la restauración del capitalismo en los primeros.

La crisis económica mundial del capitalismo imperialista iniciada en 1997 en el sudeste asiático y sus nefastas consecuencias para las masas han agudizado estas contradicciones en todos los lugares del mundo y tensan principalmente la contradicción entre el imperialismo y las naciones y pueblos oprimidos. Al mismo tiempo, la agresiva disputa por un nuevo reparto del mundo tensa las contradicciones interimperialistas y los factores de guerra.Se confirma la validez de la teoría de Lenin que afirma: 1) La nuestra es la época del imperialismo y de la revolución proletaria; 2) El desarrollo desigual del imperialismo y la inevitabilidad de que los países imperialistas recurran a la guerra para repartirse de nuevo el mundo, y 3) El imperialismo ha dividido al mundo en naciones opresoras y naciones oprimidas, el proletariado internacional lucha al lado de estas últimas y las revoluciones de liberación nacional confluyen con la revolución proletaria mundial.

La clase obrera y el pueblo argentino enfrentan el imperialismo junto a la clase obrera internacional y los pueblos y países oprimidos.

La unidad de los pueblos y países latinoamericanos es clave para impedir que nuestras vidas, nuestros suelos y nuestros mares sean instrumentados en la lucha interimperialista por el dominio del mundo y para poder avanzar hacia el triunfo de la segunda revolución liberadora en América Latina.

 

Notas:
7/ Marx: La guerra civil en Francia. > volver
8/
La concepción marxista del Tercer Mundo fue formulada por Mao Tsetung en 1974, analizando la división del mundo que se había producido entonces, a partir del surgimiento y desarrollo de la URSS como superpotencia socialimperialista. Según esta teoría los Estados Unidos y la Unión Soviética constituían el Primer Mundo; Europa, Japón y Canadá, el Segundo Mundo; y Asia, Africa y América Latina, el Tercer Mundo. La teoría de los Tres Mundos se basaba en la definición de época que dio Lenin, época del imperialismo y las revoluciones proletarias. Aunque con el derrumbe de la URSS como superpotencia en 1991 esta división del mundo perdió vigencia, habiéndose pasado de la bipolaridad a la multipolaridad en la relación entre las potencias imperialistas, con Estados Unidos como única superpotencia imperialista, el término de Tercer Mundo se sigue utilizando para definir al conjunto de los países oprimidos y dependientes de Asia, Africa y América Latina. > volver